Entrevista en El Comercio a Guillermo Martínez, Consejero de Presidencia y portavoz del Gobierno asturiano
«El déficit se puede cumplir de varias maneras. En Asturias hay líneas rojas en la sanidad y la educación que no se van a traspasar»
«Aquí no se ha derrochado ni despilfarrado; los bancos, a la hora de dar crédito, toman buena nota de ello»
19.08.12 - ANDRÉS SUÁREZ | OVIEDO, en El Comercio.
Viernes por la tarde en Oviedo. El sol cae a plomo sobre las calles del centro y los ventanales del despacho de Guillermo Martínez están abiertos para intentar absorber un poco de aire fresco entre el calor que inunda la ciudad. Hay tranquilidad en los pasillos del edificio del Principado en Suárez de la Riva. Una botella de agua helada está posada a un palmo de distancia del consejero de Presidencia y portavoz del Gobierno regional. No la tocará en toda la entrevista, que se alarga por casi una hora. Martínez hace balance de los primeros meses de actividad del Ejecutivo socialista y de los retos, difíciles, que tiene por delante.
-¿Qué lectura hace de estos primeros meses de gestión?
-Ha habido una normalización en lo político, en lo económico y en lo institucional, que no es poco. Se ha aprobado un plan de ajuste, un plan de pago a proveedores y la ley de endeudamiento, se han iniciado los trabajos del presupuesto y la concertación... Hemos huido de la extravagancia del último año. Y alguien debería reconocer que no hemos comentado nada sobre la herencia recibida. Hemos sido muy elegantes.
-Quizá sea pronto para entrar en valoraciones, pero los cambios que ha citado, al menos de momento, han tenido poco efecto. El paro sigue al alza y la economía, cayendo.
-Hace pocas semanas que el Gobierno se ha constituido, pero el ritmo de trabajo ha sido muy alto y no vamos a levantar el pie del acelerador. El plan de ajuste aprobado ha alejado el riesgo de intervención. Queremos que la concertación social sea un referente nacional. Y la ley de endeudamiento, es cierto que con dificultades, permitirá gestionar un presupuesto...
-Tienen el 'sí' de la Junta General a ese endeudamiento, pero todavía no el de los bancos, que deben aportar esos 423 millones.
-Siendo la situación complicada para todas las comunidades, Asturias la afronta con un endeudamiento mucho menor, la mitad que algunos territorios. No estamos exentos de dificultades, en una situación cambiante día a día en lo económico, pero creemos que podremos afrontarla sin recurrir al fondo del Gobierno central que, según se ha anunciado, tendría una condicionalidad extrema. Nos obligaría a una serie de ajustes y condiciones mucho más duros.
-¿Por qué habrían de fiarse los bancos de Asturias? Tiene un endeudamiento menor, sí, pero progresivamente al alza. Y los ingresos bajan.
-El endeudamiento está por debajo de la media. Siendo la situación compleja para todos, ese dato es fundamental y por eso tendremos más fácil acudir en este momento a las entidades bancarias.
-¿Asturias es de fiar?
-Es una comunidad que no ha derrochado ni despilfarrado en los últimos años y que no vivió ese 'boom' de la burbuja inmobiliaria como otros territorios. Hubo una gestión austera y rigurosa de las cuentas públicas y estamos seguros de que los bancos toman buena nota de ello.
-¿Y si los bancos dicen 'no'? No hay otra que ir al fondo de liquidez.
-Confiamos en el éxito de la negociación con los bancos.
-Pero, insisto, no habría más alternativa que el rescate, si es que usted acepta ese término.
-Es cierto que para asumir su endeudamiento, las comunidades solo tienen dos opciones: o acudir a los bancos o a ese fondo que todavía no ha sido suficientemente definido.
-¿Para usted sería un rescate?
-Se habló de un fondo con una condicionalidad extrema. Nosotros nos oponemos al desmantelamiento de las políticas de educación y sanidad y no vamos a permitir que el Gobierno central intente desmantelar esas políticas a las autonomías.
