La propuesta es buena y digna de consideración pero el momento, con las elecciones locales y autonómicas ahí, es bastante inoportuno
Salud cierra la puerta a unir el hospital de Riaño y el de Mieres
La consejería alega que los pacientes pueden recibir asistencia en cualquier centro
16/04/2011/ A. Castaño, Mieres/Langreo, en la Voz de Asturias
La Consejería de Salud y Servicios Sanitarios del Principado de Asturias no quiso, ayer, entrar en valoraciones sobre la propuesta de Antonio Roibás, gerente del Hospital Valle del Nalón que el pasado jueves apuntó la posibilidad de que su centro y el nuevo Álvarez-Buylla de Mieres funcionen con un sistema de cooperación. Desde el gobierno autonómico se limitaron a asegurar que “con el nuevo equipamiento hospitalario mierense se demuestra un compromiso claro con la atención al paciente de la comarca del Caudal”. “Además de los servicios médicos que existen en estos momentos, el nuevo hospital de Santullano permitirá incorporar nuevas especialidades que hasta ahora no existían en la zona”, apuntaron fuentes de la Consejería de Salud.
El nuevo centro sanitario de Mieres tendrá una unidad para ocho dializadores que vienen a resolver un importante problema ya que el área sanitaria VII, a la que pertenece Mieres, es la única de Asturias que carece del servicio de hemodiálisis para los enfermos de insuficiencia renal crónica. Además, se crearán siete camas de cuidados intermedios médicos, que actualmente no existen.
Desde el Gobierno regional no descartaron ni apoyaron la propuesta de la cooperación entre las dos infraestructuras sanitarias de las comarcas pero insistieron en que, hoy por hoy, “todos los asturianos se pueden beneficiar de los servicios que se presten en todos los hospitales del Principio”. El planteamiento de Roibás pasa por implantar un sistema que permite mejorar la calidad y la cantidad de servicios que se prestan a los pacientes, además de optimizar recursos. Se trataría de organizar servicios de manera que se complemente la oferta de los dos centros, que atiende a una población potencial de 150.000 personas.
Entre el Hospital Valle del Nalón y el Hospital Álvarez Buylla suman en torno a 430 camas, algo menos de las que tiene el Hospital de Cabueñes que atiende al área de Gijón. Asimismo, según los datos de enero de la Consejería de Salud del Principado de Asturias, entre el equipamiento mierense y el langreano suman más de 2.600 pacientes en lista de espera. La cifra es sensiblemente inferior a la del mismo mes del año 2009 aunque muy superior a la que se registraba al principio de la década. Éste hecho se debe, fundamentalmente, al envejecimiento de la población. El Hospital de Riaño tenía en enero 1.489 personas en espera para operarse, frente a los 1.145 del Álvarez Buylla, si bien, el centro mierense tiene una capacidad más reducida con alrededor de ochenta camas menos.
Listas de espera El tiempo medio de espera de un paciente también es superior en Langreo que en Mieres. La media de las cuencas mineras es de sesenta y cinco días en lista antes de pasar por el quirófano. El hospital langreano cerró el año 2010 con una reducción de la lista de un 14,4 por ciento con relación al año anterior, mientras que en el Álvarez Buylla el número de pacientes en lista quirúrgica se redujo en un 5,1 por ciento. Asimismo, en ambos servicios aumentó, en su conjunto, la cirugía programada.
Por patologías, los pacientes de cataratas son los que más engordan la lista de espera. Hace tres meses, alrededor de 650 personas de las comarcas mineras se encontraban a la cola para operarse de esta dolencia oftalmológica. La segunda patología con más pacientes a la espera es la artroscopia, seguida del túnel carpiano, la hernia inguinal y la prótesis de cadera.
En paralelo al debate sobre si organizar un sistema de cooperación entre los hospitales de las comarcas mineras, continúan activas las obras del centro que se está construyendo en Santullano. El equipamiento mantiene el número de camas del actual pero introduce mejoras cualitativas que afectan tanto a la capacidad de cuidados como a la confortabilidad de las mismas. El aumento del número de habitaciones también permitirá incrementar el uso individual.
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