La fase "de meseta" de las urgencias en toda Asturias se confirmó ya el pasado año...
Las urgencias del Central atendieron 1.230 pacientes menos el pasado año
Es la segunda vez que la demanda baja, pero el coordinador del servicio cree que «aún es pronto para saber si con la crisis la gente está teniendo un uso más racional»
Foto: Paciente encamada en las urgencias del HUCA.
24.01.12 - LAURA FONSECA | OVIEDO, en El Comercio.
En 2011, los asturianos acudieron con menor frecuencia a urgencias. Al menos, los que tienen al HUCA como hospital asignado dentro de su área sanitaria. El complejo asturiano, el mayor centro hospitalario del Principado y por ende un buen indicador de lo que pasa en la sanidad asturiana, cerró 2011 con un importante descenso en las urgencias. En concreto, por los boxes del Hospital Universitario Central de Asturias pasaron 1.230 pacientes menos. Entre enero y diciembre del pasado año se registraron 145.401 atenciones en urgencias, un volumen que contrasta con las 146.631 de 2010. La cifra de actividad engloba tanto los 93.896 pacientes que acudieron a las urgencias generales, las que se atienden en el Hospital Covadonga (antigua residencia), como los que llegaron a Silicosis (13.417), el Materno-Infantil (33.465) y el área de toco-ginecología (4.712).
Es el segundo año consecutivo que hay menos urgencias en el HUCA. Ya ocurrió en 2010, con un descenso cercano al 1%. Pero el jefe del servicio, el doctor Francisco del Busto, prefiere no echar las campanas al vuelo. «Es prematuro para sacar conclusiones. A lo mejor es simplemente que estamos en un periodo meseta después de muchos años de crecimiento. Es algo que suele ocurrir».
¿Es posible que con la crisis nos hayamos vuelto más comedidos, incluso, con la sanidad? Del Busto prefiere no aventurarse y lanza un «ojalá. Pero es pronto para saber si con la recesión la gente está haciendo un uso más racional. Habría que ver que ocurre en 2012», responde.
Porque pese al descenso, el perfil de los que demandan atención hospitalaria urgente es similar al de otros años, cuando la presión asistencial no hacía más que crecer. De ahí, que el coordinador de Urgencias no sea optimista y dude de que estemos ante un cambio de patrón. El 40% de los 145.401 casos atendidos el pasado año no eran graves y podrían haber sido solventados en centros de salud, asegura. Se trata en la mayor parte de las situaciones de pacientes con patología crónica, que se agudiza parcialmente, pero que podría ser solucionada en Atención Primaria.
4 horas y 34 minutos
El tiempo medio de estancia en Urgencias fue de 4 horas y 34 minutos. Llegados a este punto, Del Busto hace una aclaración: los enfermos con riesgo vital, los considerados críticos y que al momento del ingreso se etiquetan con el color rojo «no esperan, pasan directamente». De esos hubo 298, gran parte de ellos, afectados por un síncope. Luego está también otro grupo de críticos, pero un poco menos grave, y que suelen llevar el color naranja. La espera en su caso estuvo por debajo de los 20 minutos. De esos hubo 11.032. El tercer escalón, el nivel amarillo, corresponde a enfermos algo mayores y con patología compleja. Su número fue en 2011 de 30.047 pacientes y su media de estancia, una hora. En estos tres nivel el porcentaje de ingresos es alto: entre un 70 y un 80%. Finalmente, está el grueso de enfermos que acuden a urgencias y que son los casos no graves: 52.327 durante el pasado año. La lista se completa con 202 personas que fueron al hospital por «auténticas banalidades».
Un enfermo pidió atención médica por la rozadura de un zapato
24.01.12 - L. FONSECA | OVIEDO, en El Comercio.
En urgencias, todo cabe. Desde lo más grave, como un infarto o un derrame cerebral, hasta la rozadura de un zapato o un leve mareo. Porque entre los 145.401 pacientes que en 2011 demandaron atención en las urgencias del Hospital Central hubo, como bien define Francisco del Busto, «auténticas banalidades». Entre esas banalidades de escándalo hay desde «heriducas en la mano o en el pie» que se resuelven con una simple tirita hasta pacientes que refieren haberse mareado o a los que les ha salido un inoportuno grano. Son, en cualquier caso, situaciones que podrían resolverse sin acudir a los servicios médicos, mucho menos, a los de urgencia.
Pocos, cada vez menos, son los enfermos que acaban siendo ingresados tras acudir a Urgencias. El pasado año, apenas el 14,9% de los pacientes fueron hospitalizados una vez vistos por los médicos de atención urgente. El bajo nivel de ingresos está vinculado conque gran parte de los casos no revisten gravedad, pero también con la creación de unidades funcionales que se centran en la atención de los cuadros más agudos. Es el caso de los enfermos de síncopes, los que padecen dolor torácico y los afectados por accidentes isquémicos transitorios (ictus que no dejan secuelas).
Con la puesta en marcha de estas tres áreas «hemos mejorado la atención que brindamos a estos enfermos, que no siempre tienen que ser hospitalizados», explica Francisco del Busto. La mayor parte de los pacientes que acudieron a Urgencias del HUCA lo hicieron por problemas coronarios, neurológicos y traumatismos.
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