El conflicto en Duro Felguera ironía y dramatismo.
Duro, medalla y despido
Cinco trabajadores que ayer recibían la distinción por sus 35 años de antigüedad en la empresa se verán afectados por el recorte de plantilla en el taller de Barros
Foto: Por la izquierda, Antidio Bernardo, Emilio Fernández, Jorge Roces y Alfonso Parra.
Langreo, Miguel Á. GUTIÉRREZ, en La Nueva España
Antidio Bernardo, Emilio Fernández, Jorge Roces y Alfonso Parra entraron a trabajar en Duro Felguera cuando España era todavía una dictadura. A estos cuatro operarios del taller de Barros, con edades que oscilan entre los 54 y los 60 años, les correspondía ayer recibir la medalla de la empresa por sus 35 años de antigüedad. Sin embargo, lo que debería ser un motivo de satisfacción para ellos se ha convertido en una amarga ironía ya que forman parte del plan de ajuste planteado por Duro para Felguera Construcciones Mecánicas, que prevé reducir la plantilla de los 150 operarios actuales a 60. «Es absurdo que te den una medalla y después te pongan en la calle», explicaban ayer los trabajadores afectados. Finalmente, sólo uno de ellos fue a recoger la medalla, pero el acto quedó deslucido ya que los directivos de la empresa «vinieron a última hora e hicieron la entrega a toda prisa».
Jorge Roces tiene 54 años y es uno de los cinco operarios en activo a los que les corresponde la medalla de antigüedad. Otros antiguos compañeros que se prejubilaron en años anteriores también debían recibir la distinción en la tarde de ayer. Roces se enteró de que se iba a quedar sin trabajo en el hospital, cuando se recuperaba de una intervención por un problema intestinal. «Un compañero vino a verme y me preguntó si me había enterado de cómo estaban las cosas por el taller; le comenté que había oído algún rumor. Fue entonces cuando me dijo que estaba despedido», indica este langreano, que añade: «Yo tengo 54 años y las perspectivas en mi caso son muy malas, ¿dónde voy a ir ahora?».
La misma inquietud es compartida por el resto de compañeros afectados. Emilio Fernández, vecino de La Felguera, tiene 59 años y lleva trabajando toda la vida en Duro Felguera. «No entiendo que, por un lado, te den la medalla al trabajo y por otro la carta de despido». Para Fernández, la situación del taller de Barros «no es tan mala» como la pintan ya que, con un plan de inversiones para el taller -incumplido sistemáticamente por la dirección según denuncia desde hace tiempo el comité de empresa- y con carga de trabajo, la instalación de Barros sería viable.
«Después de 35 años en la empresa te dejan con la espalda abierta y en la calle», relata Antidio Bernardo Rodríguez, de 59 años, quien, al igual que el resto de sus compañeros denuncia que el problema de Barros «se veía venir» desde hace tiempo debido a la ausencia de inversiones y un plan de futuro para el taller. Bernardo sí fue a la comida de entrega de las medallas, celebrada en un restaurante de Lada, «junto a otros cinco compañeros que ya están prejubilados pero que siguen ligados a Duro y también iban a recibir la medalla»: «Más que nada fui para comer con estos compañeros y no hacerles un feo. Los representantes de la dirección llegaron a última hora para dar las medallas, cuando ya estábamos cogiendo los abrigos para irnos».
Por su parte, Alfonso Parra, que se vio afectado por el anterior ERE y en la actualidad no está en activo, denunció que la situación de los 60 operarios que no vean afectados por el recorte «no será mucho mejor mientras no haya un plan de futuro e inversiones para el taller».
La situación de todos estos empleados no es atípica. «En total hay 38 personas con más de 50 años trabajando en la empresa que se van a ver afectadas por el recorte planteado por la dirección y que lo van a tener muy difícil para recolocarse en otra empresa», explica José María Díaz, presidente del comité de empresa de Felguera Construcciones Mecánicas.
El ajuste en el taller de Barros incluye el despido de 47 trabajadores, que cobrarían 35 días por año trabajado; 20 prejubilaciones y 18 desplazados. «Las prejubilaciones de las que hablan también son despidos encubiertos porque las condiciones en las que se va a ir la gente son muy malas», apuntó Díaz.
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