La Comunidad Terapéutica de tratamiento y rehabilitación del alcoholismo se traslada y garantiza el mantenimiento de su actividad
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Un nuevo hogar para La Santina
Cáritas traslada su comunidad terapéutica de Mareo a un edificio en Deva cedido por los Capuchinos, lo que garantiza la continuidad del proyecto
Foto: Adolfo Rivas conversa con Faustino Blanco y Julio Bruno en Mareo.
Luján PALACIOS, en La Nueva España
La crisis «se ha llevado por delante como un tsunami» muchas intervenciones desarrolladas desde el Estado de bienestar social en los últimos años. Algunas de ellas «quedan en pie porque son suficientemente sólidas». Es el caso de la Comunidad Terapéutica La Santina, de Cáritas, dedicada al tratamiento de rehabilitación integral de personas con problemas de alcoholismo y que no tienen ningún otro recurso al que acudir. Adolfo Rivas, director de Cáritas Asturias, mostraba ayer su optimismo ante la perspectiva de que el proyecto se pueda mantener e incluso ampliar en los próximos meses, una vez que culmine el traslado de la comunidad desde la casa que ocupa en la actualidad en Mareo hasta una nueva sede en Deva, cedida por los Padres Capuchinos para que la psicóloga y las cinco educadoras del centro puedan seguir desarrollando su labor en las mejores condiciones posibles.
Este traslado supone un nuevo golpe de timón para el destino de la comunidad, que en el año 2009 puso la primera piedra en lo que iba a ser su nueva sede, entonces proyectada en la parroquia de Huerces. La llegada de la crisis económica hizo que el proceso de financiación se ralentizara y que quedaran en el aire los dineros necesarios para levantar un nuevo centro terapéutico en la finca de la antigua Casa Rectoral de dicha parroquia. En aquel momento, La Caixa realizó una aportación de 200.000 euros, una cantidad que desde entonces «no se ha tocado», explicaba ayer Rivas, y que se utilizará ahora para acometer los trabajos necesarios de rehabilitación del edificio cedido por los Capuchinos en Deva, junto al camping.
Será necesario acondicionar la casa, y Cáritas estima que los 200.000 euros que tenían reservados serán suficientes para aumentar el número de plazas, que pasarán de 22 a 28, y para consolidar una nueva vía de trabajo con las mujeres, menos presentes que los hombres en este proyecto.
El año pasado se prestó servicio a un total de 66 personas en Mareo, entre estancias de seis meses para recibir terapia, talleres y actividades de seguimiento. Con los mismos recursos de que disponen en la actualidad, los responsables de la comunidad se comprometen a dar apoyo a más personas desde la nueva sede de Deva.
El consejero de Sanidad, Faustino Blanco, visitó ayer el centro acompañado por Adolfo Rivas, con el objetivo de «ratificar» su apoyo a un proyecto que ha pasado por tiempos difíciles (incluso se llegó a anunciar su cierre), porque «no podíamos destinar más recursos a La Santina», señalaba Rivas.
La Dirección General de Salud Pública ha comprometido este año una aportación de 114.000 euros al proyecto, la misma cantidad que el dispositivo recibió en el año 2011, después del recorte del 20 por ciento al que había sido sometido por el Gobierno de Foro.
El Ayuntamiento de Gijón, por su parte, aporta 28.000 euros anuales, y con las donaciones puntuales y una aportación en forma de becas por importe de 60.000 euros que también ha comprometido la comunidad de los Capuchinos, Rivas confía en que el proyecto pueda salir adelante en los próximos años, con un incremento en su capacidad para atender a más personas.
Hasta ahora, Cáritas había recortado recursos en el centro de Mareo «hasta lo mínimo, hasta dejar esto en el esqueleto», asegura el director. Porque la organización es consciente de que «si recursos como éste desaparecen no van a volver a montarse en mucho tiempo, y estamos hablando de gran exclusión, de personas que no tendrían ninguna otra oportunidad». Tal y como señala Rivas, «si estás en la calle por el alcohol, no sales de ella. Hay muchas familias con mucho dolor, mucho miedo y muy pocas posibilidades». Y desde el convencimiento de que «si abandonamos a estos colectivos, deberíamos sonrojarnos todos».
La Comunidad Terapéutica La Santina fue fundada en mayo de 1993, y arrancó como un proyecto para atender las necesidades que se detectaban en las parroquias de Gijón, con la intención de abordar el consumo de alcohol como un problema no sólo personal, también como una cuestión en la que la sociedad tiene mucho que decir.
El centro ha evolucionado en los últimos años desde su ubicación en Mareo, en una casa por la que Cáritas paga un alquiler mensual. Se han diseñado terapias adaptadas, se ampliaron las plazas y el centro se hizo mixto. También se estableció la necesidad de llevar a cabo desintoxicaciones previas al internamiento, y se fueron afinando los criterios de atención, dirigidos, como la propia Cáritas señala, a «los últimos». Es decir, a quienes no tengan recursos económicos, no dispongan de una red social de apoyo o vivan en una situación de desestructuración familiar o personal.
