Siguen las tensiones en la negociación, aunque parece que van a menos
Los escollos del nuevo Hospital Central
El Principado confía en alcanzar un acuerdo económico con la UTE, pero «no a cualquier precio», advierte
Los cambios introducidos en la zona quirúrgica y en el edificio administrativo, principales obstáculos
12.05.10 - L. FONSECA / E. MONTES | OVIEDO, en El Comercio.
Los cambios introducidos en el bloque quirúrgico del futuro HUCA, así como el desarrollo de las obras de rehabilitación y reforma integral del edificio administrativo (el que se ubicará en el que fue antiguo pabellón del Hospital Psiquiátrico), son dos de los principales escollos en la negociación que constructora y Principado mantienen entorno al nuevo sobrecoste de La Cadellada. Las partes en conflicto valoran las modificaciones de muy diferente forma. Mientras la UTE formada por Sacyr, Sánchez y Lago y San José presupuesta los cambios en más de 50 millones de euros, Gispasa (empresa pública promotora del proyecto) ha puesto el tope de su factura en 25 millones. Ni un euro más.
Pero, ¿cuáles son las reformas que ha propiciado el Principado en el último año y medio y que han llevado a las empresas a reclamar más dinero para acabar el HUCA? Por una parte, está el área quirúrgica, que crece con respecto al proyecto inicial. Gispasa ha dado por buenas las peticiones de los médicos del actual Hospital Central, que demandaron más de salas de cirugía, principalmente las ligadas a procesos ambulatorios. En principio se preveía que La Cadellada tuviera un total de 36 quirófanos. De hecho, la obra civil iniciada allá por junio de 2005 se desarrolló en torno a ese cómputo. Pero a principios de 2009, el Principado decidió aumentar los espacios de cirugía con el fin de potenciar los procesos que no requieren hospitalización. Uno de estos nuevos quirófanos se destinará al servicio de Oftalmología. En concreto, será para operaciones de cataratas. El objetivo es dar atención a una de las demandas quirúrgicas que más crece en Asturias.
Pero las tensiones en la negociación por este nuevo sobrecoste no sólo pasan por haber cambiado el bloque de quirófanos, además de reformar la zona de partos, donde se habilita un área para alumbramientos no medicalizados. También por cómo se han desarrollado los trabajos de reforma del único edificio que se mantuvo en pie: el antiguo pabellón psiquiátrico de La Cadellada donde funcionará el área de administración del nuevo hospital. La UTE propuso al Principado el derribo de dicho bloque, argumentando que su rehabilitación era mucho más costosa que su reconstrucción. Gispasa se negó a esta posibilidad, puesto que se trata de un edificio catalogado y, porque, además, la rehabilitación ya venía contemplada en el proyecto original.
Ayuntamiento de Oviedo
El caso es que el Principado permaneció varios meses a la espera de que el Ayuntamiento de Oviedo (actor a la sombra en la construcción del HUCA) autorizara intervenir en parte de la fachada de este edificio donde se necesitaba una actuación más en profundidad. El proceso de vaciado y rehabilitación de la fachada fue mucho más costoso de lo que las constructoras habían previsto en su cronograma, de ahí que ahora parte del sobrecoste que reclaman provenga también de esta actuación, considerada en principio algo menor.
«Mucha paciencia»
Mientras Principado y empresa tensan la cuerda de la negociación, fuentes de la UTE recuerdan que en todo el proceso de ejecución del HUCA «hemos tenido mucho paciencia». La unión temporal de empresas se refiere a los diferentes cambios que el Principado ha ido incorporando al conjunto de la obra una vez iniciados los trabajos sobre terreno. Varias de las modificaciones «las tuvimos que incorporar cuando la obra ya estaba avanzada». De hecho, afirman que «hubo que picar y romper en zonas terminadas». Esto ha ocurrido, por ejemplo, con la incorporación de determinados avances tecnológicos que obligaron a recablear áreas que estaban pintadas, cerradas y selladas. El Principado no desmiente que esto haya sucedido, aunque dice que «no ha sido para tanto».
