Del acto inaugural de ayer, en el Centro Niemeyer de Avilés, del II Congreso europeo sobre tratamiento asertivo comunitario (ETAC)
Salud mental reduce en un 75% los ingresos de psicóticos con el tratamiento a domicilio
Jambrina defiende que los equipos que trabajan en la calle con los enfermos amplíen el tiempo de atención, ahora de ocho horas de lunes a viernes
Foto: La periodista y escritora Elvira Lindo antes de iniciar su conferencia en el Centro Niemeyer dentro del marco de la jornada inaugural del segundo Congreso Europeo de Salud Mental que se celebra estos días en Avilés.
27.06.2013, Myriam MANCISIDOR, en La Nueva España
El equipo de Salud Mental del área sanitaria avilesina decidió en 1999 llevar las consultas a la calle. Desde entonces, el grupo de especialistas que lidera el psiquiatra Juan José Martínez Jambrina ha atendido a 171 personas (41 ya han recibido el alta médica) con enfermedad mental crónica, a las que se les han dado todas las cartas de la baraja para su rehabilitación. El objetivo último de este programa es el bienestar del paciente pero además de la mejoría clínica, la atención domiciliaria repercute a nivel hospitalario: el número de ingresos en el San Agustín se ha reducido en torno a un 80 por ciento y la duración de los mismos ha pasado en sólo cinco años de 2.628 días a 711.
Así lo dio a conocer ayer Jambrina durante la inauguración en el Centro Niemeyer del II Congreso europeo sobre tratamiento asertivo comunitario (ETAC), como se conoce el programa de atención domiciliaria que lidera Avilés de forma pionera desde 1999 y que ya se ha implantado en 27 provincias españolas. En este marco, el responsables del ETAC presentó los resultados de un estudio descriptivo en el que analizó la organización interna y externa de los diferentes grupos asentados en el país a imitación del de Avilés.
Destacó, en este sentido, que la mayoría de los pacientes que solicitan cita reciben asistencia en menos de una semana y que en el 45 por ciento de las situaciones de urgencia son los profesionales los que se desplazan a los domicilios. Por contra: «El 90 por ciento de los profesionales trabaja sólo ocho horas al día de lunes a viernes, esto es una enorme fragilidad», dijo, y defendió el trabajo multidisciplinar con especialistas en diferentes materias (psicología, trabajo social...).
Elvira Lindo: «La escritura constituye una vía de escape para demonios y anhelos personales»
27.06.2013, M. M., en La Nueva España
La periodista y escritora Elvira Lindo puso el toque literario en la primera jornada de un congreso científico que se desarrolló en el Centro Niemeyer con la participación de 340 psiquiatras llegados a Avilés de diferentes países. La gaditana inició su discurso haciendo alusión al libro «Hacia el amanecer», de Michael Greenberg, que comienza con la siguiente frase: «El 5 de julio de 1996 mi hija se volvió loca». «El periodista debe escribir siguiendo normas de corrección que no hieran al lector, pero el escritor debe hacerlo con el corazón», dijo Lindo, que señaló que a menudo la locura se ha relacionado con el arte. Un ejemplo: «Del imaginario de Clarín salió la Regenta, que en manos de lectores como ustedes (por los psiquiatras) estoy segura de que se podría hacer un diagnóstico ajustado de su desequilibrio». Para Elvira Lindo la escritura constituye «una vía de escape para demonios y anhelos personales». «Inventar es un vicio y quien lo practica es un vicio, pero eso creo que es terapéutico en la medida que se trata de un desahogo», dijo. A su modo de ver, el escritor es como el paciente mental que acude a la consulta «con diferentes historias y obsesiones». «La escritura ha salvado a muchos escritores y para mí es terapéutico contar historias, por eso tal vez escriba una de mi psiquiatra y una joven paciente», concluyó.
«Los escritores y los pacientes que van a terapia son muy parecidos»
Elvira Lindo ofrece una conferencia sobre la versión terapéutica de la ficción
27.06.13 - SHEYLA GONZÁLEZ | AVILÉS, en El Comercio.