Además, con el paso del tiempo se ha ido derivando hacia el trabajo con personas que, además de sufrir el problema del alcoholismo, luchan contra problemas mentales asociados. La tarea diaria de los trabajadores del centro pasa también por la recuperación de hábitos de vida saludables, ocupación del tiempo libre, desarrollo de las habilidades sociales perdidas o gestión de prestaciones para quienes no tengan recursos económicos.
Por ahora, la demanda está cubierta. Pero Cáritas quiere seguir creciendo en la atención a este grupo de personas en exclusión, prestando especial atención al colectivo femenino. En la actualidad, sólo una mujer está pendiente de ingreso, junto con algunas más en proceso de valoración. La puesta en marcha del centro en Deva potenciará esta parte del trabajo, con «una dinámica más complicada».
Según los datos de Cáritas, desde 1993 hasta 2010 ingresaron en el centro 636 enfermos; 509 eran hombres y sólo 127 mujeres. La mayor parte de los usuarios, con una media de edad entre 45 y 54 años, sufría la adicción desde hacía más de veinte años. El perfil se termina de dibujar con un nivel de estudios primarios y con una situación de paro y sin prestaciones en la mayoría de los casos. Comunidad Terapéutica La Santina les da una nueva oportunidad.
La Santina sortea el cierre al lograr más financiación y una nueva sede
El centro, que a punto estuvo de cerrar en 2011, recibirá un 20% más de dinero del Principado y una finca en Deva cedida por los Capuchinos
16.01.13 - LAURA FONSECA | GIJÓN, en El Comercio.
La supervivencia del centro La Santina, de Cáritas, parece estar asegurada. Tras un tumultuoso 2011 en el que a punto estuvo de echar el cierre por una abrupta caída en la financiación que le llegaba, fundamentalmente, de las arcas públicas, la comunidad terapéutica que atiende, trata y rehabilita a personas que sufren alcoholismo severo, empieza a vislumbrar algo de luz. «El tsunami de la crisis parece que deja algo en pie», decía ayer con satisfacción el director de Cáritas en Asturias, Adolfo Rivas.
La buena noticia llegó por dos vías: una en forma de dinero, al confirmar el consejero de Sanidad, Faustino Blanco, que aumentará en un 20% la aportación a La Santina. Serán 114.000 euros los que reciba el centro de Cáritas ubicado en Mareo y por el que en 2012 pasaron 66 personas. El incremento en la financiación repara el tijeretazo de 20.000 euros que le había propinado el anterior Gobierno de Foro Asturias, y que había dejado al centro de rehabilitación herido prácticamente de muerte. El otro balón de oxígeno llega de manos de los padres Capuchinos, que ceden una finca en Deva, instalaciones que Cáritas destinará al proyecto de ampliación de La Santina que tuvo que aparcar por culpa de la crisis.
«La actual situación económica está dejando mucho dolor y mucho miedo en las familias. Que esto siga adelante es un motivo de alegría y esperanza», afirmaba el responsable de Cáritas. Rivas recibió ayer en Mareo la visita del consejero de Sanidad y del director general de Salud, Pública, Julio Bruno, que de esta forma quisieron hacer patente el apoyo del Principado al proyecto que la entidad mantiene vivo en Gijón desde hace veinte años. Precisamente, el próximo mes de mayo se cumplirán dos décadas desde que Cáritas fundara esta comunidad terapéutica, la única que aborda el problema del alcoholismo de manera exclusiva.
Déficit de 60.000 euros
«En un momento de crisis como este, creemos que es más preciso que nunca consolidar un proyecto de rehabilitación social como el de La Santina y que se pueda proyectar hacia el futuro», explicó el consejero, Faustino Blanco. «Cáritas es un interlocutor de primer nivel y estamos muy satisfechos de contribuir a consolidar esta iniciativa», agregó. No dudó el responsable sanitario en señalar que programas como los de La Santina permiten que «Asturias esté más integrada y cohesionada socialmente».
Más financiación, por tanto, para 2013, pero también la puesta en marcha de la pretendida ampliación, que permitirá al centro de rehabilitación pasar de 22 a 28 plazas. Eso sí, no será en San Martín de Huerces, en unos terrenos que inicialmente iba a donar el Arzobispado, sino en una finca con chalé, de Deva, cedida por la orden de los Capuchinos y que ayer fue visitada por responsables de Cáritas y de la Consejería de Sanidad. La entidad contaba para sus planes de crecimiento con una aportación de La Caixa de 200.000 euros, dinero que ahora será destinado a rehabilitar el chalé de Deva, donde estará la nueva Santina.
El actual centro de Mareo, un edificio en régimen de alquiler, ofreció en 2012 tratamiento a 66 personas, la mayoría sin recursos económicos. Su gasto anual se aproxima a los 270.000 euros, de los que Cáritas sólo recupera los 114.000 que llegarán ahora desde la Consejería de Sanidad, y otros 38.000 del Ayuntamiento de Gijón. La entidad cerró 2012 con un déficit de 60.000 euros, indicó Rivas, que lamentó «no poder llegar a todo en estos tiempos tan difíciles».
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