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La lluvia entra en el edificio del Sespa

La lluvia entra en el edificio del Sespa

La rotura de una lona que protegía del agua las obras que se realizan en el forjado de la entrada es la causa

Estado del vestíbulo que presentaba ayer el edificio del Sespa. / ALEX PIÑA

El comercio. ANA SALAS |  OVIEDO. 24 septiembre 201400:19

En el hall de la sede del Sespa, en la plaza del Carbayón, se filtraba el agua y sus responsables decidieron que acometerían obras para evitarlo. Comenzaron hace una semana, cuando hacía buen tiempo. Aun así, cada día, cuando los trabajadores concluían sus tareas se cubría el forjado de la planta baja con una lona de plástico, a través del patio interior del inmueble.

Las fuertes lluvias del domingo en la capital provocaron que se acumulara el agua y acabara rompiendo la protección, cayendo sobre el techo en reparación hasta llegar a la estancia de acceso al inmueble, donde se distribuyen varios servicios de atención al público.

Ayer, cerca de las once de la mañana, varias personas hacían cola junto a un plástico al tiempo que pisaban los restos de agua que aún quedaban. Siete trabajadores, con sus ordenadores y documentos, tuvieron que ser trasladados a otras dependencias del inmueble diseñado por el arquitecto Joaquín Vaquero Palacios. Regresarán cuando lo haga la normalidad al edificio público.

Tanto sus responsables como los del comité de empresa evitaron ayer hacer declaraciones respecto a lo ocurrido al tiempo que restaron importancia a lo encontrado cuando llegaron a sus puestos de trabajo. El agua, que había arrastrado polvo y restos de las obras, inundaba parte de la entrada.

Sus características

El Principado rehabilitó la fachada del antiguo Instituto Nacional de Previsión hace cinco años tras pensar en acometer una restauración integral. El Ayuntamiento había, incluso, llamado su atención por el mal estado en el que se encontraba la fachada de este inmueble, céntrico, aparte de uno de los más representativos de la arquitectura racionalista en la región. Proyectado en 1934, su construcción no concluyó hasta 1942. A lo largo de su historia ha sufrido varias reformas. En los años sesenta, una de las más importantes, en la que perdió la escala helicoidal diseñada por el ingeniero Ildefonso Sánchez del Río. Está protegido por el catálogo urbanístico e incluido en el registro de la Fundación Docomomo Ibérico (Documentación y conservación la arquitectura y el urbanismo del movimiento moderno). Dice de él la Guía de Arquitectura y Urbanismo de Oviedo que es un edificio «rotundamente moderno no solo por su depurado lenguaje sino en su concepción global y su cuidado desarrollo constructivo».

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