-¿Sospecha que Madrid intenta empujar a las comunidades a ese fondo de liquidez para, llegado el caso de plantear una reforma del Estado autonómico, tenerlas atadas de pies y manos?
-De hecho, en una reciente reunión del Comité de las Regiones se aprobó una resolución en la que se instaba a que no se aprovechasen las desproporcionadas medidas de austeridad para una revisión del mapa territorial y competencial.
-¿Cree que el Gobierno está preparando esa reforma territorial?
-Es una realidad que el Gobierno está ejerciendo sobre las comunidades una presión mucho mayor que la que recibe desde la UE. Es sospechoso que la UE flexibilice los criterios de déficit al Gobierno central y éste no haga lo mismo con las regiones. Nosotros siempre defenderemos la autonomía y el autogobierno.
-Si se abriera el debate de la devolución de competencias al Estado, ¿Asturias estaría por la labor?
-Alejar al ciudadano de las administraciones no nos parece positivo. Hay que tener en cuenta todo lo que se ha avanzado en estas décadas gracias a la administración autonómica. Pero, en todo caso, desde el Gobierno central no hay un planteamiento serio en el sentido que usted plantea.
-Con el plan de reequilibrio en marcha y el crédito en negociación, el siguiente objetivo es el presupuesto de 2013. Con un techo de gasto casi 90 millones inferior, ¿dónde van a recortar?
-El plan económico-financiero contempla un escenario de ajuste muy importante para 2013 y 2014 y el presupuesto no será ajeno. Creemos que con el esfuerzo de concertación y pese a las estrecheces habrá margen para confeccionar unas cuentas beneficiosas para la región. Es muy importante que Asturias tenga presupuesto y el Gobierno hará todos los esfuerzos necesarios y posibles de negociación con los grupos parlamentarios. Queremos sumar. Nadie entendería que, por segundo año consecutivo, no hubiera presupuesto.
-Parece imposible aplicar un recorte sobre lo ya recortado sin tocar la médula del Estado de Bienestar.
-Hay distintas formas para cumplir con el déficit. En Asturias hemos elegido hacerlo actuando sobre los impuestos a las rentas altas, sobre el sector público, preservando la sanidad pública, la primera matrícula universitaria... Para nosotros hay líneas rojas en la sanidad, la educación, la igualdad de oportunidades, el salario social... que no se van a traspasar.
-¿Volverán a subir impuestos?
-Hay un plan económico-financiero donde van recogidas las medidas fiscales que se han adoptado, algunas comenzarán a tener repercusión el año próximo y otras, en 2014. Esas medidas son las contempladas en este primer momento.
Los funcionarios
-¿Rebajarán el sueldo de los empleados públicos?
-Imagínese que nosotros hubiéramos hecho eso, sumándolo al recorte aplicado por el Gobierno central. Es un disparate colocar como chivo expiatorio de la crisis a los empleados públicos. No nos parece razonable y por eso no se tomó esa decisión en su momento. Para este Gobierno no es una opción no cumplir la ley y vamos a cumplir lo que desde el Estado se nos impone, aunque nos opongamos a ello. Pero, dicho eso, creemos que no se puede estigmatizar a los empleados públicos. Son una parte importante de las soluciones a adoptar y debemos contar con su complicidad. Han pagado ya suficientemente los ajustes.
-Dígame entonces de dónde saldrán los millones a recortar.
-Como le decía, ya se está actuando sobre los ingresos. También sobre el sector público, con dos límites: la eficiencia y la calidad de los servicios.
-¿Hasta dónde están dispuestos a llegar en esa reestructuración? La oposición sostiene que sus planes iniciales son bastante tibios.
-Primero, no es un sector sobredimensionado; resistimos cualquier comparación con el resto de comunidades. Y hay que tener en cuenta que el sector público es Bomberos, el HUCA... ¿Qué pasaría si redujéramos el número de efectivos en la lucha contra incendios, por ejemplo? No vamos a provocar ninguna merma en la calidad de los servicios. Se actuará de forma seria y rigurosa.
-¿Y la inversión?
