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Las posibles aplicaciones del hallazgo de las células madre uterinas del Hospital de Jove avanzan rápido…

Las posibles aplicaciones del hallazgo de las células madre uterinas del Hospital de Jove avanzan rápido…

Células madre contra la esclerosis

El Instituto de Neurociencias de Alicante prueba en ratones la eficacia de las células uterinas de Jove contra la ELA, el mal de Stephen Hawking. El objetivo es iniciar los ensayos en humanos en un año.

La idea es que el proyecto se tramite como «ensayo clínico de urgencia»

Las células madre uterinas se pueden duplicar hasta 40 veces y tienen memoria

El Comercio

Células madre para reparar tejidos humanos que se vayan dañando. La idea parece sencilla, pero es la meca que persiguen en el mundo cientos de investigadores y de cuyos resultados están pendientes millones de enfermos. La unidad de Investigación del Hospital de Jove, de Gijón, y la empresa Projech se han sumado a esta carrera de la mano de su último hallazgo: células uterinas capaces de regenerar músculo, huesos, neuronas o piel. La eficacia de éstas células ya está siendo probada en ratones afectados de Esclerosis Lateral Amiotrófica (ELA). Si todo sale bien, en un año se podrán iniciar ensayos en humanos.

«La urgencia para iniciar ensayos en humanos la da la propia enfermedad. Los afectados de Esclerosis Lateral Amiotrófica (ELA) no pueden esperar, ya que hablamos de una patología altamente incapacitante, que no tiene tratamiento y cuya esperanza de vida está entre dos y cinco años», comenta Carlos Rodríguez, director de Projech. Precisamente esa urgencia, la de la alta mortalidad y su elevada capacidad degenerativa, es la que ha llevado a la empresa Projech y a la Unidad de Investigación del Hospital de Jove, que dirige el doctor Francisco Vizoso, a elegir la ELA para medir por vez primera la eficacia que parecen albergar las células madre uterinas.

El punto de partida de Jove y Projech ha sido su hallazgo de que las células adultas provenientes del miometrio -que se localizan en el útero de mujeres en edad fértil- guardan un alto potencial para regenerar tejidos. Este material celular, muy fácil de obtener puesto que sólo requiere aplicar una técnica similar a la de una citología, es capaz de reparar músculos, huesos, piel o neuronas dañadas, lo que abre una inmensa posibilidad de tratamiento y curación para enfermedades crónicas y autoinmunes altamente degenerativas. El abanico va desde males tan conocidos como artrosis, infartos, parkinson y alzheimer a otros menos citados y también menos estudiados pero igual de importantes para quienes lo padecen. La ELA, patología que sufre el físico británico y Premio Príncipe de Asturias, Stephen Hawking, y que se enmarca dentro de las llamadas 'enfermedades huérfanas', es una de ellas.

Tras publicar los resultados de la investigación sobre las células madre uterinas en la revista científica 'In vivo', Jove y Projech continúan trabajando para que los beneficios clínicos pasen cuando antes del laboratorio a los pacientes. «Todavía queda mucho por andar», recuerda Carlos Rodríguez, pero los primeros pasos ya se han dado. Desde hace unos meses, el Instituto de Neurociencias de Alicante, dirigido por Santiago Martínez (una de las máximas autoridades sobre la ELA en España), emplea en sus ensayos preclínicos células madre uterinas enviadas desde Gijón. La idea es probar cómo se comportan estas células en ratones transgénicos intencionalmente enfermados con esclerosis lateral amiotrófica y con distrofia muscular. Los investigadores están analizando si el material proveniente del útero femenino es capaz de reparar el tejido dañado de estos animales, tal y como han determinado los primeros hallazgos de laboratorio.

Mediados de 2011

Los resultados obtenidos en ratones aún se desconocen. Projech, que financia la investigación de Jove, confía en conocer las primeras conclusiones «antes de finales de año». A partir de entonces, y si todo sale bien, comenzará la tramitación para iniciar los primeros ensayos en humanos. La empresa de biotecnología tiene la intención de tramitar el proyecto como «un ensayo clínico de urgencia». Para ello se dirigirá al Ministerio de Sanidad y también a la Agencia Española del Medicamento, único organismo con capacidad para autorizar este tipo de pruebas.

«Calculamos que a mediados del próximo año podríamos empezar los primeros ensayos en enfermos de ELA», apura Carlos Rodríguez. Los pacientes han tenido un papel crucial en todo esto. Ha sido la propia asociación de afectados de ELA la que ha hecho de nexo de unión entre investigadores de Gijón y de Alicante. Según pudo confirmar EL COMERCIO, el Instituto de Neurociencias de la Comunidad Valenciana lleva tres años trabajando en un ensayo clínico (en humanos) sobre esclerosis lateral amiotrófica. Se trata de la segunda investigación de este tipo autorizada en Europa y consiste en extraer células madre de la médula ósea del enfermo para transferirlas luego a la médula espinal del propio afectado. Para este trabajo se seleccionaron diez enfermos de ELA de diferentes puntos de España. Ahora, este mismo equipo de científicos alicantinos hará lo propio, aunque en ratones, con las células madre uterinas descubiertas por Jove y Projech.

Poder antiinflamatorio

Mientras en Alicante prueban estas células en modelos animales, en Jove las investigaciones tampoco cesan. A las características ya conocidas de que las células adultas del útero tienen memoria y son capaces de duplicarse hasta 40 veces, se unen otros conocimientos. «Sabemos que tienen un alto potencial antiinflamatorio», apunta el director de Projech. De hecho, recuerda que muchas mujeres que sufren patologías como colitis ulcerosa o crohn «mejoran durante el embarazo». Esto se debe, en parte, a que durante la gestación muchas de las células presentes en el útero actúan protegiendo el organismo de la embarazada. Lograr que esas mismas células uterinas, una vez extraídas extrapolen su potencial para reparar tejidos dañados, es el gran reto al que se enfrentan ahora los científicos.

130 gijonesas

Una de las ventajas de este material celular es que su proceso de producción y conservación «es sencillo». La muestra de tejido se extrae del cuello del útero mediante una técnica poco invasiva y nada dolorosa. En la investigación de Jove participaron 130 gijonesas en edad fértil que aceptaron de forma voluntaria participar en el proyecto.

Una vez retirada, la muestra se introduce en un material especial para su conservación y se guarda a una temperatura de cuatro grados centígrados. Posteriormente, el tejido es manipulado bajo unas mamparas donde se trabaja en situación de esterilización absoluta. Las células seleccionadas se depositan en un líquido nutriente y de ahí pasan a la incubadora que intenta reproducir las condiciones de temperatura y humedad uterinas: entre 36 y 37 grados centígrados. En el plazo de dos semanas, nuevas células empiezan a aflorar en los cultivos de las incubadoras. La técnica permite obtener «kilos» de células en poco tiempo.

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