Estancamiento y dinámica metropolitana en nuestra demografía
«Las cuencas iniciarán un ritmo de pérdida de población aún superior»
Los expertos en demografía señalan que los últimos datos del INE no difieren de las tendencias esperadas
Foto: Vista aérea del distrito de La Felguera en Langreo.
28.12.10 - I. VILLAR / J. ESCUDERO | GIJÓN, en El Comercio.
«Ninguna sorpresa». Es el resumen del análisis que hacen los expertos en demografía sobre los últimos datos del INE, que apuntan a un importante aumento de población en la zona central -con la excepción de Gijón- mientras continúa la caída en las cuencas mineras.
El sociólogo Jacobo Blanco, coordinador de la división de proyectos del Centro de Cooperación y Desarrollo Territorial (CeCodet), señala que las cifras publicadas ayer por EL COMERCIO atienden principalmente a dos causas. Por un lado, a las dinámicas demográficas metropolitanas que se dan a escala mundial y que también parecen cumplirse en Asturias. «Los centros de las ciudades tienden a perder peso demográfico, mientras crecen las periferias», explica. En este caso debe entenderse el comportamiento de concejos como Siero o Corvera como si fueran extensiones de Oviedo, Gijón y Avilés, respectivamente. «Vemos que aunque Gijón no haya crecido, sí lo hizo Villaviciosa», señala Blanco.
El sociólogo explica que, sobre un mapa, la zona de crecimiento demográfico podría representarse como un arco que, partiendo de la ría de Villaviciosa, llegaría hasta Santa Eulalia de Morcín, pasando por Gijón y Oviedo. Esta dinámica metropolitana se debe principalmente a que «los centros de las ciudades son más caros que las periferias». Ahí radica precisamente el segundo factor fundamental en el comportamiento de la población, condicionado por la crisis económica y su repercusión en el mercado de la vivienda. «Si se quiere una relativamente barata, la gente recurre a Villaviciosa, Siero, Llanera o a las afueras de Oviedo, en San Claudio o La Corredoria».
Por otra parte, Blanco señala que, salvo Noreña, todos los concejos asturianos tienen una dinámica vegetativa -diferencia entre nacimientos y defunciones- negativa, por lo que sólo la inmigración salva sus cifras de población. «Si de repente se detiene el flujo migratorio, aparecen cifras negativas. Es lo que pasa en Gijón, aunque en su caso es una situación puntual. Cuando termine la crisis volveremos a ver crecimientos».
Con respecto al constante descenso de población de las cuencas, «que prácticamente han perdido la mitad de sus habitantes en los últimos 40 años», Jacobo Blanco considera que la tendencia continuará «mientras que la dinámica metropolitana no se extienda a los valles mineros y la actividad económica se anime». El catedrático de Sociología Rodolfo Gutiérrez, de la Universidad de Oviedo, apunta con respecto a estos concejos que, si bien en los últimos años la caída demográfica parecía haberse ralentizado, «ahora empieza un ritmo de pérdida de población más alto. Son concejos muy envejecidos, y la inmigración que viene de fuera prefiere las grandes áreas urbanas. Se puede apuntar que las cuencas muy probablemente iniciarán un periodo de caídas aún superiores».
En el ámbito regional, Gutiérrez considera que los más significativo, más allá de la pérdida de apenas un millar de habitantes, es que «si se comparan los datos con otras comunidades autónomas vemos que Asturias lleva tiempo distanciándose de su entorno natural». El catedrático apunta que el Principado «cada vez se comporta menos dinámicamente que sus vecinos de la cornisa cantábrica y se parece más a las regiones de la Ruta de la Plata».
Estancamiento regional
Tomás Cortizo, catedrático de Geografía, considera que las cifras regionales «muestran de un año para otro variaciones poco significativas, por lo que podemos hablar de una situación de estancamiento». En lo que respecta a los consejos, apunta a «la paradoja de que en algunos casos pierden población, aunque su villa principal se estanca o crece». Como aspecto significativo destaca la evolución en los últimos años de las dos grandes ciudades. «En Oviedo sí hay variaciones significativas, ya que desde 2006 ganó 12.000 vecinos. Gijón en ese mismo periodo ganó 3.000».
Por su parte el concejal de Coordinación Administrativa y Hacienda de Gijón, Santiago Martínez Argüelles, consideró que la pérdida de 356 vecinos el pasado año «es un movimiento imperceptible en una ciudad de 275.000»
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