Víspera del encuentro de las columnas mineras en Madrid
Tres detenidos en un corte de carretera en Olloniego
Los mineros interrumpían el tráfico en la A-66 a la altura de los túneles de Padrún minutos antes de las 7 de la mañana
Foto: Marcha minera del Norte ayer en el tunel del Guadarrama.
OVIEDO / JC Martínez, en La Nueva España
Tres hombres han sido detenidos esta mañana en el transcurso de las protestas de los trabajadores de la minería. El piquete interrumpía el tráfico unos minutos antes de las 7 de la mañana en la A-66 a la altura de Olloniego. En esta ocasión lo hacían a ambos lados del túnel del Padrún; una de las barricadas introducía gran cantidad de humo en el tunel lo que generó una columna de humo visible al amanecer desde varios kilómetros de distancia.
En el lado de los túneles más cercano a Mieres era donde se producían las tres detenciones, agentes de la Guardia Civil interceptaban a tres hombres cuando abandonaban el lugar en su coche después de instalar la barricada de neumáticos ardiendo en la entrada del túnel. Pasadas las 7 y media de la mañana se restablecía el tráfico en sentido Oviedo, mientras que los trabajos para retomar la circulación en dirección a las cuencas había que esperar algo más de tiempo. Los atascos han sido kilométricos en una zona de gran densidad de tráfico a primera hora de la mañana, la columna de coches procedentes de la capital llegaba tan sólo unos minutos después del corte hasta prácticamente Soto de Ribera.
La marcha:
«¡Madrid entero se siente minero!»
Unas 2.500 personas recibieron a la «columna del carbón» en Villalba con un multitudinario pasillo de apoyo, después de superar Guadarrama al son de las gaitas
Villalba (Madrid), Julio VIVAS, en La Nueva España
Ni ellos se lo esperaban. A pesar de los temores a posibles hostilidades a la entrada de los mineros en la Comunidad de Madrid, fue, sin embargo, de las más acogedoras que han experimentado desde que arrancaron en Mieres hace ya 18 días. Unas 2.500 personas acudieron al encuentro de los mineros entre vítores de «¡Madrid entera se siente minera!» que arrancaron las lagrimas a más de uno.
El recibimiento se produjo en el Alto del León, en el puerto de Guadarrama. Previamente, los mineros habían accedido a la Comunidad de Madrid a través del túnel de Guadarrama de la AP-6, que fue habilitado únicamente para la marcha minera, desviando el resto del tráfico por un túnel auxiliar. En el Alto del León, junto a las personas que acudieron a su encuentro, t hubo música de gaita y tambor y, como no, sidra a esgaya.
Toda una sorpresa maquinada por el ovetense Chimo García, propietario de una sidrería en Guadarrama, así como por el grupo de gaitas «Cuélebre» de Parla y otros músicos de los centros asturianos de Tres Cantos y Alcobendas. Sesenta botellas de sidra y unos 150 bollos preñaos que convirtieron momentáneamente el Alto del León en una fiesta de prau donde no faltaba un detalle. Momentáneamente, porque los mineros solo pararon poco más de media hora, ya que aún les quedaban unos cuantos kilómetros más para llegar a su destino.
Si el recibimiento de Guadarrama fue espectacular, también lo fue el de Villalba. Sus vecinos corearon consignas de apoyo al sector, les animaban en su lucha y lamentaban, en algunos casos, que no se hicieran el mismo tipo de protestas, al menos no con tanta fuerza, cuando se trata de otros sectores. «¡Somos la selección española de los mineros!», ha gritado uno de los protagonistas, entre los gritos de apoyo se han escuchado frases como «¡Viva la lucha de la clase obrera!» o «¡Estos son los que sacan el carbón!».
La marcha acabó finalmente en la ciudad deportiva de Villalba, donde les habilitaron el pabellón polideportivo. El recorrido, que había sido en esta ocasión de unos 26 kilómetros, se desarrolló sin incidentes. Tan solo algunas retenciones provocadas por el desafortunado proceder de la Guardia Civil, que tardó en habilitar los carriles para permitir que fluyera el tráfico.
Entre las visitas del día, los mineros fueron acompañados ayer por miembros de la directiva del SOMA-FITAG-UGT procedentes de las comarcas asturianas y encabezados por su secretario de Organización, José Luis Alperi, así como otros afiliados, que sumaban más de medio centenar de personas. También hizo la etapa de ayer el coordinador federal de IU, Cayo Lara, que estuvo acompañado de dirigentes de su partido en Asturias, como su recién elegido coordinador general, Manuel Orviz; su antecesor y ahora senador Jesús Iglesias, el eurodiputado Willy Meyer; y el diputado autonómico Ángel González. Orviz alabó la labor de los mineros y apoyó su «más que justa» causa.
