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La que durante muchos años fue compañera nuestra en el Hospital Valle del Nalón…

La que durante muchos años fue compañera nuestra en el Hospital Valle del Nalón…

«Los pediatras del centro de Asturias estamos desbordados»

«Cada vez atendemos a más niños de familias desestructuradas con problemas mentales»

Teresa García Muñoz Presidenta de la Asociación de Pediatría de Primaria

16.04.10 – OVIEDO, para El Comercio.

Teresa García Muñoz (Mieres, 1945) descuenta los 30 días que le quedan para jubilarse como pediatra en el ovetense centro de salud de Teatinos y se pone «contentísima». La presidenta de la Asociación Asturiana de Pediatría de Atención Primaria -que agrupa al 93% de ellos y que ayer celebró su IX reunión anual- se va feliz porque ha «disfrutado mucho» de una especialidad que le entusiasma y que «necesita urgentemente más facultativos».

-¿Cuál es la situación de la Pediatría en Primaria en Asturias?

-En muchísimas comunidades hay escasez de pediatras. Y Asturias, con poco más de 120, es una de ellas. Ni el Estado ni las comunidades han sabido valorar la cantidad de profesionales que se iban a necesitar. Y eso que la mayoría estamos en la sanidad pública. Es decir, que hubiesen podido prever que nos íbamos a jubilar. No han pensado que se iba a necesitar una renovación para la gente de mi generación.

-¿Cuántos hacen falta en los centros de salud del Principado?

-Entre 20 y 24. En Asturias, en este momento, el cupo máximo de niños que debería tener un profesional es de 800 y hay pediatras de Oviedo, Gijón y Avilés con más de 1.200. Los pediatras del centro de Asturias estamos desbordados. Y eso hay que solucionarlo para darle a cada niño lo que necesita. Yo, sin ir más lejos, tengo 1.097 cartillas. Es agobiante.

-Pues la Consejería de Salud dice que no hacen falta médicos.

-A la Administración llevamos años diciéndoselo. Que o bien redistribuye los cupos, porque hay algunos pediatras en las alas con sólo 450 cartillas, o bien contrata a más.

-Entiendo que sin respuesta.

-Sin respuesta. Y también le hemos dicho que eso nos aboca a que haya muy poca labor de docencia e investigación, fundamentales junto con la labor asistencial. Y que no debe haber pediatras de área, que son los que hacen una tarde aquí, un turno allá y una semana en otro sitio. Así, es dificilísimo hacer un seguimiento adecuado de los niños. Además, ahora se ofertan a las familias cosas que antes no se ofrecían: programas para niños con asma, obesidad, infecciones de orina o con problemas psicológicos. Y en siete horas se hace lo que se puede hacer. No más.

-¿No pueden dedicar entonces a cada niño el tiempo necesario?

-Sólo podemos hacerlo en las consultas programadas, no en las ordinarias. Por eso nos hemos unido a la Plataforma Diez Minutos, que es lo mínimo que se debe dedicar a cada uno. Y la OMS aconseja que, cuando se trata de lactantes, sea entre veinte minutos y media hora.

-¿Han cambiado las patologías de los menores en los últimos años?

-Mucho. Antes veíamos sobre todo patología urgente y ahora vemos mucha patología banal. Además, se ven muchas patologías crónicas y otras de las que, cuando yo terminé la carrera, en el año 69, no se hablaba, como el SIDA. También atendemos cada vez a más niños de familias desestructuradas, hijos de padres y madres con nuevas parejas, con problemas mentales como depresión, angustia o ansiedad.

-¿Se acude demasiado al médico?

-Sí. Lo de recomendar ir al Pediatra para todo se ha generalizado. Es una coletilla de la Administración. Y a un niño de menos de 8 ó 9 meses sí hay que llevarlo, pero no a los mayores con un catarro.

-¿Cuáles son los principales errores que cometen padres y madres?

-Es bastante frecuente el agobio cuando el niños nace. Sobre todo, en los padres y madres de más edad. Y los problemas con la lactancia. Y también hay niños con asma que a veces llegan tarde a la consulta.

-Hablan también de un montón de enfermedades importadas.

-Son todas las que están relacionadas con el niño viajero y el que viene de otros países, niños inmigrantes o adoptados. Son patologías sobre las que tenemos que ponernos al día y, muchas veces, hacer encaje de bolillos.

-¿Y esa habilidad extra?

-Yo he tenido en la consulta desde abuelas chinas que no hablaban ni una palabra de español y era el propio niño el que tenía que explicar lo que le pasaba, a madres africanas con las que he tenido que hablar por señas. O niños negros con problemas en la piel a los que no estamos acostumbrados y tenemos que pedir ayuda a los dermatólogos.

-¿Las adopciones internacionales se realizan con las garantías sanitarias suficientes?

-Tenemos problemas, sobre todo, con los niños que vienen de países del Este. Menos con los de Latinoamérica. Porque no hay constancia de las vacunas que tienen puestas o, muchas veces, ni siquiera se entienden las cartillas que traen. Hay mucha picaresca y países en los que, por unos dólares, te dan un papel que pone cualquier cosa.

-¿La obesidad sigue siendo la gran epidemia infantil?

-Todavía hay un porcentaje de niños obesos altísimo. Y necesitan un tipo de atención nutricional, psicológica y en la escuela, donde muchas veces son rechazados por sus compañeros. Un estudio de una prestigiosa publicación internacional demuestra que los niños prefieren tener un amigo en silla de ruedas que un amigo gordo.

-¿Sigue vivo el mito de «cuanto más gordo, más sano»?

-No. Afortunadamente, eso nos lo hemos aprendido todos, excepto alguna abuela. Incluso hay madres que llegan diciendo: «El niño debería bajar de peso».

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