Acto homenaje a Marcelino Camacho
La huella gijonesa de Camacho
La familia del fundador de CCOO reivindica su memoria como un acto más de lucha
03/04/2011/ E. G. Bandera, Gijón, en La Voz de Asturias.
“Ni nos domaron ni nos doblegaron ni nos van a domesticar”. La frase, convertida en todo un lema para la lucha obrera, la pronunciaba Marcelino Camacho tras nueve años preso en Carabanchel. Josefina Samper, compañera infatigable y musa para el fundador y primer secretario general de las Comisiones Obreras, recordaba ayer con su excelente humor sus idas y venidas en defensa de los presos políticos, como su marido, de la dictadura. “Nosotros siempre hemos luchado enormemente, de una forma u otra, y nunca han conseguido dominarnos. Nunca me he achicado, no me han acobardado. No me han cogido nunca y he hecho muchas trastadas”, aseguraba, durante el sencillo y emotivo homenaje que CCOO de Asturias rendía en Gijón al sindicalista fallecido en octubre.
Al acto, que se celebró en Gijón por ser Mina La Camocha el más que posible embrión de Comisiones Obreras en 1957, es el primero que realiza una organización confederal del sindicato. “Y no es casualidad que así sea”, explicó el secretario general de CCOO, Ignacio Fernández Toxo, “porque en Asturias es donde se residencia el mito fundacional de las Comisiones Obreras. La Camocha está escrita en letras de oro en los genes de este sindicato y la presencia de Marcelino fue constante en Asturias encabezando las luchas de la naval, de la siderurgia y de la minería”. Yenia Camacho, hija del líder sindical, certificó los “muchos recuerdos” que su padre y ella misma guardaban de Asturias y el “sentimiento profundo” y el agradecimiento que siempre tuvieron a “los luchadores de Asturias”.
La batalla de hoy y mañana Camacho, militante como toda la familia, reivindicó la memoria de su padre y advirtió de que debe recogerse su testigo. “‘Somos muchos los que pensamos igual’, decía incluso en la clínica, antes de morir”, aseguró Camacho, para reclamar esa memoria “como un acto más de lucha”. El mensaje que, de hecho, su padre quiso dejar para después de su muerte es claro en ese sentido: “Buscar las cosas útiles de su vida para la batalla de hoy y la de mañana”. El auditorio recibió las intervenciones de la mujer y la hija de Marcelino Camacho en pie, con una gran ovación. Y los mismos aplausos se escucharon cuando Yenia Camacho recordó que el sindicalista fallecido no acababa de entender que, hoy, los congresos sindicales se realicen “de abajo para arriba”.
Toxo, que intervino antes que la familia, rememoró las numerosas ocasiones en las que Camacho visitó Asturias. Una de ellas, como otras tantas, muy sentida, con motivo del entierro de Juan Muñiz Zapico, cuya viuda, Genita Torre, estaba presente en el auditorio. “Juanín estaba llamado a jugar papeles mucho más allá, era un valor firme y eso lo sabía Marcelino”, dijo Toxo, que también quiso reivindicar la memoria de Camacho. “La historia muchas veces es injusta con las personas y la reciente de este país tiene una deuda de justicia con el movimiento obrero, con Marcelino Camacho. Si Marcelino hubiera sido sudafricano tendría el Premio Nobel como Mandela, pero la historia la escriben otros”.
El líder de CCOO insistió en la importancia del papel que tuvo el movimiento obrero en la historia pasada de España. “La democracia hubiera tardado mucho más en llegar”, dijo, mirando también al presente: “Hoy estamos en un momento complicado, con una crisis económica y una crisis de valores, la más perversa a la que sin duda gente como Marcelino estaría enfrentándose”. El día en el que José Luis Rodríguez Zapatero anunciaba su marcha en 2012, Toxo también aprovechó para insistir en el rechazo frontal a las políticas de ajuste del Gobierno, “que sólo prolongarán la agonía de España”. La huella dejada por Camacho guarda frases que sirven para estos momentos: “La fuerza de los trabajadores viene dada, porque son la mayoría”.
El sindicato recordó a su fundador también a través de un pequeño documental en el que participaron los anteriores secretarios generales de CCOO de Asturias. El actual, Antonio Pino, destacó que “pocas personas públicas han reunido tanta admiración” como Camacho, cuyo ejemplo “palpitará para siempre en la historia de CCOO y el movimiento obrero”. Pino recordó que su última visita a Asturias fue con motivo del 25 aniversario del sindicato. “Estaba muy unido a esta tierra, no sólo por compartir la lucha con Juanín Muñiz, sino que sentía un profundo aprecio por Asturias y por el coraje de sus gentes”. En aquella última visita, relató, “nos recordó los tiempos de la clandestinidad, el proceso 1.001, los años de cárcel, y nos emocionó a todos cuando dijo que venir a Asturias no era ir a cualquier sitio. Y también cuando dijo que nuestro sindicato no aceptara nada que no avalen los trabajadores”.
Camacho no pudo asistir, sin embargo, a Langreo cuando su nombre entró en el callejero. También forma parte del nomenclátor gijonés, como recordó el concejal de Urbanismo, Pedro Sanjurjo, que excusó la presencia de la alcaldesa, Paz Fernández Felgueroso, por encontrarse en el Comité Federal del PSOE. “La sociedad es más integrada, más participativa gracias a ejemplos como Camacho”, valoró el edil. También el consejero de Industria, Graciano Torre, destacó la “huella indeleble” del sindicalista, del que el presidente del Principado, Vicente Álvarez Areces, también en Madrid, recordó mediante una carta el valor de su actividad clandestina. “Fue un testimonio de generosidad y entrega de los que nos enfrentábamos a la dictadura. No debe olvidarse su protagonismo en la lucha contra la dictadura y en la recuperación de los derechos sociales”, decía Areces en la misiva, “siempre estuvo muy ligado a Asturias y era una persona íntegra, valiente y coherente”.
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