-También se ajustará. No es tiempo de grandes inversiones, se acometerán aquellas que sean importantes e imprescindibles pero no será un presupuesto expansivo.
-Cambiando de tema, se augura una legislatura tensa en la relación con el Gobierno de Mariano Rajoy. Los recursos al Tribunal Constitucional contra el recorte en sanidad y educación y la exigencia del PP asturiano de que se retiren hace prever una etapa de conflicto.
-El PP asturiano debe entender que la lealtad y la cooperación institucional no están reñidas con la discrepancia. Creemos que el Estado se inmiscuye en la organización educativa y sanitaria y hemos planteado estos recursos solo por invasión de competencias, prescindiendo de otras cuestiones. El PP debería entenderlo y estar del lado de Asturias.
-¿Hay más recursos previstos?
-La única reforma anunciada es la retirada de la tarjeta sanitaria a los inmigrantes que no tengan en regla sus papeles. El Estado obligaría a establecer convenios con privados para la asistencia sanitaria. Es un asunto que no está del todo avanzado. En ese caso, valoraríamos si se invaden las competencias de la comunidad.
-Asturias, con País Vasco y Andalucía, se perfila como la piedra en el zapato de Rajoy. ¿Va a ser así?
-Asturias no será ariete de oposición al Gobierno central, simplemente defenderemos los derechos de los asturianos. En lo que tiene que ver con los recursos al Constitucional, es la defensa de nuestro autogobierno. En cuanto a los ajustes, hay líneas rojas por las que no vamos a pasar, aunque asumiendo que incumplir la ley no es una opción. Hay, además, un ofrecimiento de cooperación en muchos temas, pero desde una posición de reivindicación y serena firmeza.
-¿Qué espera de la próxima reunión entre Javier Fernández y Mariano Rajoy?
-Los dos asuntos más urgentes son la minería y la tarifa eléctrica. El presidente pedirá una salida al conflicto minero, ante el que el Gobierno central ha actuado con cerrazón, y a la situación de la tarifa por las repercusiones que ello tiene para la industria asturiana.
-¿Se debatirá de todo ello en el debate de orientación política, por cuya celebración el Gobierno no ha mostrado especial ilusión?
-Hay que ser coherentes. El PP no puede evitar ese debate en las comunidades donde gobierna, y hacerlo también en el Congreso pese a que el año electoral ya pasó, y en Asturias, como si fuera una isla, pedir algo distinto. El Gobierno acudirá encantado a la Junta siempre que se le llame o por iniciativa propia cuando queramos hacer partícipes a los grupos de algún asunto de interés. Más allá de eso, nos sorprende la incoherencia del Partido Popular.
«Aspiramos a que IU y UPyD sean aliados estables en la legislatura»
-Los 17 diputados del PSOE no dan para aprobar el presupuesto. La clave está en convencer a IU y UPyD.
-Queremos sumar esfuerzos y recabar el apoyo de todos los grupos que quieran trabajar en positivo, aunque está claro que aspiramos a que IU y UPyD sean aliados estables en la legislatura y no solo socios ocasionales porque es fundamental que Asturias tenga un horizonte de estabilidad a medio y largo plazo.
-Sumar a Foro y PP parece muy complicado.
-Intentaremos lograr el mayor respaldo posible, pero me preocupan algunos tics de oposición que utilizan ambos partidos.
-¿Qué quiere decir?
-En cuanto a Foro, creo que no se puede sobrevivir mucho tiempo descabezado. Es necesaria una oposición más responsable, siendo conscientes de que han gobernado esta región. Y sobre el PP, con alguna de sus actitudes corre el riesgo de ir hacia la meta de la irrelevancia política en Asturias.
-¿Por qué?
-Han tenido oportunidad de cumplir con su programa electoral y no lo han hecho. Vea el caso de la minería. Se han dedicado a defender como nadie la gestión del Gobierno central cuando sus compañeros de Castilla y León sí se han puesto del lado de los mineros. Esas actitudes solo sirven para aumentar el descrédito de la gestión pública.
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