Medicina Interna, Familiar y Comunitaria e Intensiva hacen que prevalezcan sus tesis y, en consecuencia, no habrá especialidad de urgencias y emergencias
El nuevo MIR facilita la movilidad del médico entre especialidades
Sanidad reforma el sistema de formación, que tendrá un tramo troncal y otro específico
El objetivo es facilitar la reconversión según la demanda
VER EL PROYECTO DEL REAL DECRETO
Emilio de Benito, Madrid, El País.
El proceso de formación de médicos especialistas, el sistema MIR (médicos internos residentes), afronta su mayor renovación desde que se creara en los setenta. Pendiente desde la Ley de Ordenación de las Profesiones Sanitarias de 2003, el Ministerio de Sanidad ha ultimado por fin su reforma. El objetivo es múltiple: facilitar la movilidad de los especialistas y su posible reconversión según las necesidades del sistema por un lado, y, por otro, adaptar la formación de los médicos a las novedades de la ciencia.
Según un borrador de real decreto al que ha tenido acceso EL PAÍS, el cambio afecta a 39 de las 47 especialidades. Estas se agrupan en cinco troncos que serán comunes durante los primeros dos años, y solo después el médico elegirá en qué se especializa. Con ello se facilita que en un futuro pueda pasar de una a otra. Además, se crean dos especialidades, la de Genética y Psiquiatría Infantil y del Adolescente. El Ministerio de Sanidad no ha querido comentar la nueva regulación. Una portavoz ha remitido “al preámbulo del borrador”, ya que “este se encuentra aún en fase de alegaciones”.
La posible reespecialización de los profesionales servirá para cubrir las necesidades del sistema, que las comunidades deberán evaluar cada dos años. Así, por ejemplo, según la idea que subyace en el borrador, se podría dar el caso de que un cirujano ortopédico que supiera que en su comunidad o su hospital no iba a hacer falta opte por reconvertirse en traumatólogo para quedarse donde está. Esto será, “sin duda, un elemento motivador para el personal que ya presta servicios en el sistema, al mismo tiempo que dotará a las Administraciones sanitarias de una herramienta útil para abordar los necesarios procesos de racionalización y actualización de las plantillas”, indica el texto. Para este proceso las comunidades, en su oferta de plazas MIR, podrán reservar hasta un 2% de los puestos.
En total, habrá un tronco de cirugía (desde cardiovascular a plástica), otro médico (desde cardiología y geriatría a oncología), el de laboratorio y diagnóstico clínico (donde se incluye la nueva especialidad de genética, aparte de microbiología o inmunología, entre otras); la imagen clínica y la psiquiatría. Quedan fuera ocho especialidades que se han considerado demasiado independientes como para compartir currículo, y que van desde la venereología a la oftalmología.
Si no se producen muchos cambios —lo que no parece en un proyecto que empezó a gestarse en 2008—, la idea es que “los profesionales sanitarios, a través de las competencias adquiridas en el periodo de formación troncal, aprendan a abordar los problemas de salud de una manera integral”, afirma el ministerio. Pero, además, el sistema busca que los estudiantes (médicos en proceso de especialización) afinen su vocación a lo largo del proceso (primero escogen un área general, y luego ya se decantan por otra más concreta).
El periodo troncal durará dos años en todas las especialidades, al final de los cuales habrá una primera evaluación. Quedarán luego los otros dos o tres años de los cuatro o cinco que actualmente forman el MIR. La prueba de acceso será única, y la nota del MIR servirá para la segunda fase de selección de especialidad.
El proyecto ha tenido una gestión muy difícil. El propio ministerio admite tres grandes problemas. Uno, que algunos de los expertos consultados tenían dudas sobre el tiempo de duración de la parte troncal. Consideraban que se estaban quitando años de especialización, cuando se trata de médicos que llegan ya con la licenciatura (en el futuro, el título de grado).
Pero, sin duda, dos han sido los aspectos que más controversias han levantado. Se trata de si se convertía en especialidades a la medicina de urgencias y emergencias y a la de infecciones y microbiología. Al final, ambas han quedado en una categoría especial, las llamadas áreas de capacitación específica. Estas son una especie de subespecializaciones a las que solo se accede después de acabar el MIR y ejercer dos años. El propio ministerio reconoce este conflicto. “El mayor debate se ha producido sobre si las urgencias y emergencias deberían considerarse una especialidad”, afirma en el borrador. Pero concluye que ha habido especialidades (Medicina Interna, Familiar y Comunitaria e Intensiva) que opinaban que no. Y les ha hecho caso, pese a que el PP apoyaba la creación de la especialidad la legislatura pasada. “En Europa nos apoyan”, dice Tomás Toranzo, presidente de la Sociedad Española de Medicina de Urgencias y Emergencias (Semes). Crear la especialidad era la opción “más eficiente y barata”. “Con el área de capacitación se reconoce que hace falta una formación específica, pero se deja en manos de la voluntad de los interesados”, añade.
Lo mismo opinan los otros grandes perjudicados. Álvaro Pascual, presidente de la Sociedad de Enfermedades Infecciosas y Microbiología Clínica (Seimc) cree que relegar esta práctica a un área de capacitación es “decimonónico”. “Así es imposible formar especialistas con el nivel de los actuales. Además, crear la especialidad saldría casi gratis, porque todos los hospitales tienen ya los servicios correspondientes. En nuestro caso, nadie estaba específicamente en contra”, añade.
Ambos médicos creen que al relegar sus áreas le quitan atractivo. “¿Quién va a querer hacer una especialidad, esperar dos años y empezar otra vez en lo nuestro?”, dice Toranzo.
Ante la imposibilidad de hablar con Sanidad hay que acudir al texto. Este solo aduce que con esta regulación se aporta “una formación totalmente adecuada” que “cumplirá, con creces, los requisitos de la UE”.
Así queda
Tronco médico.
Alergología; anestesiología y reanimación; aparato digestivo; cardiología; endocrinología y nutrición; farmacología clínica; geriatría; hematología y hemoterapia; medicina del trabajo; medicina familiar y comunitaria; medicina física y rehabilitación; medicina intensiva; medicina interna; medicina preventiva y salud pública; nefrología; neumología; neurofisiología clínica; neurología; oncología médica; oncología radioterápica; reumatología.
Tronco quirúrgico.
Angiología y cirugía vascular; cirugía cardiovascular; cirugía general y del aparato digestivo; cirugía oral y maxilofacial; cirugía ortopédica y traumatología; cirugía pediátrica; cirugía plástica, estética y reparadora; cirugía torácica; neurocirugía; urología.
Tronco de laboratorio y diagnóstico clínico.
Análisis clínicos y bioquímica clínica (se fusionan); microbiología y parasitología; genética clínica (nueva); inmunología.
Tronco de imagen clínica.
Medicina nuclear; radiodiagnóstico.
Tronco de psiquiatría.
Psiquiatría; psiquiatría del niño y del adolescente (nueva).
No adscritas a ningún tronco.
Anatomía patológica; dermatología médico-quirúrgica y venerología; obstetricia y ginecología; oftalmología; otorrinolaringología; pediatría y sus áreas específicas; radiofarmacia; radiofísica.
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