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Más o menos igual que las demás CC.AA. y que INGESA, que es lo que se transformó el antiguo INSALUD, y que sigue gestionando hoy lo no transferido …

Más o menos igual que las demás CC.AA. y que INGESA, que es lo que se transformó el antiguo INSALUD, y que sigue gestionando hoy lo no transferido …

El Principado duplicó el gasto sanitario en 10 años desde el traspaso

Asturias recibió en enero de 2002 las competencias del Insalud por valor de 939 millones. Ahora gastamos en sanidad casi el doble

Foto de hace 10 años: De izquierda a derecha, Gabriel Elorriaga, de aquella secretario de Estado de Organización Territorial; Jaime Rabanal, consejero de Hacienda; Jesús Posada, ministro de Administraciones Públicas; Angelina Álvarez, consejera de Administraciones Públicas de Asturias, y Francisco Sevilla, consejero de Salud. La foto fue tomada el 26 de diciembre de 2001, en la reunión en la que se dio por cerrado el traspaso sanitario

24.12.11 - LAURA FONSECA | GIJÓN, en El Comercio.

El día en que el Principado anunció que finalmente aceptaba el traspaso sanitario, dejando tras de sí una dura y tensa negociación con el Gobierno central de José María Aznar (PP), la Lotería de Navidad dejaba en Asturias más de 72 millones de euros del segundo premio. Era el 22 de diciembre de 2001 y el Ejecutivo regional de entonces presidido por Vicente Álvarez Areces (PSOE) cerraba un arduo capítulo que contrariamente a lo que podría haber vaticinado aquel sorteo navideño, no trajo una lluvia de millones. Más bien, lo contrario.

El próximo 1 de enero se cumplirán diez años desde que Asturias y otras diez comunidades autónomas se hicieran cargo de las competencias sanitarias, hasta entonces gestionadas por el Insalud. España daba un paso más hacia la descentralización, un proceso que años más tarde se completaría con el traspaso de Justicia. El acuerdo de transferencias sanitarias se cerró el día de la Lotería de Navidad pero no entró en vigor hasta Año Nuevo, es decir, el 1 de enero de 2002.

El Principado asumió una sanidad pública valorada en 939 millones de euros. A decir verdad, el traspaso se cifró y se documentó en 156.012 millones de las antiguas pesetas, ya que el euro aún no computaba como moneda oficial en España (VER REAL DECRETO DEL TRASPASO). Con ese dinero, del que el Ejecutivo central excluyó expresamente la construcción del futuro HUCA que tuvo que ser asumida en solitario por la autonomía asturiana, el Principado debía financiar el funcionamiento de siete hospitales públicos, 78 centros de salud y pagar las nóminas de una plantilla compuesta por 12.636 personas. El acuerdo se alcanzó sin demasiadas estridencias. De hecho se tomó como «una victoria imperfecta», en palabras de la Federación Socialista Asturiana (FSA), entre otras cosas porque se entendía como un pacto rácano en materia económica, en el que no se había logrado integrar el coste para construir el futuro hospital de La Cadellada, el gran caballo de batalla de las transferencias sanitarias asturianas.

El enfado a este lado de la Meseta no sólo provenía por habernos quedado sin financiación estatal para el HUCA, sino porque el Gobierno de Aznar sí autorizó pagar la ampliación y remodelación del Hospital de Valdecilla, situado en la comunidad cántabra en esos momentos gestionada por el PP. El complejo sanitario vecino mostraba un sinfín de similitudes con el asturiano, pero de aquella ni Cristóbal Montoro, entonces ministro de Hacienda que ahora repite cargo con Rajoy, ni Jesús Posadas, ministro de Administraciones Públicas y actual presidente del Congreso, hicieron caso a las reivindicaciones planteadas por el Principado. El HUCA quedó fuera de las transferencias, lo que obligaba a Asturias a pagarlo de su propio bolsillo.

