Opina en una entrevista: Juan Luis Rodríguez-Vigil Ex presidente del Principado
Asturias
«Quien se asuste por el copago en la sanidad es que es imbécil»
24.12.09 - AZAHARA VILLACORTA avillacorta@elcomerciodigital.com | OVIEDO, para El Comercio.
«La Atención Primaria se ha convertido en un confesionario. ¿Cómo que está saturada?»
«Quirós es amigo mío. Si lo está haciendo bien o no es otro asunto. Lo que pasa es que los medios de comunicación tienen tendencia a mezclar las cosas. Aquí lo único que importa es la situación del sistema sanitario y yo, que he sido presidente y consejero de Sanidad, algo tendré que decir al respecto». Retirado de la política y consagrado a su cargo como vocal en el Consejo Consultivo del Principado, Juan Luis Rodríguez-Vigil (Valdepeñas, 1945), niega haberse convertido «en el Pepito Grillo de nadie» a pesar de llevar meses enfrascado en el primer foro sobre la sanidad asturiana, auspiciado por el Real Instituto de Estudios Asturianos y recién concluido, desde el que ha sentado cátedra sanitaria.
-Ha alertado de «las marcadas desigualdades entre los 17 sistemas sanitarios que integran el sistema nacional de salud» y reclama un pacto de Estado por la sanidad.
-Es imprescindible y posible, dado que ya no existen diferencias ideológicas ni políticas en relación con el modelo sanitario. Hay consenso sobre el modelo entre PSOE, PP e Izquierda Unida, lo que permitirá llegar a un gran pacto nacional. En cuanto a un gran pacto regional, también es obligado. Tanto si gobierna el PP como si lo hace el PSOE, deben ser serios.
-¿No es demasiado optimista?
-Las crisis económicas obligan a hacer cosas que en tiempos de bonanza no se hacen. Lo que está claro es que un sistema como el que tenemos, que es bueno y que sirve, requiere reformas importantes para mantenerse. Y más en tiempo de crisis, porque se está financiando con unos ingresos que, en estos momentos, son mucho menores que los que había. Hay que olvidarse de eso porque, además, no vamos a vivir una situación similar a la que teníamos. Eso sí que no lo sueña ni el más optimista de los optimistas.
-Explíquese.
-No sólo es que estemos en crisis, sino que también ha cambiado el ciclo económico. El modelo productivo ya no volverá a estar basado en la construcción y, por tanto, tampoco generará los ingresos que generaba. Habrá que acomodarse a la nueva situación salvo que queramos que el sistema sanitario se deteriore. No hacer nada es lo peor que se puede hacer, porque implicará degradar el sistema. Bien por cinismo o bien por cobardía.
-Quirós ha emprendido varias reformas y ha chocado con la oposición frontal de los médicos.
-Hay que mejorar mucho la interlocución con los médicos, que falla, y las reformas requieren cambios en profundidad, no sólo en la Consejería de Salud.
-¿Por ejemplo?
-Las unidades de gestión clínica. ¿Alguien piensa que son posibles sin un cambio en la Hacienda Pública, en el control del gasto? O asuntos tan importantes como los relativos a la formación, que no pueden estar al albur de organismos que no tienen ninguna vinculación con el mundo sanitario.
-Las unidades de gestión clínica serán la base del trabajo en el nuevo HUCA. ¿Será la panacea?
-La panacea será el trabajo humano, no el edificio. El HUCA será lo que sean los médicos que haya en él. Y esos profesionales actuarán de una manera o de otra en función de quien los lidere. Hay que buscar nuevos líderes médicos y seleccionarlos al máximo nivel. Hay que hacer concursos nacionales y tener tribunales formados por los mejores. Si no lo hacemos, será porque no queremos.
-Ha sentenciado también que el fracaso del Consejo Interterritorial es clamoroso.
-Debe ser modificado porque ninguna comunidad tiene poder frente a los poderes fácticos. No resisten ninguna presión y hay muchos asuntos que requieren consenso porque no son locales.
-El copago sanitario es uno, ha dicho. ¿Se impondrá a medio plazo?
-El sistema necesita sus recursos y drenar las actividades innecesarias, de forma que se elabore un catálogo de prestaciones públicas mucho más preciso. Y está claro que el avance de la crisis y de los déficit de financiación llevarán al copago. La necesidad obligará. ¿Quiere usted conservar lo que tiene? Pues deberá pagarlo. Eso de que pague el Estado se acabó.
-¿Entiende que haya quien se asuste sólo con mencionarlo?
-Quien se asuste es que es imbécil. Es la realidad. Los recursos no caen del cielo. Mucha gente todavía no cree en la crisis. Es increíble.
-¿Tiene eso algo que ver con el hecho de que las autoridades «se expliquen de forma tosca»?
-No sólo el mundo político. También el mediático. Ambos tratan los temas sanitarios de una forma muy primaria y utilizan mucho el oportunismo y la demagogia. Y sólo con distancia se pueden hacer análisis que puedan servir a tirios y troyanos. Me gustaría que la gente no tocase de oído, pero oigo muchas cosas que se dicen desde tribunas políticas que no son de recibo. Los políticos no tienen derecho a tocar de oído a estas alturas del siglo XXI.
-El gasto farmacéutico tampoco para de crecer.
-El gasto farmacéutico es como todos los gastos. Claro que hay un exceso en el consumo de algunos medicamentos. Por ejemplo, no tiene ningún sentido el uso que se hace de los antidepresivos, pero sí de otros medicamentos que cada vez demanda más la población mayor. Hay que despejar el debate de tópicos y apriorismos, porque se ha hecho un esfuerzo de racionalización en los últimos años. Ahora, la posibilidad de mejora radica en fomentar la calidad en la prescripción, pero eso no se resuelve 'manu militari'. Eso requiere una cooperación muy estrecha con los médicos.
-Los mismos que advierten que sus consultas están saturadas y que los diez minutos por paciente no se alcanzan ni de lejos.
-Eso no tiene ninguna lógica. ¿Cómo que las consultas en los centros de salud están saturadas? Con un potentísimo sistema sanitario como este, con una enorme cantidad de medios para un millón de habitantes, hay que analizar esa saturación. ¿De qué están saturadas? ¿De consultas o de otras cosas? Porque la Atención Primaria se ha convertido en un confesionario.
-Pide que la sanidad sea como Renfe. ¿Por la puntualidad?
-Porque tendría que haber un organismo de gestión convertido en una empresa pública que funcionase perfectamente. Los problemas de gestión de la sanidad son muy similares a los que pueda tener Renfe o El Corte Inglés. Son muy técnicos. Por eso no tiene ningún sentido que haya una enfermera jefe de UGT o un jefe de servicio del PSOE o del PP.
LAS AFIRMACIONES MAS DESTACABLES:
«Los políticos no tienen derecho a tocar de oído a estas alturas del siglo XXI. Y yo sigo oyéndolos»
«¿Quiere usted conservar lo que tiene? Pues deberá pagarlo. Eso de que pague el Estado se acabó»
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