Con todo, la Administración regional confía en llegar a un acuerdo, aunque advierte de que «no a cualquier precio». En el seno del Principado la estrategia entorno a la negociación de este nuevo sobrecoste varía por departamentos. Así, mientras desde la Consejería de Salud, su titular Ramón Quirós, optó por lanzar una suerte de ultimátum a la constructora, a la que instó a decir si quiere seguir o no con la obra, el área de Economía que dirige Jaime Rabanal (a la sazón presidente de Gispasa) prefiere mantenerse en un plano más discreto. Con todo, ambas carteras reconocen que las negociaciones están en un punto «tenso». Ayer, el consejero de Salud volvió a referirse a este asunto, aunque lo hizo con algo menos de contundencia. Quirós pidió «no sacar las cosas de quicio» y afirmó en relación a lo dicho por él 24 horas antes que «las declaraciones que hice son muy concretas, muy claras y para buen entendedor sobran las palabras», dijo.
EL EJECUTIVO SOSPECHA QUE LA ADJUDICATARIA PUEDE RECLAMAR NUEVOS AUMENTOS. El Principado amagó con paralizar el HUCA si superaba los 300 millones El Gobierno se planteó extinguir el contrato ante la pretensión de la UTE. Las constructoras no prevén por el momento renunciar a acabar la obra. 12/05/2010 PABLO ZARIQUIEGUI, para La Voz de Asturias. RL Nas negociaciones entre el Principado y la constructora del nuevo HUCA están resultando extremadamente tensas. El Gobierno regional, en el transcurso de estas conversaciones, llegó a plantear incluso la paralización del proyecto si el coste final, tal y como pretendía la adjudicataria, superaba los 300 millones de euros. La negociación ha estado plagada de órdagos por ambas partes. Este periódico pudo conocer ayer que el Consejero de Economía, Jaime Rabanal, llegó a amagar incluso con paralizar la obra ante lo que consideró una petición desmesurada por parte de la UTE encargada de llevar adelante el proyecto. Esta advertencia planteada por el titular de Economía va en la línea de lo expresado ayer por su colega Ramón Quirós, Consejero de Salud. El toque de Jaime Rabanal a la adjudicataria tiene sentido en el contexto de tira y afloja de la negociación. La constructora, como avanzó este periódico, llegó a solicitar hasta 58 millones de euros más por hacer frente a las mejoras propuestas por la dirección facultativa para acabar el proyecto. La pretensión de la UTE elevaría el coste final del hospital muy por encima de los 300 millones, en concreto, hasta los 317 millones de euros. Este periódico ha podido saber también, lo publicaba ayer mismo, que la UTE ha rebajado sus pretensiones. Solicita ahora 40 millones para entregar la obra. La cantidad sigue siendo excesiva para la sociedad pública Gispasa, promotora del proyecto. En este contexto, se entiende el ultimátum del Consejero de Salud. Ramón Quirós pidió ayer la UTE que se decida. O realiza el hospital o el Principado extinguirá el contrato para adjudicar el final de la obra a otra empresa. La desconfianza en el Ejecutivo regional se mantiene mientras se llevan a cabo las negociaciones. El Principado no excluye que, si se llega a un acuerdo ahora, la constructora pueda reclamar más dinero, en una tercera ocasión, para finalizar el proyecto. La UTE integrada por Sacyr Vallehermoso, San José y Sánchez y Lago no prevé, por el momento, la renuncia al contrato. Fuentes cercanas a la obra señalaron ayer a este periódico que es intención de la adjudicataria llevar a término el proyecto. La constructora reclama a cambio, eso sí, lo que considera de justicia. La UTE sugiere que las modificaciones encargadas por el Principado cuestan más de lo que el Gobierno regional está dispuesto a pagar.
