Una auxiliar de enfermería se queda sin baja tras operarse de la boca
"Di mi vida a la sanidad y ahora que necesito el respaldo de mi empresa me lo niegan", dice María Luisa Fernández
Lne. 19.05.2014 | 04:21
Fernández, tras la operación.
Myriam MANCISIDOR "He dado mi vida a la sanidad y nunca he dejado de pagar a la seguridad social pero ahora, cuando necesito el respaldo de mi empresa por un achaque, me lo niegan", sentencia María Luisa Fernández Sampedro, una auxiliar de enfermería promocionada a administrativo que se ha visto obligada, asegura, a coger días de vacaciones al denegársele una baja laboral después de someterse a una intervención quirúrgica que, a su juicio, le impide desarrollar con normalidad sus funciones en el área de citaciones de consultas externas del Hospital San Agustín.
Sampedro se sometió el pasado día 6 de mayo en un clínica de Oviedo -privada- a una operación dental que supuso la exodoncia de dos piezas, la elevación del seno sinusal, la colocación de tres implantes osteointegrados y la rehabilitación provisional inmediata de cinco piezas más. "Tras la operación se me prescribe tratamiento antibiótico, antiinflamatorio y analgesia que es ratificado por la médico de Atención Primaria, expidiendo esta las recetas relativas, y reposo relativo de tres a cinco días. Por todo esto se me expide la baja laboral, pero pocas horas después me comunican que me la han revocado por orden de la Inspección", explica Sampedro, que inició entonces un calvario de su centro de salud al despacho de la inspectora.
"La primera vez me dijo que hasta que no tuviera un informe detallado de mi cirujano no iba a revocar la anulación de la baja pese a verme con la cara inflamada, hematomas y dolor", critica la afectada, que asegura que la inspectora "se negó a recibirme cuando fui a entregarle el informe". Después de aquel día, Sampedro ha decidido meter cada documento dirigido a la inspectora por registro para que quede constancia de la fecha. "Toda esta situación no hace más que empeorar mi salud pues además de los dolores y el malestar tras la intervención se une el correspondiente estrés y malestar psicológico derivado de la actuación de la inspectora", reconoce la afectada, con más de veinte años en la sanidad pública y que ha puesto su caso en manos de un abogado.
La inspectora, entre tanto, aseguró que "cuando un paciente no está de acuerdo con las decisiones adoptadas recibe por escrito qué debe hacer, en este caso tiene derecho a reclamar si no está conforme". La reclamación a nombre de Fernández Sampedro, precisa la inspectora, ya fue remitida a la consejería de Salud, a Oviedo. "Ellos son quienes deben resolver las quejas. Yo no puedo facilitar más información, pero puedo decir que hemos cumplido a rajatabla con nuestro trabajo".
Sampedro, mientras tanto, continúa de vacaciones, a la espera de que le concedan la baja laboral. "Nunca solicité una baja y sufro depresión desde los 27 años que me quedé viuda. Hace relativamente poco, con la muerte de mi madre, sufrí un altibajo y mi problema se agudizó. Entonces tuve que pedir bajas largas. Tal vez eso es lo que motiva que ahora me hagan ir a trabajar con la cara hinchada, morada y dolorida. No es justo", concluye.
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