"Las personas se pueden curar definitivamente de ébola", afirmó ayer José Ramón Arribas, jefe de la unidad de infecciosos del servicio de medicina interna del Hospital La Paz
"Este día es un milagro", dice el médico estadounidense ya curado del ébola
Kent Brantly y la enfermera Nancy Writebol, dados de alta tras ser tratados con el suero
Foto.- Kent Brantly, superviviente del ébola, con su esposa Amber.
P. R. / Agencias, en La Nueva España
El médico Kent Brantly, de 33 años, y la enfermera Nancy Writebol, de 59, ambos misioneros infectados con ébola en Liberia y que fueron trasladados hace tres semanas a Estados Unidos para recibir un tratamiento experimental, superaron la enfermedad y recibieron el alta médica del Hospital Universitario de Emory de Atlanta (Georgia), según informaron sus doctores.
"Este día es un milagro", aseguró Kent Brantly en su primera comparecencia ante los medios. "No puedo agradeceros lo suficiente vuestros rezos y vuestro apoyo. Por favor, no dejéis de rezar por la gente de Liberia y África Occidental y por el rápido final de la epidemia", dijo. Ni él ni su mujer, Amber, quien permaneció a su lado durante toda la comparecencia, podían disimular su alegría.
Los dos misioneros se contagiaron mientras trabajaban en un centro médico en Liberia y recibieron tratamiento con el suero experimental ZMapp, nunca antes usado en humanos. "Los pacientes no suponen una amenaza médica para la salud pública", dijo Bruce Ribner, director médico de la unidad de enfermedades infecciosas del Hospital Universitario de Emory, en una conferencia de prensa a la que acudió el propio Brantly.
"Las personas se pueden curar definitivamente de ébola", afirmó ayer José Ramón Arribas, jefe de la unidad de infecciosos del servicio de medicina interna del Hospital La Paz, responsable del equipo que atendió en el Hospital Carlos III de Madrid al religioso Miguel Pajares, quien falleció pese a ser tratado con el mismo suero.
"Los pacientes que sobreviven al virus son muy interesantes científicamente", dijo Arribas a "Efe", porque a través de ellos se podría averiguar qué es lo que hace que sean capaces de sobrevivir y quedar inmunes frente a una misma cepa del virus, aunque no frente a todas. Una vez superada la enfermedad, los pacientes dejan de ser contagiosos -la única cautela es el semen de los hombres, que no es seguro hasta pasados 82 días-, y su carga genética y su respuesta inmune pueden dar una pista sobre la forma de combatir el ébola.
El equipo médico que atendió a Miguel Pajares declaró ayer en rueda de prensa que luchó con todos los medios posibles para salvarle la vida y confesó que es "impresionante" lo que puede hacer el virus en cuatro o cinco días.
Por otra parte, los tres médicos liberianos infectados por el virus del ébola que están siendo tratados con el suero experimental ZMapp muestran signos de mejoría, aseguró ayer el viceministro de Sanidad para Servicios de Prevención, Tolbert Nyenswah.
El brote de ébola, que hasta ahora ha afectado a Liberia, Guinea, Sierra Leona y Nigeria, ha causado al menos 1.350 muertes, de acuerdo con las últimas cifras de la Organización Mundial de la Salud (OMS). La epidemia está azotando especialmente a Liberia, con 576 muertes y 972 casos, lo que ha obligado a las autoridades a decretar el toque de queda y a poner en cuarentena dos populosos barrios cercanos a la capital.
Por otra parte, al menos 70 personas fallecieron por una gastroenteritis hemorrágica en la provincia de Equateur, en el norte de República Democrática del Congo, según informó ayer la Organización Mundial de la Salud (OMS), que descartó que se tratara de ébola.
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