Sólo se discrepa en la manera de interpretar la ausencia del Ministro de Trabajo en el sanedrín designado por el Presidente del Gobierno
Los sindicatos rechazan que la nueva comisión económica rebaje su papel
Toxo insiste en una reedición de los Pactos de la Moncloa, mientras Méndez aspira a enderezar el rumbo de las reformas
El Comercio. 20.02.10 - M. J. A. | MADRID.
Los dirigentes sindicales no acaban de tener claro el papel del nuevo ’sanedrín’ designado por el presidente del Gobierno para combatir la crisis, integrado por la vicepresidenta económica y los ministros de Fomento e Industria. Con todo, Cándido Méndez, secretario general de UGT, justifica la ausencia del ministro de Trabajo, Celestino Corbacho, por entender que, de esa forma, «se preserva para el ámbito del diálogo social» todo lo relacionado con las reformas del mercado laboral. Al menos, ése es el mensaje que, según reconoce, ha deducido. No comparte esa opinión el dirigente de CC OO Ignacio Fernández Toxo, quien considera cuando menos «extraño» que el responsable del fomento de la actividad no aparezca «cuando la primera prioridad del Ejecutivo debiera ser la creación de empleo».
Salvados estos destacados matices, uno y otro defienden contenidos similares para la agenda de los acuerdos. En una entrevista con Punto Radio, Cándido Méndez, tras afirmar que la iniciativa del Gobierno está dirigida a los grupos políticos, insistió en que el objetivo de todos debe ser «buscar fórmulas y alternativas para salir de la crisis y encaminarnos a medio plazo al cambio del modelo productivo».
Incluso si empezamos a crecer a mediados de este año, la economía va a seguir destruyendo empleo. Lo recordaba Ignacio Fernández Toxo en la Cope, para añadir que hace ya al menos diez meses que desde su sindicato se está ’vendiendo’ la idea de lograr un gran acuerdo contra la crisis, válido para las próximas una o dos décadas. Porque, a su entender, el modelo debiera ser el de los Pactos de la Moncloa, que suscitaron el consenso de todo tipo de interlocutores, desde los políticos a los sociales y económicos.
«Me parece imprescindible que las administraciones públicas, de la mano de los grandes partidos, y si es posible juntos, convengan, sin que nadie renuncie a sus funciones, en cuatro o cinco elementos básicos que permitan afrontar reformas muy importantes», afirmó.
A Toxo le parecen «contraproducentes» programas de austeridad que, de una manera u otra, acaban por repercutir en la inversión productiva, cuando la necesidad prioritaria es el fomento de la actividad. Entre las actuaciones de emergencia, citó los incentivos al crédito a las empresas y familias para que las primeras no se vean paralizadas, y las segundas puedan atender sus prioridades, potenciando el consumo y la producción.
En el fondo, las grandes formaciones sindicales sugieren similares formas de reaccionar ante la recesión económica. Ninguno de los dos dirigentes cree que la solución a los problemas puede pasar por una huelga general. «Cuando hemos tenido que convocarla lo hemos hecho, pero no por la crisis, sino frente a decisiones que afectaban muy directamente a los intereses de los trabajadores, como recortes en las prestaciones de desempleo o reformas laborales unilaterales», evocó Cándido Méndez.
Huelga general
El dirigente de UGT reconoció, sin embargo, la existencia de importantes discrepancias en propuestas que el Ejecutivo ha sacado a la luz, pero que todavía deben ser objeto de discusión, como la extensión de la edad de jubilación desde los 65 a los 67 años. Frente a esa propuesta -argumentó-, los sindicatos han promovido la manifestación del próximo martes, una movilización a la que instó a participar masivamente. Una respuesta contundente dará al Gobierno motivos para recapacitar, concluyó. Toxo abundó en los mismos razonamientos. «No sé qué empeño pueden tener algunos para que en este país haya una huelga general», cuando los puestos de trabajo «los crea la actividad económica», dijo. E insistió en que una huelga general «no sirve para generar empleo», y sólo está justificada en los casos en los que los derechos de los trabajadores sufran un ataque.
Algo de esto puede haber en las propuestas iniciales del Ejecutivo sobre reforma del sistema de pensiones, según intuye el secretario general de CC OO. Por eso advierte al Ejecutivo para que no vaya más allá en el giro iniciado con la propuesta de elevar la edad de jubilación. De puertas adentro, los sindicatos reconocen que hay que ponerse las pilas y afrontar con soluciones efectivas el envejecimiento de la población y su repercusión en un sistema contributivo.
0 comentarios