¡¡Inaugurado!!... ahora empezará a funcionar a mediados de noviembre
El Principado y Cajastur, abiertos a aliarse para enviar pacientes al acelerador del Centro Médico
El Instituto de Medicina Oncológica (IMOMA) del centro sanitario ovetense presenta su equipo de vanguardia para tratamientos de radioterapia
El Grupo Masaveu y Cajastur llevan invertidos diez millones y piden colaboración para nutrir de enfermos un dispositivo casi único en el mundo
Oviedo, Pablo ÁLVAREZ, en La Nueva España
El Centro Médico de Asturias presentó ayer su nueva unidad de radioterapia, que incluye la incorporación de un acelerador lineal de última generación que ha supuesto una inversión cercana a los cinco millones de euros. Está previsto que este nuevo equipamiento, impulsado por el Grupo Masaveu y Cajastur, entre en servicio a lo largo de la segunda mitad de noviembre.
El presidente de Cajastur, Manuel Menéndez, comprometió la ayuda de la Obra Social de la entidad para evitar que ningún enfermo de cáncer que requiera un tratamiento con esta tecnología se quede sin él por razones económicas. El reto puede tener su coste, al tratarse de un centro sanitario de titularidad privada y de una máquina de alto coste. Por eso Menéndez pidió la colaboración del Principado, pues el objetivo que puso sobre la mesa requerirá la derivación de pacientes de la sanidad pública.
El Presidente del Gobierno regional, Francisco Álvarez-Cascos, recogió el guante expresando su voluntad de llegar a acuerdos. «Tienen que saber Cajastur y su Obra Social que tienen a su disposición a la Consejería de Sanidad del Principado para articular esas medidas de solidaridad social que permitan poner al servicio del conjunto de la sociedad asturiana estos excepcionales instrumentos tecnológicos de última generación», señaló Cascos.
En un discurso escrito que finalmente no fue leído -el presidente regional improvisó su intervención-, Cascos señalaba que en los nueve primeros meses del año, el Servicio de Salud del Principado (Sespa) derivó al Centro Médico 582 operaciones y 2.040 estudios de resonancia. «Es una prueba de que la medicina pública y privada han de ser complementarias», afirmaba el presidente en el mencionado texto.
La nueva unidad de radioterapia forma parte del Instituto de Medicina Oncológica y Molecular de Asturias (IMOMA) creado en el Centro Médico. El IMOMA está participado al 66 por ciento por el Grupo Masaveu, mientras que Cajastur controla el 33 por ciento restante. Su misión consiste en prevenir, diagnosticar y tratar el cáncer.
El acto de inauguración de ayer contó con la presencia de los máximos responsables del Grupo Masaveu, encabezados por su presidente, Fernando Masaveu; el presidente del Principado, Francisco Álvarez-Cascos; el alcalde de Oviedo, Gabino de Lorenzo; el presidente de Cajastur, Manuel Menéndez; y el arzobispo de Oviedo, Jesús Sanz Montes.
El arzobispo bendijo las instalaciones, un edificio de nueva planta construido junto al Centro Médico con todos los requisitos de seguridad que exigen los tratamientos de radioterapia. Entre tanto, Fernando Masaveu subrayó el impulso que dieron al proyecto tanto su padre, Elías Masaveu, fallecido precisamente de cáncer, como su tía, María Cristina Masaveu. También tuvo un recuerdo afectuoso para José María Richard, promotor y durante muchos años máximo responsable del Centro Médico, y agradeció la colaboración e inspiración proporcionadas por Carlos López Otín, catedrático de Biología Molecular de la Universidad de Oviedo. Fernando Masaveu calificó a Cajastur como «la mejor y más fiel de las compañías».
Gabino de Lorenzo inició su intervención reivindicando para el alcalde de Oviedo el tratamiento protocolario de «excelentísimo», frente al actualmente vigente de «ilustrísimo», después de lo que denominó «una degradación protocolaria». De Lorenzo coincidió con Álvarez-Cascos en celebrar que el IMOMA y la nueva unidad de radioterapia sean fruto de la iniciativa privada. «Es como si se viese un rayo de luz en esta oscura noche que es la crisis económica», enfatizó el alcalde, quien se mostró muy generoso en los elogios a Cajastur y a su presidente, Manuel Menéndez. «Eres un gran presidente, y Cajastur está y sabe estar una y otra vez, una y otra vez, allá donde tiene que estar. Gracias amigo y enhorabuena». Ya en tono más distendido, De Lorenzo afirmó que «no es la primera vez que entro en este centro [el Centro Médico] averiado y salgo reparado». Y bromeó: «No tengan ustedes prisa por incluirme en la lista de pacientes de esta excepcional máquina, pero puede dormir uno tranquilo sabiendo que tenemos la vanguardia».
Francisco Álvarez-Cascos calificó de «privilegio» el asistir a la puesta de largo de una iniciativa de «tres instituciones privadas que han sumado sus esfuerzos y sus compromisos con la sociedad». A juicio del Presidente regional, «el IMOMA es un modelo de cómo la sociedad asturiana puede ayudar a colocar al conjunto de Asturias a la vanguardia de la medicina mundial». «Quiero decirles que, como Presidente del Principado, procuraremos ayudar, respaldar y promover iniciativas de colaboración privada como ésta. Y quiero decirle al responsable del IMOMA que sepáis que cuentan con el apoyo y el respaldo del Principado de Asturias para continuar con su labor».
Los responsables del Centro Médico, ubicado a las afueras de Oviedo, afirmaron que el conjunto del IMOMA ha sumado hasta el momento una inversión cercana a los diez millones de euros, de los que aproximadamente la mitad se los ha llevado el acelerador lineal.
Se trata, según los especialistas que lo manejarán, del «primer representante de una nueva generación» del que sólo existen unidades en activo en Estados Unidos y Suiza. Para dar una idea de la potencialidad de la máquina, Santiago Vilar, responsable del servicio de radioterapia del IMOMA, señaló que si los niveles de sofisticación se miden de 1 a 5, el nuevo acelerador «estaría en el 5 y los restantes disponibles en España no pasarían del 3». Según los especialistas del Instituto de Medicina Oncológica, el equipo «destaca por su versatilidad, su gran precisión y exactitud, sus sistemas de control para proteger los órganos y tejidos sanos durante el tratamiento y su rapidez, hasta seis veces mayor que la de los aceleradores convencionales». Este último factor permite tratamientos más seguros, así como «la posibilidad de que la radiocirugía cause menos molestias».
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