87 Congreso de la Sociedad Española de Oftalmología que se celebra estos días en Oviedo
«El 25% de la población presenta alguno de los síntomas de ojo seco»
«Está demostrado que los parches de estrógenos empeoran el problema, porque son los andrógenos los que protegen al ojo» Margarita Calonge Cano Investigadora del IOBA
22.09.2011 - R. MUÑIZ, OVIEDO, en El Comercio.
Docente, médico e investigadora, Margarita Calonge (Segovia, 1960) participó ayer en el 87 Congreso de la Sociedad Española de Oftalmología para departir sobre los avances en diagnóstico y tratamiento del ojo seco. Dice que «entre el 20 y el 30% de la población presenta síntomas de este síndrome», caracterizado por la incapacidad del lagrimal para humedecer al ojo. «Si exigimos tres o más síntomas, la incidencia se mantiene entre el 8 o 10%, encontrando mayor prevalencia entre las mujeres menopáusicas», matiza.
-¿Por qué?
-Antes de la menopausia tenemos hormonas que conservan las estructuras oculares en condiciones naturales, esto es, desinflamadas. Con la menopausia bajan estas hormonas y entonces las estructuras quedan expuestas a segundos estímulos, como el vivir en ambientes secos, tener tratamientos virales...
-¿Los parches lo combaten?
-No, está científicamente comprobado que los parches de estrógenos empeoran el síndrome de ojo seco, además de aumentar la exposición al cáncer. En el caso que nos ocupa, la razón es que las estructuras oculares no se defienden a base de estrógenos, si no con andrógenos, que también de ellos tenemos las mujeres.
-¿Qué avances nos esperan en materia de diagnóstico?
-Buscamos biomarcadores, moléculas cuya medición nos permita hacer ver el estado del paciente. El objetivo es lograr aquí lo mismo que tienen los diabéticos, que con testar el nivel de glucosa en sangre saben cómo va su diabetes.
-¿Veremos un medidor en cada casa de quienes tienen ojo seco?
-Pensamos más en un sistema de diagnóstico personalizado y diferencial para las consultas.
-¿Dónde buscan al biomarcador?
-Trabajamos con las citoquinas de la lágrima y con las células epiteliales de la superficie ocular. Llevamos cinco años en ello.
-¿Cómo lo hacen?
-En el IOBA contamos con una cámara de ambiente controlado. Piense que aquí el tejido diana es el ojo, que al estar en contacto con el aire, puede darnos resultados muy dispares, según sea la humedad del ambiente.
-El ojo tiende más a la sequedad en su Valladolid que aquí.
-Sí; quienes tienen sequedad de ojos son felices cuando van a la playa y lo pasan mal en las ciudades como Valladolid, con una humedad del 35%.
-¿Novedades en tratamiento?
-Sí, existen múltiples fármacos antiinflamatorios, pero están aún en fase de ensayo clínico o preclínico.
-¿Cómo actúan?
-Unos son neutralizadores de Interloquina 17 (IL-17), otros inhibidores del TNF alfa, y hay una tercera gama de análogos de la ciclosporina.
«Tras añadirle lípidos, estamos a sólo un paso de la lágrima ideal»
David Díaz Valle Oftalmólogo del Clínico de Madrid: «La edad, el uso de los ordenadores y el aire acondicionado inciden en el síndrome de ojo seco, que está asociado a nuestro tipo de sociedad»
22.09.2011 - R. M., OVIEDO, en El Comercio.
En 2005 recibió el Premio Hermenegildo Arruga al mejor oftalmólogo menor de 40 años y ayer David Díaz del Valle (Acehuche, 1965) desgranó en qué punto está la búsqueda de la lágrima ideal. El asunto es vital «dado que la de los ojos secos es la enfermedad más frecuente de la oftalmología», explica.
-¿Por qué es tan alta la incidencia?
-Por un lado está la cuestión de la edad, por el otro, la menopausia, pero existe un tercer grupo afectado por actividades en las que se usa mucho el ordenador.
-¿Qué problema causa?
-Concentras mucho la mirada, como al leer, y entonces reduces el parpadeo. El aire acondicionado de las oficinas viene a complicar el problema, al secar el ambiente. Lo normal sería parpadear entre 12 y 13 veces por minuto.
-¿Estamos ante un problema asociado al tipo de sociedad que creamos?
-Totalmente.
-¿Todos los ojos secos son iguales?
-No, el más frecuente es el asociado a las glándulas de meibomio, que empiezan a segregar lípidos de peor calidad, lo que provoca que la lágrima se evapore más fácilmente.
-¿Qué ocurre si no se trata?
-La sequedad termina con molestias crónicas, la visión se hace más imperfecta y necesitas aumentar el parpadeo. Así, aparecen úlceras en la córnea, lo que es fuente constante de consulta. En los casos más extremos, la inflamación del lacrimal requiere cirugía.
-Para evitarlo, llega la lágrima artificial.
-Sí, es una lágrima que cada vez se parece más a la natural, para lo que le vamos añadiendo sustancias.
-¿Qué tipo de sustancias?
-La natural tiene una capa lipídica y otra acuomucinosa, que es la que entraña compuestos antibacterianos. En principio, no es posible producir ambas de forma artificial, aunque las que ahora presentamos como novedad en este congreso incorporan componentes lipídicos y sustancias que regeneran el epitelio de la córnea.
-¿Qué efecto tiene?
-El ojo pasa más tiempo protegido y el paciente no tiene que estar echándose gotas con tanta frecuencia. Ahora hay gente que necesita ponerse gotas 20 o 30 veces al día.
-¿Cuál es el precio?
-Estas nuevas no están financiadas por la Seguridad Social, así que el tratamiento cuesta entre 15 y 20 euros para dos o tres meses.
-¿Qué le falta a la lágrima artificial para llegar a ser perfecta?
-Incorporarle las sustancias antibacterianas. Añadirle estos lípidos es un paso importante, pero nos falta éste otro más. Ahora lo más próximo que tenemos son las lágrimas enriquecidas a partir de la sangre del paciente.
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