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Detalles del proyecto de presupuestos para 2012…

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El Ministerio de Sanidad no tiene previsto modificar la Ley Antitabaco

Rajoy abrió la puerta durante la campaña electoral a separar a fumadores y no fumadores en los locales de ocio

Foto: Socios del club de fumadores de Grado.

Madrid / Oviedo, Efe / P. Á., en La Nueva España

El Ministerio de Sanidad, Servicios Sociales e Igualdad realizó ayer un anuncio que gustará a unos tanto como disgustará a otros: el departamento que dirige Ana Mato no tiene previsto modificar la ley Antitabaco, ya que su objetivo prioritario consiste en preservar la salud de los ciudadanos.

De este modo se pronunciaron fuentes del Ministerio consultadas sobre la posibilidad de que la ley sufriera alguna modificación, cuando está a punto de cumplirse, el próximo lunes, un año desde su entrada en vigor. La reforma de esta ley no estaba incluida en el programa electoral del Partido Popular, si bien el presidente del Gobierno, Mariano Rajoy, manifestó, en una entrevista durante la campaña electoral, que no tendría inconveniente en establecer áreas separadas de fumadores y no fumadores en los locales de ocio.

La ley Antitabaco, que prohíbe fumar en todos los espacios públicos cerrados, empezó a aplicarse el 2 de enero para no interferir con las celebraciones de Fin de Año. La norma pone el acento en la protección de los menores y los fumadores pasivos, específicamente de los trabajadores de la hostelería.

El Comité Nacional para la Prevención del Tabaquismo (CNPT) ha calculado en unas 600.000 las personas que han dejado de fumar desde la entrada en vigor de la ley. Además, según esta entidad, que reúne a más de 40 sociedades científicas y del sector sanitario, este año se han vendido 500 millones de cajetillas menos. Ante las preguntas de este periódico, la Consejería de Sanidad del Principado declinó ayer pronunciarse hasta que disponga de datos más sólidos sobre el balance de los primeros doce meses de vigencia de la polémica normativa.

Hace ahora un año, el por entonces consejero de Sanidad del Principado, Ramón Quirós, afirmó que la aspiración de su departamento era que, en virtud de las nuevas restricciones al consumo de tabaco, en los años sucesivos dejara de fumar uno de cada tres asturianos que lo hacían entonces. De cumplirse esta predicción, implicaría -en números redondos- que el volumen de fumadores en Asturias bajase de 300.000 a 200.000.

El tabaco en Asturias

Al inicio de 2011 fumaba aproximadamente el 30% de los asturianos. La predicción de la Consejería de Sanidad era que en los años sucesivos abandonara al hábito tabáquico uno de cada tres fumadores, con lo que la tasa de fumadores bajaría al 20 por ciento. Dicho de otra manera, Asturias pasaría, en números redondos, de 300.000 a 200.000 fumadores.

La Sociedad Asturiana de Medicina de Familia y Comunitaria (SAMFYC) presentó una encuesta según la cual entre enero y mayo de este año un 34% de los fumadores asturianos había intentado dejarlo, lo que suponía un incremento de más de 4 puntos con respecto al mismo período de 2010 y de casi 10 puntos con relación a 2009.

En ese sondeo, el 74% de los ciudadanos de la región se manifestaba partidario de la ley que prohíbe fumar en espacios públicos cerrados y aseguraba que no había dejado de acudir a ellos.

Los fumadores y la proliferación de terrazas de bares, nuevo foco de ruidos

Madrid, Efe

La prohibición de fumar en los locales de hostelería ha generado un nuevo foco de ruido en las ciudades del país, debido a la proliferación de terrazas o veladores cubiertos en las aceras y la salida del público a la calle. Así lo denunció ayer la Asociación de Juristas contra el Ruido, formada por abogados, que ha estudiado la situación de las ciudades españolas, entre las más ruidosas del mundo.

Según sus datos, los nuevos ruidos que abordan los ayuntamientos y soportan los ciudadanos provienen sobre todo de la ocupación por parte de los fumadores de la vía pública mientras consumen las bebidas. Con ello, se traslada el ruido interior del establecimiento al exterior del mismo y a las viviendas superiores y colindantes, lo que convierte en «irrisoria y superflua cualquier insonorización».

La calle, precisa el citado colectivo, «ya no es de todos, es de los botellones, de la hostelería y de su bullicio o ruido insoportable para los vecinos».

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