Los cambios que todos ven imprescindibles no todos los ven en la misma dirección
Presión sobre el Pacto de Toledo
La comisión tiene solo unas semanas para hacer su propuesta, en la que ya están identificados todos los puntos 'calientes'
04.12.10 - JOSÉ LUIS GALENDE, en El Comercio.
Nunca en sus 15 años y medio de vida el acuerdo sobre las pensiones conocido como Pacto de Toledo había corrido tanto peligro. El anuncio del Gobierno de aprobar la reforma del sistema antes de dos meses pone a prueba otra vez la voluntad de los partidos para negociar unos cambios que todos ven imprescindibles.
Jubilaciones anticipadas. Reducir las jubilaciones anticipadas es un objetivo que mencionó Valeriano Gómez, y comparten todos los grupos parlamentarios. No parece existir la más mínima duda al respecto. De hecho, Gómez mencionó esta propuesta incluso antes de anunciar la necesidad de medidas que prolonguen la vida laboral. Aunque las penalizaciones existentes tienen un efecto neutro o positivo sobre el gasto de la Seguridad Social en los trabajadores que se retiran con pensión entre los 60 y los 65 años, esta salida puede ser taponada, aun a riesgo de que se complique el rejuvenecimiento de las plantillas de las empresas y se cierre una vía al mercado laboral a muchos jóvenes en estos tiempos de elevado paro. Cuando quedan ya pocos trabajadores con derechos adquiridos para retirarse a partir de los 60 años -los cotizantes a las mutualidades existentes antes de 1967-, acabar con la otra fórmula, la jubilación anticipada para los mayores de 61 años que llevan dos años en paro, es una opción que el Gobierno estaría barajando.
Mención aparte merecen las jubilaciones parciales por contrato de relevo, que han sido endurecidas en la última reforma laboral y que tenían hasta entonces para el sistema un coste medio de 120.000 euros .
Prejubilaciones, solo privadas. Su fin está también próximo, salvo las que son financiadas en exclusiva con fondos de las empresas. El propio ministro ha reconocido que en ese caso no se puede hacer nada, dado que se trata de acuerdos privados.
Incentivos: mejoras para seguir trabajando. Poco más de 100.000 personas siguen trabajando en España a partir de los 65 años, pese a que acumulan un 2% de pensión por cada año que retrasen la edad de jubilación si tienen más de 35 cotizados. Elevar estos incentivos es una fórmula en la que están de acuerdo todos los grupos parlamentarios, aunque el Gobierno no es partidario de llegar a lo planteado en alguna ocasión por el PP de compaginar cobro de pensión con salario.
Retrasar la edad de retiro. Existen varias fórmulas, como dijo el ministro ante el Pacto de Toledo, aunque no las especificó. La más polémica y que más rechazo provoca es alargar a 67 años la edad legal de retiro. De las intervenciones en la comisión parlamentaria cabe deducir que renunciar a esta propuesta es condición indispensable para alcanzar un amplio consenso sobre la reforma que se avecina.
Cotizar más años para tener una pensión completa. Además de las actuaciones ya citadas, otra opción es elevar la cifra de años cotizados para tener derecho a una pensión completa. En la actualidad está en 35 y hay voces que proponen llevarla hasta los 38. La medida permitiría a los trabajadores con carreras largas retirarse a los 65 años, pero obligaría a otros a permanecer en el mercado laboral más allá, ante el riesgo de penalización en su prestación.
Exigencia mínima, elevar los quince años actuales. Otra vía indirecta para mantener al personal en el mercado laboral es elevar el plazo mínimo de cotización para generar una pensión, ahora de 15 años.
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