Un BCE corto en la bajada de los tipos de interés y sin inyectar liquidez para rebajar la presión de la deuda de Italia y España vuelve a colocarnos al borde del abismo
La prima de riesgo, de nuevo al alza y las bolsas europeas abren en rojo
El diferencial del riesgo del bono español respecto al alemán cerró ayer a 539 puntos
Vuelve a los niveles anteriores al acuerdo de la UE para recapitalizar directamente la banca
El País, Madrid.
Los mercados continúan manifestando su decepción con el Banco Central Europeo por la falta de más medidas para paliar la crisis. Tras cerrar la sesión de ayer en 539 puntos, el diferencial entre el bono español y el alemán continúa su escalada y se encuentra en los 546 puntos básicos, tras haber sufrido un máximo de 552 puntos básicos minutos antes de la apertura de las bolsas. La rentabilidad del bono español a 10 años 6.89%. Los niveles de han regresado, pues, al estado anterior al acuerdo logrado en la cumbre de la Unión Europea para que el fondo de rescate recapitalice directamente la banca.
Todas las bolsas europeas presentan pérdidas en el inicio de la jornada. El Ibex 35 ha abierto a la baja con una caída del 0,81%, que en 20 minutos se ha acelerado hasta el 1,14%. Milán se deja ya un 0,64%, después de anoche se conociera el la aprobación de un decreto ley destinado a ahorrar 26.000 millones de euros en los próximos tres años. París pierde casi medio punto porcentual y el Dax alemán cotiza a la baja en un 0,28%. Londres había iniciado la sesión, con un plano 0,14% de subida, pero ya registra pérdidas del 0,27%. El selectivo español cerró ayer con una caída del 2,99% y se quedó en 6.954 puntos.
El BCE rebajó ayer los tipos de interés oficiales por debajo del 1% por primera vez en sus 12 años como gestor de la moneda única. Debido a que la crisis de la economía en la eurozona no acaba de enderezarse, el organismo optó por reducir en 0,25 puntos el precio del dinero, hasta el 0,75%. Es un nivel aún superior a los intereses de Estados Unidos, que oscilan entre el cero y 0,25%; de Japón, de cero al 0,1%, y del Reino Unido (0,5%). Este último decidió ayer continuar con los tipos en el medio punto porcentual, como lleva haciendo desde marzo de 2009 e inyectar 62.000 millones de euros en la economía.
La medida implica teóricamente un abaratamiento del crédito y por tanto más facilidad para que la renqueante actividad recupere el aliento, pero los expertos consideran que en la situación actual, la bajada de tipos de interés hará poco por sí misma para impulsar el crecimiento si no se combina con otras medidas.
Editorial del País de hoy:
Decisiones mediocres
El BCE se queda corto en la bajada de tipos y frustra con la falta de nuevas rondas de liquidez
El País, 6 JUL 2012
El discurso y las decisiones de Mario Draghi han dejado la incómoda sensación de que el Banco Central Europeo (BCE) no está conectado a la compleja realidad que viven las economías de la zona. El descenso de un cuarto de punto en el tipo de referencia, hasta dejarlo en el 0,75%, parece un paso valiente, puesto que sitúa el coste del dinero en el mínimo histórico del euro, pero palidece si se compara con el medio punto de tipo en Reino Unido o el coste del dinero próximo a cero en el área del dólar. Si ninguna economía europea se libra del riesgo de empeoramiento, ¿por qué bajar el coste del dinero solo un cuarto de punto? La rebaja se atiene estrictamente a lo descontado por los mercados, que hubieran agradecido y reconocido una reducción mayor.
La decisión de eliminar la retribución a los depósitos en el BCE es un intento de que fluya el dinero de los bancos hacia las empresas, pero probablemente tendrá pocos efectos inmediatos. La medida es correcta, pero los inversores solo se preguntan por qué no se hizo antes y se permitió que el banco ofreciese una rentabilidad mayor a los depósitos que la que retribuye el bono alemán.
Pero lo que verdaderamente ha decepcionado a las instituciones y a los mercados (la deuda española ha vuelto a una prima de riesgo de 544 puntos) es el anuncio de Draghi de que no se han discutido medidas “no convencionales”. Pues bien, lo que requieren la recesión y las tensiones en la deuda española e italiana son precisamente medidas no convencionales. Por ejemplo, nuevas rondas de liquidez y la declaración tajante de que el BCE está dispuesto a defender la estabilidad de los países afectados por la desconfianza de los mercados. Porque las posibilidades abiertas en la cumbre de junio (rescates bancarios, unión fiscal y bancaria) no podrán concretarse si el coste de financiación de España se hace insostenible.
Draghi tenía un ejemplo perfecto en la subasta española celebrada ayer. El Tesoro colocó bonos a 10 años al 6,5%. A grandes rasgos, una rentabilidad tan elevada significa que las empresas españolas no tendrán fácil encontrar financiación por debajo del 8%. Pero ningún proyecto empresarial, en una economía que probablemente se contraerá este año en torno al 2%, puede presentar expectativas de rentabilidad compatibles con esa exigencia financiera. Y, por tanto, no hay condiciones para una recuperación de la economía ni este año ni el próximo; esta circunstancia erradica cualquier confianza inversora en España. La condición inexcusable para alcanzar una fase de crecimiento es bajar el diferencial de deuda.
Pero el BCE o sus inspiradores ortodoxos parecen no aceptar la conexión elemental entre financiación y crecimiento. Mientras la Reserva Federal se esfuerza en bajar el coste de la deuda a 10 años, que es lo que hay que hacer, y el Banco de Inglaterra inyecta casi 60.000 millones de euros en el sistema, el BCE invoca el fantasma de la inflación. ¿Por qué?
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