¿Habrá “bula” o modificación de la Ley antitabaco para Sheldon Adelson?... el mero hecho de que esto se discuta deja en evidencia que para algunos “peperos” no todos somos iguales ante la Ley.

El Gobierno se lía con la ley antitabaco

La delegada en Madrid asegura que el Ejecutivo estudia «posibilidades» sobre la norma solo una semana después de que Mato lo negara.

La llegada de Eurovegas vuelve a plasmar las diferencias entre los populares madrileños y Génova.

26.03.13 - DANIEL ROLDÁN | MADRID, en El Comercio.

La ley antitabaco se está convirtiendo en un lío para el Partido Popular. Los millones y millones de dólares que ha prometido Sheldon Adelson para su macroproyecto del ocio en la localidad madrileña de Alcorcón ha provocado que sectores populares intenten flexibilizar la ley que prohíbe de forma taxativa encender un pitillo en cualquier lugar cerrado. Una promesa que se comentó en la campaña electoral de 2011, cogió fuerza gracias a Esperanza Aguirre -gran artífice de la llegada del multimillonario norteamericano- y ha vuelto a surgir después de la firma de la decisión de instalar Eurovegas en un secarral de este municipio del sur de la comunidad.

La última en apuntarse a la petición de ablandar la normativa, endurecida desde el 2 de enero de 2011, fue la delegada del Gobierno en Madrid. Cristina Cifuentes aseguró ayer que el Ejecutivo está estudiando «posibilidades» para que se modifique la ley. El objetivo es la hostelería en su conjunto y no Eurovegas en concreto. «Creo que hay que poner las cosas fáciles a cualquier empresario que quiera apostar y arriesgar su dinero para crear puestos de trabajo, pero en el caso Eurovegas no creo que haya que hacer una legislación expresa para una persona en concreto. La ley tiene que ser igual para todos», apuntó la delegada del Gobierno en RNE, quien insistió en que el Gobierno central «tendría que replantearse» la ley para estudiar que «en determinados locales de ocio se pudiera fumar bajo determinadas condiciones».

Una postura que también ha sido defendida por el presidente de la Comunidad de Madrid, Ignacio González («No creo que sea una cuestión cerrada», aseguró en plena negociación con Las Vegas Sands) o Ana Botella. La alcaldesa de Madrid llegó a afirmar que «evidentemente» se iba a modificar para eliminar cualquier cortapisa a la llegada del maná estadounidense. Sin embargo, los dirigentes madrileños se han encontrado las mayores dificultades en su propia casa.

La vicepresidenta del Gobierno rechazó cualquier cambio en la ley sin humos el pasado mes de febrero. «No es una modificación que haya entrado en los cauces de discusión del Gobierno», dijo entonces Soraya Sáenz de Santamaría. La misma idea la repitió hace menos de una semana Ana Mato tras la celebración del Consejo Interterritorial de Sanidad. «El Gobierno no se plantea un cambio en la ley antitabaco», aseguró sin titubeos.

La postura de ablandar choca contra el apoyo de la mayoría de la población -ya en 2006 el CIS aseguraba que dos tercios de los españoles estaban de acuerdo en prohibir fumar-, de las sociedades médicas y de la propia Europa comunitaria. La Comisión Europea alabó en su informe 'El tabaco en la Unión Europea' la evolución negativa que ha sufrido en España la exposición a los malos humos. Descendió en 70 puntos la cantidad de humo de los locales de bebidas.

La media europea pasó del 46% al 28%. Incluso la Comisión llegó a felicitar a las autoridades españoles, a las belgas y a las polacas por el endurecimiento de sus legislaciones entre 2009 y 2012. Además, el estudio de la Comisión Europea afirmaba que el impacto negativo de la prohibición de fumar sobre los ingresos de bares y restaurantes «al demostrar que el impacto económico ha sido limitado y neutro y que acabará siendo positivo».

Y también comienzan a verse resultados médicos favorables a la aplicación de legislaciones restrictivas. En enero, la revista 'Plos One' publicaba un trabajo -donde colaboró el Instituto Hospital del Mar de Investigaciones Médicas de Barcelona- en el que se aseguraba que desde que en España se aplicó la primera normativa antitabaco hace ya siete años, se ha producido una reducción del 11% en los infartos de miocardio y una disminución en la mortalidad asociada a este problema coronario.