Aquí el famoso dicho de dos no riñen si uno no quiere debería transformarse en tres no riñen
El PSOE no reformará la ley electoral sin apoyo de la derecha, pese a la presión de IU y UPyD
La opción de incorporar al acuerdo a Foro o PP es casi imposible, lo que lleva a una situación de bloqueo y complica el panorama al Gobierno en asuntos clave como los presupuestos
Foto: Una de las reuniones de la Comisión para la reforma de sistema electoral asturiano.
05.09.13 - ANDRÉS SUÁREZ | OVIEDO, en El Comercio.
O mucho cambian las cosas o la reforma de la ley electoral asturiana que auspician Izquierda Unida y UPyD acabará encallando en la Junta General del Principado. Pese a la presión de ambos grupos, que ya han comenzado a trabajar de forma conjunta en un borrador que luego convertir en proposición de ley, el PSOE sostiene que no modificará su postura inicial, la que Javier Fernández expresó en el pleno de su investidura, y que no aprobará una nueva normativa si no se consigue el apoyo de Foro y PP o de, al menos, una de las dos formaciones. Los socialistas recalcan que los 23 escaños que suman los grupos que apoyan al Gobierno no son suficientes para impulsar una iniciativa de tanto calado, que requiere, a su juicio, de una mayoría más amplia. El problema es que llegar a un entendimiento con las organizaciones del centro-derecha es poco menos que imposible.
Así las cosas, las opciones sobre la mesa se reducen a dos. O PSOE, Izquierda Unida y UPyD suman al dictamen sobre la reforma aprobado en julio, que contempla novedades en el reparto de escaños en busca de una mayor proporcionalidad en el voto, a Foro o PP, lo que permitiría convertir en realidad esa nueva ley, o los socialistas se echarán a un lado y continuará aplicándose la normativa electoral vigente. No hay medias tintas. La cuestión está en que este debate, que no tendría mayor trascendencia en sí mismo, pone en jaque la estabilidad del Ejecutivo regional desde el momento en que las dos formaciones minoritarias que junto a los socialistas le dan apoyo ponen en cuestión ese respaldo -y por tanto el futuro de grandes proyectos como el presupuesto de 2014- si la reforma electoral se queda por el camino.
La decisión de IU y UPyD de echar a andar de inmediato los trabajos en busca de un primer documento de trabajo que someter a debate con el resto de los grupos, con la pretensión de que sirva como base de la proposición de ley que luego se registraría en la Junta para su tramitación parlamentaria, no es casual. Es un claro recordatorio al PSOE de que su interés por el asunto es máximo y que no ha decaído con el parón veraniego, y también un mensaje de que no tendría lógica que, habiendo aprobado el dictamen previo, ahora se desmarcase de la reforma alegando que los 23 diputados que están en disposición de avalarla no son suficientes.
Hablar, pero con condiciones
El PSOE da por recibido el recado pero su postura no cambia. Los socialistas recuerdan que su secretario general y presidente del Principado, Javier Fernández, arrancó la legislatura mostrándose favorable a discutir sobre la legislación electoral pero poniendo como condición para su revisión una mayoría amplia. Un criterio que, insisten, ya se trasladó a IU y UPyD en las respectivas negociaciones previas a la investidura y que sigue plenamente vigente hoy.
El PSOE, pues, insiste en que los 23 escaños que salen de la suma de sus 17 diputados, los 5 de IU y el que ocupa Ignacio Prendes para UPyD no son suficientes y que la reforma electoral necesita el ’sí’ de, como mínimo, los 12 parlamentarios de Foro o los 10 del PP. Sí es verdad, entrando en el juego de las mayorías, que en la reforma del Estatuto que en 2008 pactaron socialistas y populares, que finalmente no llegó a prosperar, se blindaba la reforma de la legislación básica de la comunidad con una mayoría de dos tercios de la Cámara. Un criterio que los socialistas ven razonable aplicar ahora a este asunto concreto y que sus socios no comparten.
Este choque entre los aliados de gobierno lleva la mirada a los grupos de la oposición. Foro y PP rechazaron el dictamen aprobado en julio entre durísimas críticas al mismo y nada ha cambiado durante el verano, así que la posibilidad de que alguna de las dos formaciones rectifique y se sume a un consenso es muy, muy remota. Sobre todo porque asumir sus reivindicaciones -en el caso del partido de Francisco Álvarez-Cascos, por ejemplo, un incremento de las circunscripciones- alteraría tanto el acuerdo inicial que probablemente serían entonces Izquierda Unida y UPyD los que no estuvieran por la labor. El asunto es tremendamente complicado.
Y tiene trascendencia. La amenaza de IU y UPyD al PSOE de reconsiderar su apoyo al Gobierno de Fernández en caso de bloqueo de la reforma electoral deja en el alero proyectos esenciales del programa socialista, comenzando por los presupuestos y siguiendo por la segunda ley de reorganización del sector público, prometida al Ministerio de Hacienda en el marco del plan económico-financiero. El debate sobre las cuentas de 2014 será crucial y habrá que ver quién aguanta el pulso y quién dobla antes la mano, teniendo en cuenta todo lo que está en juego.
A los interinos y eventuales se les estaban ofreciendo contratos con aumento de la jornada laboral, disminución del salario (una media de 300 euros al mes), reducción en los pluses por nocturnidad y supresión de festividad… ¡¡y ahí se les cortó “la cosa” por la paralización judicial!!
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