Farmacia y sueldos

El caso es que en estos diez primeros años de transferencias, el Principado ha visto cómo se duplicaba su gasto sanitario. Pasamos de los 939 millones de euros de 2002 a los 1.648 millones actuales, a los que hay que sumar otros 300 millones de deuda acumulada. En total, casi 2.000 millones de euros, el doble con lo que Asturias financiaba la sanidad hace una década.

Pero, ¿crecieron en la misma proporción la demanda asistencial o los dispositivos sanitarios? No. Ha habido aumento, pero no como para justificar que el presupuesto sanitario se haya duplicado. Cuando Asturias recibió las transferencias, la plantilla sanitaria la conformaban 12.636 personas. Ahora el Sespa tiene contratados a 14.015 profesionales. En 2002 había 7 hospitales públicos y 78 centros de salud. Diez años más tarde, la red pública hospitalaria y de Primaria es casi idéntica. La única incorporación de peso ha sido la de Arriondas, hospital en aquel entonces concertado y que ahora se ha integrado en el Sespa. Los nuevos centros de salud se cuentan por debajo de la decena en ese periodo. En ese gasto sanitario de casi 2.000 millones no se pueden computar tampoco los nuevos HUCA y el hospital de Mieres, pendientes todavía de apertura.

En cuanto a pacientes, tampoco se ha disparado en la última década el volumen de enfermos atendidos. En 2002 se registraban del orden de los 9 millones de consultas en Primaria y había unos 111.000 ingresos hospitalarios. En la actualidad se contabilizan 10 millones de citas en los centros de salud y 112.140 pacientes ingresados, según se desprende de la memoria del Sespa del año 2010. En ningún caso se trata de cifras que se hayan duplicado, como sí lo hizo el gasto sanitario.

Las dos únicas partidas que podrían explicar, aunque solo en parte, el incremento exponencial de lo que gastamos en salud, son la factura farmacéutica y las mejoras salariales del personal sanitario, incluida la carrera profesional aprobada en 2007 para la plantilla del Sespa. Hace diez años destinábamos a la compra de medicinas 232,9 millones de euros. El presupuesto de Sanidad para 2012 tiene consignados 329 millones. Hablamos de un aumento en fármacos a razón de 9 millones al año. En cuanto a los incrementos salariales, el Sespa estimó en su día en 47 millones el coste de la carrera profesional, al que se suman otros 30 millones de la homologación acordada en 2002 para las diferentes categorías laborales y que se obtuvo tras una huelga del personal que se prolongó durante tres semanas.

Caramelo envenenado

Uno de los objetivos de la cesión de las transferencias de Insalud era aumentar la proximidad de los servicios a los ciudadanos, pero lo cierto es que el traspaso sólo logró dotar de más poder a las autonomías hasta convertirlas casi en soberanas, pero también contribuyó a endeudarlas casi hasta la asfixia. Hay quien considera el traspaso como «un caramelo envenenado» que terminará por hundir al sistema sanitario. Lo ocurrido en Cataluña es significativo, ya que pone en evidencia la falta de una autoridad sanitaria competente en España. Eso ha hecho que a la sombra del traspaso germinaran 17 sistemas de salud diferentes, en los que cada uno busca soluciones por libre.

«Con el Insalud estábamos mejor», dicen los trabajadores

24.12.11 - L. FONSECA | GIJÓN, en El Comercio.

Medio vacío o medio lleno. El traspaso sanitario ofrece a diez años vista un balance ambiguo entre el personal sanitario. Hay quienes realizan una valoración positiva, por que consideran que las transferencias han dotado a la autonomía de mayores competencias y, por tanto, de más poder de decisión. Sin embargo, son más los trabajadores que consideran que «con el Insalud estábamos mejor». Entre los que ven el vaso medio vacío está el secretario general del Sindicato Médico (Simpa) para quien las transferencias «sólo ha traído más burocracia y más precariedad laboral». Antonio Matador, que reconoce no obstante que «ha habido mejoras salariales y profesionales», se queja de que el Principado no haya sido capaz en diez años de llevar a buen puerto una oferta pública de empleo cuando otras comunidades «van por la segunda». En su opinión, «el traspaso ha contribuido a la creación de 17 sistemas de salud y a 17 regímenes retributivos diferentes, lo que es una auténtica locura para un país como España».

