Decir en voz alta lo que muchos piensan ¿es deslealtad?

Barreda asegura que el PSOE se dirige a una «catástrofe electoral» si Zapatero no cambia

El sucesor de Bono aboga por limitar a dos los mandatos del Presidente y afirma que no necesita ningún líder nacional en su campaña
Pide medidas contundentes y exige al jefe del Gobierno que diga si va a ser candidato, porque el proyecto socialista seguirá sin él

Madrid / Oviedo, Agencias
Las polémicas declaraciones del presidente de Castilla-La Mancha, José María Barreda, en las que denuncia que el PSOE se dirige a una «catástrofe electoral» si no hay un «cambio de rumbo» y no se toman «medidas contundentes», han desatado una tormenta política en el partido en el poder. Sus palabras han resonado como una llamada a sustituir a José Luis Rodríguez Zapatero como candidato a la reelección en 2012.

El pronunciamiento del sucesor de José Bono llega después de que el ex vicepresidente Alfonso Guerra tachara esta semana a Zapatero de ser uno de los «perdedores» junto a Rubalcaba y Blanco en las primarias de Madrid, donde Tomás Gómez derrotó a «la señorita Trini», en alusión a la ministra de Sanidad.

Ese episodio también mereció las críticas de Felipe González y es motivo de descontento entre los dirigentes y los barones socialistas, que culpan a Zapatero de una situación de desgobierno que amenaza con llevarse por delante las principales alcaldías del PSOE e, incluso, sus feudos autonómicos. Ante este panorama y con el PP 14 puntos por delante en los sondeos, Barreda se ha lanzado a pedir al partido que pase a la ofensiva, porque «estamos fallando estrepitosamente».

Barreda aseguró que hay «preocupación en el PSOE, si no, seríamos marcianos». «O cambiamos de rumbo o acabaremos llegando al lugar al que nos dirigimos: a una catástrofe electoral», declaró a Onda Cero. «Espero que haya señales de querer ganar», dijo el barón castellano-manchego.

A la pregunta de si Zapatero debe revelar sus intenciones sobre si será candidato, respondió que el jefe del Gobierno debe ser consciente de la dimensión histórica del proyecto socialista, que ya existía y continuará existiendo cuando él deje ese puesto. Barreda subrayó que para él «lealtad es decir lo que se piensa» y criticó que alrededor del Presidente «hay más papistas que el Papa (...) pelotas que le dicen sistemáticamente amén y lo único que hacen es estrellarlo».

En cuanto a si no quiere a Zapatero como candidato, Barreda afirmó que «es conveniente y saludable» que se limiten los mandatos de los presidentes del Gobierno, «al margen de quién sea en cada momento, Suárez, Felipe, Aznar o Zapatero». El castellano-manchego dijo que «no necesita» a ningún líder nacional para apoyarlo en su campaña.

Barreda defendió que para él «la lealtad es decir lo que se piensa, la verdad». «Yo espero de mis asesores que cuando me equivoque me lo digan, porque, si no, me estrellan», añadió. Por último, se reafirmó en su exigencia de meses atrás para remodelar y reducir el Gobierno.

Las palabras de Barreda tuvieron la respuesta en varios presidentes autonómicos y dirigentes políticos y, también, en el Gobierno, a través de la vicepresidenta María Teresa Fernández de la Vega, quien discrepó con él y señaló que «el presente y el futuro pasan por el proyecto que lidera Zapatero».

«Hay que seguir trabajando con el presidente Zapatero al frente, es nuestro mejor activo», dijo De la Vega para subrayar que ésta es la opinión «compartida» por «todo» el Gobierno y «todo» el Partido Socialista, al margen de «opiniones puntuales». La Vicepresidenta no desveló si algún otro presidente o dirigente autonómico del PSOE coincide con Barreda en pedir a Zapatero que no acuda a su región a hacer campaña electoral. De la Vega aseguró que no comparte «en absoluto» las manifestaciones del presidente de Castilla-La Mancha acerca de que si no hay un «cambio de rumbo» el PSOE se dirige a una «catástrofe electoral». El ministro de Justicia, Francisco Caamaño, aseguró que «respeta» la opinión de Barreda sobre la necesidad de reducir a dos los mandatos, pero «no» la comparte.