El problema no es económico sino de organización, asegura Carlos Macaya presidente de la SEC

Asturias, entre las autonomías con peor coordinación para atajar el infarto agudo

La Sociedad Española de Cardiología advierte de que la aplicación de un tratamiento mediante angioplastia primaria salvaría unas mil vidas al año

Gráfico: Angioplastias realizadas en 2009 por millón de habitantes.
Oviedo, P. R. / Agencias
Unas 70.000 personas sufren un infarto agudo de miocardio (IAM) al año en España y 20.000 no consiguen sobrevivir. Una mejor coordinación sanitaria en el tratamiento mediante una angioplastia primaria salvaría unas mil vidas, según datos facilitados ayer, en Madrid, por Carlos Macaya, presidente de la Sociedad Española de Cardiología (SEC). Las autonomías que cuentan con una adecuada red asistencial en la atención a esta patología son aquellas que ofrecen una mejor respuesta en el acceso a la angioplastia primaria y, en eso, Asturias, con 123 por millón de habitantes en el año 2010, está en los puestos bajos. La media nacional se situó ese mismo año en 225 y la comunidad que obtiene mejores resultados es Navarra, con 410 por millón de habitantes.

El Principado, no obstante, casi dobló el número de angioplastias con respecto a 2009 (65) y el anterior equipo de la Consejería de Salud puso en marcha este mismo mes, en las áreas sanitarias de Oviedo y Gijón (IV y V), el denominado «Código Corazón», un plan para mejorar la atención al infarto agudo de miocardio, en el que se incluye la oferta de la angioplastia primaria. La coordinación de todo el programa parte, en la práctica, del Servicio de Atención Médica Urgente (SAMU).

El infarto agudo de miocardio es la principal causa de muerte tanto en hombres como en mujeres en todo el mundo. La angioplastia primaria es la técnica más recomendada para su tratamiento, «siempre que se realice en las condiciones adecuadas», según Antonio Fernández, secretario de la sección de cardioplastía isquémica y unidades coronarias de la citada Sociedad.

La técnica consiste en tratar la obstrucción de la arteria coronaria mediante la aspiración del trombo y la implantación de un stent, una especie de malla metálica que resuelve la estrechez existente. El intervalo de tiempo que transcurre desde que el paciente sufre el infarto hasta que se le abre la arteria obstruida mediante la angioplastia primaria no debería superar los 120 minutos, según Antonio Fernández.

Los síntomas clásicos de un infarto son dolor de pecho opresivo que puede pasar a los hombros, el cuello y la mandíbula, normalmente acompañado de sudoración, dificultad respiratoria y náuseas.

La puesta en marcha en Asturias del programa «Código Corazón» permitirá, entre otras cosas, que cuando se detecte que un paciente puede padecer un IAM se le estabilice, se dé aviso a la unidad de hemodinámica correspondiente e ingrese con urgencia en el Hospital Universitario Central de Asturias (HUCA), en Oviedo, o en el de Cabueñes, en Gijón. En el caso en que esté indicado, en cualquiera de los dos se le podrá practicar la angioplastia en el mismo momento de la llegada.

La medida de la Consejería de Salud mejora sustancialmente a los pacientes del área V que, además de Gijón, incluye Carreño y Villaviciosa. Hasta hace sólo unas semanas el afectado de esas zonas recibía un tratamiento urgente en el Hospital de Cabueñes -farmacológico o de otro tipo-, pero sin procedimiento intervencionista, ya que no había capacidad para ello. La apertura de la unidad de hemodinámica en el centro sanitario gijonés y toda la estructura que se ha articulado en torno a ella ha permitido la puesta en marcha de este plan que, sin duda, mejorará las cifras de supervivencia en Asturias de los afectados.

Las diferencias entre las autonomías no es una cuestión económica sino de organización, asegura Carlos Macaya.

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