Los cambios en fachada y habitaciones pueden elevar el coste final del HUCA a 300 millones El segundo modificado puede situar la factura global de las actuaciones en unos 490 millones de euros Oviedo, Pablo ÁLVAREZ
Conocedores del proyecto y el PP sostienen que cambiar de empresas alargaría el plazo de ejecución
Una serie de cambios en la elección de los materiales de las fachadas y en las paredes de las habitaciones son dos de los factores que han provocado el segundo sobrecoste en las obras de construcción del Hospital Universitario Central de Asturias (HUCA). Un encarecimiento que finalmente podría quedar fijado en unos 40 millones de euros, lo que situaría el coste definitivo del edificio en unos 300 millones -inicialmente los trabajos se adjudicaron en 205,3 millones- y la factura global de las actuaciones en el entorno de los 490 millones de euros.
Los datos indicados más arriba resumen algunos de los aspectos que están discutiendo el Gobierno regional y las empresas que construyen la nueva sede del HUCA en los terrenos de La Cadellada. Las negociaciones están dilatándose en el tiempo sin avances aparentes. En números redondos, el Ejecutivo autonómico cifraba este segundo sobrecoste en unos 25 millones de euros, mientras que las constructoras reclamaban en torno a 60 millones.
El estancamiento de la situación causado por estas divergencias fue lo que condujo anteayer al consejero de Salud, Ramón Quirós, a plantear un ultimátum a las empresas. «Deben poner sobre la mesa si quieren seguir o no adelante con los trabajos; no sería un inconveniente cambiar de constructora si es que la UTE (unión temporal de empresas) actual no se considera capacitada o con ganas de terminar la obra», declaró Quirós.
Las empresas sostienen que parte de las modificaciones que el Ejecutivo autonómico quiere introducir en el proyecto son en realidad obra nueva. El consejero de Salud negó con rotundidad que incluso se esté hablando de edificios no incluidos en el proyecto original. Esta discusión no es baladí, pues podría tener implicaciones jurídicas en una hipotética resolución del contrato.
En su órdago de anteayer, Ramón Quirós no descartó la posibilidad de cambiar de constructoras. En ese caso, indicó, «la Administración adjudicaría la obra lo más urgentemente posible y eso no generaría que se alargasen enormemente los plazos». Al contrario, observó, «los plazos se pueden alterar si demoramos la resolución de la negociación».
Fuentes conocedoras de las obras consultadas ayer por LA NUEVA ESPAÑA señalaron que, al contrario de lo que sostiene el consejero de Salud, rescindir el contrato con Sacyr, San José y Sánchez y Lago y convocar un nuevo concurso alargaría los plazos y aumentaría los costes de forma sustancial.
El Gobierno asturiano aún mantiene el discurso teórico de que resulta factible rematar las actuaciones antes de que concluya 2010. Las fuentes anteriormente citadas consideran que el plazo necesario con las actuales empresas ronda los doces meses, y que romper con ellas y contratar a otras podría implicar otros doce meses adicionales.
Entre tanto, el Partido Popular terció ayer en la controversia para señalar: «Si tan convencido está el consejero de Salud de tener razón, debería coger el contrato y los modificados y llevarlos al fiscal». Según el diputado popular Carlos Galcerán, «resulta imprescindible defender los derechos de la Administración, que son los derechos de los ciudadanos, pero habrá que ver hasta dónde alcanza el grado de chapuza generado por el Gobierno del señor Areces».
A petición del PP, el próximo día 19 comparecerá el gerente de Gispasa -empresa pública que impulsa el proyecto- ante la comisión especial de la Junta General del Principado que estudia el proceso de construcción del HUCA. «Tendrá que explicarnos con todo detalle la situación y por qué mintieron cuando negaron en su día que fuera a haber nuevos modificados y nuevos sobrecostes», indicó Galcerán, quien pronosticó: «Si se da la obra a otra empresa, los plazos se incrementarán aún más».
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