Su antecesor en el cargo, José Luis Sánchez Barbero, todo un histórico del Simpa que lideró la huelga de 2002 por la homologación salarial, cree que el traspaso «ha sido un caramelo envenenado». Algo así como «fue bonito mientras duró» porque cuando había dinero «todos querían gestionar las transferencias, pero ahora son muchas las comunidades a las que les gustaría devolver el traspaso al Estado», indicó. Porque «cuando toca abrir hospitales y nuevos servicios, todos se apuntan, pero cuando llegan las vacas flacas y los recortes, las comunidades empiezan a mirar para otro lado».

Quien también considera que con el Insalud se vivía mejor es el responsable del sindicato de celadores y técnicos, Sicepa. Francisco Menéndez cree que el traspaso «generó una gran ilusión entre la gente, pero esa esperanza se quedó en aguas de borraja». Al igual que el Simpa, Menéndez hace hincapié en la falta de la convocatoria de ofertas pública de empleo. «Desde 2002 hubo sólo un a OPE para médicos y ni siquiera han sido capaces de culminarla en cinco años». El responsable del Sicepa recuerda que el Insalud era mucho más diligente y riguroso en esta materia. «Había muchas más OPEs y convocatorias de traslados», apunta. En la última década y pese a contar con competencias, el Principado «no ha cambiado los antiguos estatutos. Ha elaborado un Plan de Recursos Humanos que está sin desarrollar en el 98% de su articulado».

Falta de coordinación

Por contra, del lado de los que ven el vaso medio lleno está la secretaria autonómica del Sindicato de Enfermería (Satse), Margot Marqués. Ella opta por hacer una valoración positiva, aunque «se podría haber hecho mejor no ha sido tan malo», cree. Marqués sitúa entre los logros las homologaciones salariales y la carrera profesional que se consiguió. Eso sí, a costa de huelgas y movilizaciones. El techo conseguido con las transferencias «es alto», algo que tema pueda cambiar de la mano de la crisis.

Para Carlos Ponte, de la Asociación para la Defensa de la Sanidad Pública, el gran fracaso del traspaso sanitario «es que no existe un mecanismo vinculante. El Consejo Interterritorial de Salud en el que están representadas las comunidades autónomas no sirve para nada». En su opinión, «no hay una coordinación efectiva», lo que hace imposible «que sepamos cómo funciona el sistema de salud porque no podemos comparar ni cotejar datos entre las diferentes autonomías».

La lista de espera quirúrgica crece en 4.322 personas

24.12.11, El Comercio.

Más pacientes en lista de espera. Las transferencias sanitarias no trajeron celeridad ni mejoras para los enfermos pendientes de una intervención quirúrgica en la sanidad pública. Si en enero de 2002 eran 12.109 las personas que componían la lista de espera quirúrgica, diez años más tarde la cifra ha crecido hasta los 16.431 pacientes. Aumenta el volumen global pero también las demoras prolongadas. Una década atrás, las esperas de más de 180 días afectaban a 49 enfermos. En la actualidad hay 328 personas que aguardan por una cirugía desde hace más de medio año. Se trata de una cifra que se sextuplica a lo largo de estos diez años. Mejorar la cercanía de los servicios sanitarios fue uno de los objetivos del traspaso sanitario. Al menos, ese es el argumento principial de las autoridades sanitarias de entonces. Pero en diez se pasó de acercar a alejar. El cierre de centros de salud en horario nocturno y la consiguiente unificación de la atención continuada en Primaria es un claro ejemplo de ello.

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