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Premio de Calidad e Igualdad del Ministerio de Sanidad al centro de salud de El Natahoyo por la “terapia del reencuentro”…

Premio de Calidad e Igualdad del Ministerio de Sanidad al centro de salud de El Natahoyo por la “terapia del reencuentro”…

 

«La gente va mucho a urgencias porque no tiene otra alternativa»

Elena Fernández Enfermera y premio de Calidad del Ministerio de Sanidad

«Tratar únicamente los síntomas del paciente no da buenos resultados; sólo hace que consuma más medicinas»

20.01.11 - LAURA FONSECA | GIJÓN, en El Comercio.

El Ministerio de Sanidad acaba de entregar el Premio de Calidad e Igualdad al centro de salud de El Natahoyo por la labor que Elena Fernández Ardisana y otros profesionales realizan desde hace más de una década. Esta enfermera, nacida en La Felguera, lidera un novedoso programa del que no existen antecedentes en Asturias, pero que ha llamado la atención del ministerio. Se denomina ’terapia del reencuentro’ y en ella los pacientes aprenden a abordar su enfermedad desde otra óptica, sin tener que recurrir necesariamente a la medicación. Elena Fernández forma parte del equipo que hace 27 años inauguró el centro de El Natahoyo. Antes pasó por urgencias del HUCA y también fue supervisora de la UVI de Cabueñes. Este mes recibirá también el premio Solidaridad de la Federación Vecinal.

-¿Qué es la terapia del reencuentro?

-Es una metodología de trabajo que se puede aplicar a diferentes ámbitos. Desde la sociología y la psiquiatría a la medicina o la enfermería.

-¿Y en qué consiste?

-Se trata de trabajar con una persona en toda su integridad. En atender a un paciente no sólo por su síntoma físico, ya que en muchas ocasiones la dolencia o la enfermedad va unida a una forma de pensar y de vivir. Está relacionada con el género, con las propias emociones y también con la espiritualidad, por decirlo de alguna manera. El sistema de dar un papel con instrucciones diciéndole a la gente lo que tiene que hacer puede resultar útil en un hospital, pero no en los centros de salud.

-¿Por qué?

-Porque los centros de salud deben estar más próximos a las personas. Deben entrar en el núcleo familiar, en vez de mirar todo desde arriba. Detrás de un dolor de espalda, de cabeza o de una pequeña depresión puede haber un proceso de divorcio o problemas de los hijos en el colegio. Un síntoma no tiene por qué responder sólo a un trastorno físico. Hace tiempo que nos hemos dado cuenta de que tratar sólo la sintomatología no da buenos resultados; hace que la gente consuma más medicinas. En el momento que las autoridades sanitarias se den cuenta de que hay que fomentar otro modelo de atención ahí puede ser que la cosa cambie.

-¿Cuándo empezaron con esto?

-Hace ya unos diez años.

-Mucho, ¿no?

-Sí, pero en todo este tiempo hubo sus más y sus menos.

-¿A qué se refiere?

-A que no ha sido, ni es, un camino fácil. No siempre contamos con el apoyo institucional necesario.

-¿La gente sale diferente de esas terapias?

-Totalmente. Muchos dejan de sufrir la dolencia que les trajo al centro de salud y se dan cuenta de que en realidad lo que tenían que cambiar estaba en su propio hogar. Una de las claves de este programa es que la propia gente se convierte en agente de salud.

«Cambiar de modelo»

-¿Consumimos mucha sanidad?

-Mucho. La sanidad se ha convertido en un bien de consumo. Pero la culpa no la tiene la gente que va a urgencias. El problema es que no se construye otra alternativa. No hay un modelo diferente de atención comunitaria.

-¿Cuánta gente han visto?

-Más de 400.

-¿Y hay lista de espera?

-Ahora mismo tenemos bastantes personas en espera.

-¿Se aplica en más centros?

-No, el de El Natahoyo es el único en toda Asturias. Precisamente, la lucha que ahora tenemos es lograr que el programa se extienda a más centros. Hay muchos profesionales formados que están dispuestos a realizar esta actividad.

-Pero estas terapias, ¿no serían buenas para reducir el gasto en medicinas? La propia Consejería de Salud habla de la necesidad de no consumir tantos fármacos...

-Sí, pero no es lo mismo que yo te diga ’Haz ejercicio, come sin sal’, a que te diga ’¿Qué necesitas?, ¿qué quieres? Yo te enseño’. Es un cambio de paradigma tan importante que asusta a los profesionales y a las instituciones.

-Pero el Ministerio de Sanidad le ha dado un premio entre 120 trabajos de toda España.

-Sí, pero nadie es profeta en su tierra.

-¿Con qué tipo de pacientes trabajan?

-Hasta ahora veníamos trabajando con mujeres, pero hemos comenzado también con hombres.

-¿Puede apuntarse cualquiera?

-No. Esto no es como acudir a un taller. Es necesario que haya una indicación clínica previa.

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