Las fobias, tristezas o depresiones que sufren muchos escritores a diario tienen la mejor terapia en las hojas de sus libros. «Muchos escritores se han salvado gracias a la ficción y otros tantos han logrado sobreponerse a sus fobias, nervios o depresiones». Así lo afirmó ayer la escritora Elvira Lindo en su conferencia en el Centro Niemeyer, en la que analizó 'La ficción como terapia'.
Elvira Lindo ofreció su charla dentro de la jornada inaugural del segundo Congreso Europeo de Salud Mental que se celebra estos días en Avilés. Las depresiones de Antonio Machado, los finales tristes y las locuras de varios escritores fueron los ejemplos con los que puso cara la escritora a esos delirios de los novelistas que se reflejan de una manera clara en sus obras. «La Regenta o Madame Bovary eran mujeres enfermas de la época que ademas de aportarnos un disfrute literario, cualquier especialista podría hacer, gracias a la descripción que de ellas se realiza, un análisis de su desequilibrio», señaló Lindo.
Además de referirse a varios personajes que sufrían de algún desequilibro o «locura», como ella define, quiso explicar su experiencia en primera persona. «Voy al psiquiatra cada seis meses a Nueva york y él sabe que lo más terapéutico para mí es contar historias». También desveló cómo su médico se vio reflejado en una de sus novelas. «Él me agradeció que diera a conocer su consulta, pero sobre todo que gracias a esa mención pudiera conocer a una joven científica española que acudió a su consulta tras leer el libro», explicó. De esta visita a su psiquiatra, relató Elvira Lindo que logró escribir un cuento «en el que el psiquiatra se enamoraba de la científica, pero tiempo después pude conocer a la chica y supe que no había habido nada entre ellos, me dio pena que la realidad estropeara mi cuento», comentó, para añadir que esperaba que «el psiquiatra me perdone porque él sabe mejor que nadie lo terapéutico que es para mí escribir».
En muchas ocasiones las personas cercanas a los novelistas encuentran ciertos parecidos entre los personajes de la ficción y ellos mismos. «Es normal que pase, el novelista cuando está creando sus obras es como si pasara varias horas en hipnosis, empieza con una idea que le enamora y a ella le aporta sus experiencias, es normal que su entorno se vea reflejado», indicó, para remarcar que «la realidad se acaba pareciendo a las novelas tarde o temprano», ya que «el escritor se acerca tanto a ella para describirla que se acaban uniendo». La escritora cree además que «la ficción desvela más de un autor que sus propias memorias, ya que en ellas intenta suavizar sus errores, pero cuando escribe ficción va dejando pistas sobre cómo es realmente a través de su creación aunque el escritor no desee hacerlo».
La escritora explicó también las similitudes entre los pacientes que acuden a algún tipo de terapia, con los escritores. «Somos muy parecidos, tenemos un catálogo limitado de historias y obsesiones que aunque las mostramos y contamos de diferentes maneras, siempre acaban siendo las mismas». Otro de los beneficios que la conferenciante encuentra en la ficción es que «nos permite volver a ser esos niños que muchos han olvidado o matado».
Vivir otras vidas es una de las ventajas que tiene para Elvira Lindo dedicarse a escribir. «Puedes ponerte en los zapatos de otro y experimentar qué siente». Uno de los artículos de la autora, escrito en el año 2009, y que recordó durante su charla fue 'En 1996 mi hija se volvió loca'. Elvira Lindo quiso hacer referencia a ese artículo porque gracias a él pudo ver cómo «los medios de comunicación aún utilizan tabúes para hablar de las enfermedades mentales, los comentarios en ese artículo fueron muy variados, pero muchos criticaban que se utilizara la palabra loca para describir a esa chica. La literatura nos permite emplear esas palabras, aunque se que puede dañar a algunos lectores», explicaba.
El lenguaje de la literatura para explicar o describir los problemas relacionados con la salud mental son muy variados, pero siempre desde el punto de vista de que «la literatura tiene muchos lazos con la locura, es más, durante mucho tiempo se consideró que el arte era una locura». La locura de Don Quijote, «ese loco entreverado» del que habla Cervantes en su obra, sirvió de ejemplo a Elvira Lindo para narrar parte de su discurso en la cúpula del Centro Niemeyer, una conferencia que quiso terminar poniendo su ejemplo en primera persona, tras haber analizado cómo la ficción está presente en muchas hojas de las novelas y en sus escritores.
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