Esta es la realidad que algunos aún se niegan a creer
La sanidad «universal»
“Cartas de los lectores” en La Nueva España (13.05.12), escrita por Jana Díaz Orbegozo (Oviedo)
Estimada señora Mato, me dirijo a usted en referencia a la última reforma del sistema sanitario. A pesar del revuelo, puedo confesar que en mi caso la preocupación fue nula ignorando las protestas y críticas de la oposición, especialmente cuando escuché su respuesta y, en concreto, su afirmación «todos los españoles mayores de 26 años tienen derecho a una tarjeta sanitaria propia».
De esa manera, fíjese usted, una chica como yo, con 28 años, que ha ejercido como ingeniera de Telecomunicaciones desde hace 5 años, 3 en España y 2 en Suecia, asumió que a su vuelta temporal a su país antes de iniciar una nueva experiencia internacional tendría derecho a ir al médico de manera gratuita. Al fin y al cabo, otra cosa no, pero el sistema sanitario universal para los españoles es una de las pocas cosas que funcionan relativamente bien en relación al resto de Europa. O eso creía yo.
Esta mañana ha llegado la sorpresa cuando el que yo creía iba a ser un mero trámite se ha convertido en lo que bien podríamos llamar un shock.
–Hola, buenos días. Venía a pedir una tarjeta sanitaria, he cotizado 3 años en España, y 2 en Suecia, y ahora estoy de vuelta.
–Sí, muy bien, ¿cuántos años tienes?
–28
–Uy, pues difícil lo tenemos, mira es que de acuerdo al nuevo reglamento los mayores de 26 no hay manera de incluirlos con sus padres.
¿Universal? ¿Todos los españoles? ¿Ejemplo de modelo sanitario? De repente todas esas ideas que yo tenía han empezado a revolotear en mi mente.
–Bueno, en mi caso yo tengo un número de la Seguridad Social y he cotizado 3 años en España.
–Sí, sí, si la idea es que, bueno, lo que yo creo, que os deberíamos poder hacer una prórroga en vuestro número de la Seguridad Social, pero de momento la herramienta nos lo rechaza, a ver si desarrollan el reglamento y arreglan este desaguisado. Tardarán como mucho 2 meses.
¿Vacío legal? ¿Error informático? ¿Negligencia? ¿Gran recorte enmascarado?
–Pero, ¿y si tengo que ir al médico en estos dos meses?
–Pues no sé. Porque claro, no creo que te puedan poner como persona sin recursos. Mira a ver si en el centro de salud te pueden atender con el número de tus padres o algo así. Pásate por allí a ver qué te dicen. Si no quizás te hagan pagar los servicios médicos.
Creo que la pobre funcionaria del INSS estaba tan anonadada como yo. Bueno, no tanto, ya que habrá tenido que dar las mismas respuestas a unos cuantos ya. Ya sabe, a base de práctica a todo se hace uno.
Resumiendo, soy una joven española de 28 años que ha cotizado, pagado sus impuestos y que ahora se encuentra que durante este mes y medio que pasará en España ha de ser especialmente cuidadosa: nada de tobillos retorcidos que puede salir bien caro. Tampoco puedo contar con el sistema sueco, ya que al irme del país por más de un año ya me han dado de baja en su sistema.
Recuerdo que hasta hace nada (hasta esta mañana, podríamos decir) solía hablar orgullosa del sistema sanitario español en comparación con el sistema sueco, donde el copago está establecido desde hace mucho (y no es precisamente barato) y que en realidad no funciona tan bien como creemos en el sur de Europa, sobre todos los beneficios sociales en el idealizado Estado del bienestar escandinavo.
Espero que arreglen pronto este embrollo o mi orgullo pasará a ser sólo eso, un recuerdo.
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