Un grupo de expertos en cribado determinará qué programas se aplican y cómo se desarrollan
Salud Pública mantendrá los programas de detección precoz pero no incorporará otros
«Nadie pretende restringir las pruebas de diagnóstico de enfermedades, pero los cribados con población sana han de regularse», afirma González
Oviedo, Elena FERNÁNDEZ-PELLO, en La Nueva España
El director general de Salud Pública, Ildefonso Hernández, anunció antes del verano, en unas jornadas con responsables sanitarios de todas las comunidades autónomas, que el Ministerio de Sanidad iba a regular los programas de detección precoz de enfermedades o programas de cribado. Entre los asistentes a aquel encuentro estaba la directora general de Salud Pública del Principado, Amelia González, que, a día de hoy, afirma «compartir absolutamente» esa decisión. «Nadie pretende restringir las pruebas de diagnóstico de enfermedades, de lo que hablamos es de programas con población sana a la que se le ofrece una prueba, sin que ella lo demande», aclara la responsable de Salud Pública del Principado.
De todos modos, Amelia González asegura que la Administración asturiana no tiene previsto suspender ninguno de esos programas, tampoco incorporar ninguno nuevo. Dentro de la Comisión Nacional de Salud Pública, explica, se ha constituido, precisamente por iniciativa de su dirección general, un grupo de expertos en cribado. Ellos determinarán, según lo acordado por todas las comunidades autónomas, qué programas se aplican y cómo se desarrollan. «Ellos son los expertos, profesionales formados específicamente y no cualquier médico que sólo conoce lo que pasa en su consulta», subraya la responsable regional de Salud Pública.
González está especialmente satisfecha con los resultados del programa de cribado para el diagnóstico de la hipoacusia en recién nacidos, con una cobertura muy elevada -el 98 por ciento de las madres firma el consentimiento informado para la realización de las pruebas, según Salud Pública-, sin apenas riesgos de efectos secundarios y con una gran eficacia en la detección. No sólo eso, el programa se redondea gracias a la coordinación entre los técnicos de Salud Pública y los servicios asistenciales, que se materializa en la colocación de implantes cloqueares en los casos necesarios y en un convenio con la Fundación Vinjoy, especializada en la atención a personas con problemas auditivos. Esa estrategia ha sido todo un éxito -«por debajo de los diez años en Asturias no hay niños sordos», hace notar González- y es el modelo a seguir.
Otro de los programas de cribado consolidados en Asturias es el de cáncer de mama, a través de mamografías bianuales a partir de determinada edad -actualmente, 50 años-. Su cobertura es más baja, hay mujeres que adelantan por su cuenta las pruebas e incluso quienes las realizan por duplicado, incrementando innecesariamente los riesgos de la exposición a la radiación, advierte González. Los resultados, además, son menos determinantes y no son infrecuentes los «falsos positivos», añade.
El programa de detección precoz del cáncer de colon sólo se lleva a cabo cuando existen antecedentes familiares que lo aconsejen y, en cualquier caso, debido a la complejidad de las pruebas «la aceptación es muy baja». Amelia González observa que, entre todas las posibilidades, «éste es el que más probabilidades de aplicación tiene en un futuro inmediato».
Para que eso pueda llegar a hacerse hay que pulir algunos aspectos, como la coordinación entre Atención Primaria y el Hospital Universitario Central de Asturias (HUCA) para la realización de las pruebas y la capacidad para cubrir la demanda de colonoscopias que generaría.
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