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¡¡De aquellos polvos vienen estos lodos!! y, desgraciadamente, no es un caso que pudiéramos calificar como excepcional…

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Mi experiencia como anestesiólogo en el HUCA

El descarnado relato en primera persona de un profesional de la medicina a su paso por el hospital asturiano

Por Ignacio Fernández, en ASTURIAS 24

 

Era enero de 2012, en cinco meses terminaría mi periodo de formación como anestesiólogo y podría ejercer como titular de un quirófano. Esto suponía el desenlace de 11 años dedicados plenamente a este fin, seis años de carrera, uno para preparar el examen MIR y 4 de especialidad. Cinco residentes terminaríamos la especialidad en el HUCA ese año, y en toda Asturias, al ser el único centro formador de residentes de anestesia en toda la comunidad. Nuestra jefa nos ofreció ser titulares de quirófano, habitualmente se estaba acompañado de un adjunto (anestesiólogo con especialidad finalizada) hasta el final de la residencia. De esa manera obviábamos nuevas contrataciones y nos asegurábamos un contrato en mayo.

 

He de reconocer que fueron unos meses muy duros. Había comprado mi piso, me había casado y había decido continuar mi vida en Oviedo, después de todo había vivido allí 28 años, y pensar en irme suponía un problema personal y económico muy importante. Admito que hasta ese momento me había sentido una persona francamente afortunada, había elegido la especialidad para la que había nacido, el ambiente en ese hospital era muy bueno, y el trato con todos los adjuntos era fabuloso, de amistad en algunos casos.

 

El HUCA y mi tenacidad me habían brindado la oportunidad de obtener una formación al máximo nivel. La fecha exacta de finalización del contrato de mi periodo de formación era el 19 de Mayo, y después de eso la incertidumbre. El día 18 la jefa nos reúne, previamente habíamos presentado el currículum (unos más extensos en cursos formativos y rotaciones externas y otros repletos de horas de trabajo de campo) con intención de ser contratados. Nos dice que de los cinco, tres seríamos contratados. Más o menos justa pero esa era su decisión y mi gran esfuerzo había tenido recompensa. Tendría trabajo en el hospital que tan importante había sido para mí. Cuál fue mi sorpresa cuando cinco horas más tarde, mi jefa me comunica que el SESPA cancela dos de los tres contratos prometidos, imponiendo el nombre del trabajador del contrato… (leer más)

 

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