Cayo Lara hizo referencia al apoyo masivo que tuvo la marcha en su entrada en Madrid, porque «la minería es un sector que despierta muchas simpatías entre los españoles». Por ello, se mostró confiando de que el respaldo a la manifestación del miércoles «será absoluto. Sobre todo porque puede ser la última oportunidad que tengamos de hacer cambiar de opinión al Gobierno». Las palabras más duras del coordinador general de IU fueron para el Ejecutivo de Mariano Rajoy, «que ha convertido en un conflicto algo que podría haber subsanado con 190 millones, un Gobierno que se ocupa de salvar a la banca y hacer amnistías fiscales».
Hoy, los mineros realizarán su entrada en la localidad madrileña de Aravaca, territorio de la alcaldesa Ana Botella y que tanto quebraderos de cabeza les ha dado en los últimos días en la búsqueda de un lugar donde alojarse. Finalmente, y tras
Carbunión calcula que cerrar la minería tendría un coste de 6.249 millones
09.07.12 - ENRIQUE ARENAS | GIJÓN, en El Comercio.
Cerrar la minería del carbón no será barato. Además del coste social, político y sentimental que supondría la caída de la actividad, un informe de la patronal minera Carbunión estima en algo más de seis mil millones el coste de cierre de la industria del carbón autóctono.
El coste social es el principal problema, pero no el único. Carbunión, que se juega mucho en este envite ante la posibilidad de cierre por el recorte del Gobierno a las ayudas a la producción, elaboró recientemente un informe en el que se ponen nombres y apellidos al coste de la supresión de la actividad minera en el país. Según este estudio de la patronal que agrupa a todas las compañías privadas, la clausura de la minería tendría un coste en los próximos dos años más de seis mil millones de euros, concretamente, 6.248,9 millones. El estudio de la patronal detalla las repercusiones económicas que supondrá el cierre de la industria del carbón pero destaca especialmente el esfuerzo que deberán hacer las compañías eléctricas y que habría que sumar al déficit tarifario de la energía.
La repercusión inmediata más dura del cierre estaría el campo social ya que, según el informe de Carbunión, quedarían en la calle los 3.963 trabajadores con que cuentan en la actualidad las empresas carboneras como plantilla propia. Además, calculan otros 1.920 despidos de las empresas subcontratadas y 4.800 de los puestos indirectos de las empresas auxiliares, así como 2.750 por los posibles afectados por suministros, es decir las empresas que surten al sector. El número total de trabajadores que perderían su puesto se trabajo en el caso de la desaparición del sector se elevaría a 13.033 y a esta cifra Carbunión resta los 400 trabajadores que se prejubilarán este año. Carbunión estima que 3.563 trabajadores podrían acogerse a bajas incentivadas lo que multiplicado por 60.000 euros que cuesta de media cada expediente, supondría un desembolso de 213,78 millones de euros este año. Carbunión señala también que la administración tendía que hacerse cargo del paro de los trabajadores afectados, lo que supondría 312,8 millones entre este año y el próximo.
Pero el final de la minería no solo comprometería el futuro de la industria extractiva del carbón sino que también cogería también de lleno al sector de la generación de energía.
El estudio de Carbunión destina un capítulo a las repercusiones económicas que el cierre de las minas tendría sobre el sector eléctrico y se pregunta: ¿Qué ocurriría si no hay carbón nacional? La primera consecuencia es que las centrales térmicas tendrían que proceder al cambio de sus calderas, lo que se conoce como cambio del mix. El importe de este cambio ascendería a 300 millones de euros por cada grupo de generación de energía, lo que en Asturias supondría una inversión de seiscientos millones de euros en los grupos que HC Energía tiene en Soto de Ribera y Narcea. Además, cada central deberá afrontar los costes de más de un año de parada.
Tarifa eléctrica
Una de las tecnologías que el sistema de generación eléctrica utiliza como respaldo de seguridad en el mix energético tendría, de llevarse a cabo el cierre de las minas, importantes dificultades para salir adelante por la cuantía de las inversiones que necesitaría realizar. Con su estructura actual ninguna de las quince centrales térmicas que funcionan con carbón autóctono podrían generar electricidad con otras fuentes de generación que no sean este carbón. Las que quisieran seguir produciendo energía con otro combustible que no sea el carbón nacional tendrían que proceder al cambio de sus calderas para ajustarse a la nueva materia prima que utilicen y el cambio supondría una inversión de 300 millones de euros por cada grupo. En total, el coste de la adaptación supondría una inversión próxima a los 4.500 millones de euros. Como el coste no está planificado, Carbunión calcula que las empresas eléctricas que gestionan estas térmicas deberían tener paralizadas las centrales al menos un año.
El asunto supondría importantes problemas para el sistema eléctrico español ya que prescindir de los 15 grupos térmicos que actualmente entran en el sistema de generación con carbón nacional supondría reducir la capacidad con la que se cuenta para atender la demanda en el caso de que las energías renovables no puedan abastecer las necesidades en un momento dado.
El sistema eléctrico se situaría de esta forma en unos niveles mínimos de seguridad establecidos por el operador para garantizar el abastecimiento eléctrico del país La solución del problema, además supondría un importante inversión que las eléctricas repercutirían sobre el polémico déficit de la tarifa eléctrica.
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