La proyección demográfica que ahora se confirma se sabía hace más de una década
Asturias envejece demasiado rápido
En el Principado hay 217 pensionistas por cada 100 menores de 15 años, una circunstancia que empieza a pasar factura a la sanidad pública
El colectivo de más de 85 años creció un 60% entre 1996 y 2008 hasta llegar a las 32.440 personas
02.02.10 – GIJÓN, para El Comercio.
Asturias envejece a un ritmo vertiginoso. En apenas ocho años (1996-2008) la cifra de mayores de 85 años ha crecido un 58%, un porcentaje que se duplica hasta llegar al 108% si nos retrotraemos a 1991. De hecho, el Principado es ya la segunda comunidad más anciana de España (el primer puesto corresponde a Castilla y León). Por contra, es la autonomía con menor porcentaje de menores de 14 años de todo el país. Así es Asturias, una región de contrastes demográficos, con cada vez más ancianos y menos niños, lo que lleva a los expertos hablar ya de una población «altamente regresiva, con pocos signos de renovación».
En 1996 residían en el Principado 20.507 personas que habían superado los 85. Ocho años después esa cifra se eleva a 32.440, casi 12.000 octogenarios más, lo que supone un incremento de 1.500 al año. A este paso, Asturias podría alcanzar en poco tiempo cotas de ancianidad que únicamente se registran en China. Este dato, el del envejecimiento y la casi nula capacidad de renovación demográfica, preocupa a las autoridades sanitarias. Así lo manifestaba días atrás la gerente del Servicio de Salud del Principado (Sespa), Elena Arias, cuando relacionó el imparable aumento de las listas de espera quirúrgicas con el elevado envejecimiento regional.
La preocupación está más que fundada, ya que en el Principado hay 217 pensionistas por cada 100 menores de 15 años. En España, ese índice es mucho más atenuado y se reduce a la mitad, es decir, 114 jubilados por cada cien menores. La ancianidad y, por ende, el alto grado de dependencia que empieza a mostrar la población asturiana, es motivo de estudio por parte de la Consejería de Salud. La dirección general de Salud Pública acaba de hacer público un pormenorizado trabajo donde se analizan distintos parámetros sanitarios de los asturianos, en el que el peso de la vejez está más que presente. El informe, que se denomina 'Análisis de la situación de la salud en Asturias', comprende 450 páginas y abarca desde la evolución demográfica hasta la natalidad y mortalidad, pasando por la sexualidad, el medio ambiente o los estilos de vida.
45% de dependencia
Los autores del informe (el primero de este estilo tras la redacción del Plan Regional de Salud) no dudan en clasificar a la población asturiana como «envejecida y regresiva». Pese a que desde 2004 se observa un leve decaimiento en las tasas de ancianidad a consecuencia de la entrada de inmigrantes, los índices de dependencia siguen siendo muy elevados. En Asturias, el 45% de sus residentes necesitan algún tipo de ayuda para realizar las tareas diarias y cotidianas. En concejos de la periferia, tanto en el Occidente como en el Oriente, las tasas de dependencia superan ya el 60%.
Además, el grupo que supera los 85 años, que es el mayor demandante de prestaciones sanitarias (tanto en operaciones como en consumo de medicinas), fue el que más creció en la tabla demográfica del Principado. Muy por encima del sector de menos de 14 años, que apenas representa un 10% de la actual población.
11 veces al médico cada año
Estos datos podrían explicar, al menos en parte, por qué la demanda sanitaria crece tanto en Asturias. La semana pasada, con motivo de la presentación del balance anual, la gerente del Sespa se mostraba alertada con una de las cifras estadísticas que revelaba que el número de pacientes susceptible de ser operado había crecido un 25% en 7 años. Pero las indicaciones quirúrgicas no son lo único que sube. Según refleja el último estudio de Salud, en Atención Primaria se registran del orden de 12 millones de consultas anuales. Esto significa que cada asturiano va, al menos, 11 veces al año al médico. Las citas en fisioterapia dan cuenta de lo mismo, ya que crecieron un 515% en tres años y las urgencias en los centros de salud (consultas a partir de las tres de la tarde) lo hicieron en un 48% desde 2004. A este ritmo, el sistema sanitario corre riesgo de «quebrar», advierten los médicos.
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