Entrevista al Director de la oficina de la Organización Internacional del Trabajo (OIT) en España...
«Incluso los empresarios piensan que es malo reducir derechos laborales»
«Sigue siendo necesaria la presencia de inmigrantes, sobre todo en el campo»
«En materia laboral se puede cambiar, pero también hay que garantizar»
JUAN FELIPE HUNT Director de la oficina de la Organización Internacional del Trabajo (OIT) en España
Oviedo, L. Á. VEGA, en La Nueva España
Para Juan Felipe Hunt (Huelva, 1959), director de la oficina de la Organización Internacional del Trabajo (OIT) en España desde hace diez años, las polémicas medidas que se plantean para paliar la crisis deben contar con el beneplácito de los agentes sociales. No cree que los empresarios consideren bueno reducir los derechos laborales de los españoles. El paro es el problema que más preocupa a una organización con 91 años de historia y que opta al premio «Príncipe de Asturias» de la Concordia.
-Con la crisis actual, la situación del empleo a escala global debe ser preocupante.
-Esta crisis está creando niveles de paro que nunca habíamos visto en la Historia. En España, hemos alcanzado niveles del 20 por ciento. En algunos países, la crisis está directamente vinculada con los déficit públicos y la necesidad de reformar los sistemas de protección, sin olvidar cuestiones como la discusión del copago, la ampliación del período de cotización de las pensiones y otras medidas que se están planteando.
-¿Qué piensa la OIT de las reformas del mercado laboral planteadas por el Gobierno?
-Cuando los países se encuentran con una crisis social, económica, de empleo..., lógicamente tienen que tomar unas medidas sociales. En la OIT pensamos que el diálogo social es esencial para aplicar estas medidas. Unas veces se logra, otras no. Si no, son otras instancias las que deben tomarlas, como el Gobierno. Que es malo reducir derechos laborales lo sostienen los sindicatos, pero seguro que lo comparte el Gobierno, y seguro que lo piensan incluso los empresarios.
-¿Cómo evolucionará el paro?
-España crea empleo cuando las tasas de crecimiento del PIB se sitúan en torno al 2 o 2,5 por ciento. Si nos encontramos con tasas de crecimiento del 0,3 o 0,5 por ciento, la reducción del paro y la creación de empleo no van a ser significativas. Las previsiones de este año no son de crecer al 2,5 por ciento, sino bastante menos. Yo creo que ya se está tocando fondo, y el año que viene habrá un repunte de actividad. Ya hay ciertos signos de recuperación. El año que viene habrá un crecimiento mayor, sobre todo en la segunda parte del año. Y habrá una mejora de la situación.
-¿Perjudicarán medidas como la ampliación del período para computar la pensión?
-Está claro que sí. Si se tienen en cuenta más años a la hora de calcular la pensión, ésta se verá reducida, como ya han indicado los sindicatos.
-¿Les preocupa la siniestralidad en España?
-Más que la siniestralidad, el tema que más nos preocupa es el paro, y sobre todo la desvinculación del mundo del trabajo por parte de personas de cierta edad que se queda sin empleo. Pasan varios años sin reciclarse y va a tener muchas dificultades para volver al mercado del trabajo. Eso nos preocupa y espero que preocupe también a las empresas. La OIT defiende, más que la expulsión de los centros de trabajo, un reparto del tiempo de trabajo, que se mantenga la vinculación del trabajador con la empresa. Hay fórmulas: trabajar unas horas, unos días concretos o que realicen determinadas tareas. Ese capital humano, que las empresas han tardado tanto en formar, es muy importante El trabajo no es una mercancía, es una persona que ha adquirido unos conocimientos, que los han puesto en práctica. Debe mantenerse la vinculación.
-¿Qué hay del sistema austriaco?
-Cuando lo apliquemos, veremos si es positivo. Antes no podemos opinar.
-¿Era tan caro el despido en España?
-Si uno pregunta a los empresarios, la respuesta probablemente sea que sí. Si uno pregunta a los sindicatos, lo contrario. Es el tema típico que debería haber salido de una negociación. En 1997, cuando se hizo la última reforma, se acordó que la indemnización por causas objetivas pasase de 45 a 33 días. Se pudo hacer, eran otros tiempos. Las medidas pueden ser duras, con más o menos repercusión, pero deben salir del diálogo social. Y España ha demostrado que mediante ese sistema pueden salir adelante medidas.
-Se habla de que el despido deje de estar en manos de los jueces.
-Es un tema sujeto a enorme polémica. Hay países donde esta cuestión es administrativa. En España hay una cultura de que los temas sociales los lleven los jueces. Pasar a otra cultura va a costar mucho trabajo, requeriría un período de adaptación muy largo. Si se cambia, debe ser con consenso. Y deberían establecerse las garantías necesarias para los derechos fundamentales. Para cambiar, hay que garantizar.
-En los últimos tiempos han surgido duras críticas a los sindicatos.
-Los sindicatos son imprescindibles. Podemos criticar su labor, pero desempeñan un papel importantísimo en la vertebración del Estado. Tienen un papel y lo desarrollan.
-La tendencia ahora es a ganar competitividad a través de la reducción de salarios.
-Es una de las grandes polémicas de siempre. Los límites son un poco difusos. La reducción de los salarios afecta a la capacidad de consumo, al nivel de vida. Esa competitividad a través de la renta no creo que sea muy estable ni sostenible. El trabajo decente, para la OIT, es un trabajo con una remuneración adecuada, sin discriminaciones, con derechos. Un empresario querrá una persona formada y motivada, que trabaje en la empresa a largo plazo. El que no quiera hacer eso quizá no sea empresario, será otra cosa.
-¿Les preocupa la situación de los inmigrantes?
-Nuestro óptimo es que tengan un empleo decente y estén protegidos por la ley, que tengan unas prestaciones que les permitan cuidarse de ellos y de sus familias. Estamos desarrollando muchos programas, entre ellos los de retorno.
-¿Hay riesgo de enfrentamiento entre trabajadores autóctonos e inmigrantes por la crisis?
-En Huelva, para recoger los cultivos tempranos, se necesitaban del orden de 27.000 trabajadores. Llamaron a todas las personas inscritas en el paro. Sólo 1.300 quisieron ese trabajo. Hubo que recurrir a trabajadores africanos. Si eso es la base para un conflicto, no lo veo por ningún sitio. Claro que sigue siendo necesaria la presencia de trabajadores extranjeros, sobre todo en el campo.
-¿Cómo deja la globalización al trabajador?
-Puede ser beneficiosa para el mundo del trabajo, pero tiene que ser equitativa, que los derechos del trabajo y económicos estén compensados.
-Concurren al premio «Príncipe de Asturias» de la Concordia. Defienda su candidatura.
-El presidente de la CEOE, los secretarios generales de CC OO y UGT, el ministro de Trabajo y el presidente de FADE nos han ayudado mucho. Estoy convencido de que la OIT cumple los requisitos. Sería un premio a una trayectoria de fomento del diálogo social y de búsqueda de la justicia social. El cuerpo de convenios de la OIT ha influido en la mejora de las condiciones de trabajo desde que se creó la organización en 1919. Es la que más tiempo ha estado en los temas de concordia. Un premio de este tipo para la OIT sería oportuno, porque se estaría diciendo que atacar el desempleo es lo primordial.
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