Quimioterapia intraperitoneal y un elevado grado de coordinación, claves del éxito
Salto adelante en la lucha contra el cáncer de ovarios en el HUCA
El hospital aplica con éxito en pacientes una técnica de quimioterapia intraperitoneal que empezó a desarrollarse en los años 90
Foto.- De izquierda a derecha: Ángel Sánchez del Río, jefe del Servicio de Ginecología del Hospital Álvarez Buylla, de Mieres; Elena Rodríguez Vega, ginecóloga del HUCA; Marián Carreira López, enfermera; Isabel Palacio, oncóloga del HUCA; Miguel Rodríguez, director del HUCA; Natalia Pérez Fernández, enfermera; y Raquel Prieto Rodríguez, enfermera.
Marta Ruiz Riesgo, en ASTURIAS24
María Antonia Tranchez, de 53 años, acudió a una revisión ginecológica por primera vez en tres años. En la revisión le localizaron un quiste en el ovario e inmediatamente fue enviada a Oncología. Los doctores decidieron que lo mejor sería operar y utilizar la técnica de la quimioterapia intraperitoneal. Tranchez dice sentirse “una privilegiada”, puesto que el tratamiento recibido por parte del personal del HUCA fue excelente y los resultados del tratamiento muy buenos. “Al principio temía sentirme un cuerpo, pero en todo momento me han hecho sentir persona. Además no he sufrido efectos secundarios más allá de la pérdida de cabello o el cansancio”, dice la paciente.
El tratamiento con quimioterapia intraperitoneal de tumores de ovarios, de peritoneo y de la trompa de falopio ha obtenido resultados muy satisfactorios en el Servicio de Oncología Médica del HUCA, aumentando de forma importante la supervivencia de los pacientes. El hospital universitario lleva poniendo en práctica el tratamiento desde hace unos dos años en más de 20 pacientes que han mostrado una respuesta favorable. La quimioterapia intraperitoneal se aplica en pacientes que no han recibido ningún tratamiento previo a la cirugía inicial, en la que, tras eliminar el tumor o dejarlo con una existencia mínima, el cirujano, generalmente un ginecólogo, deja colocado un catéter y un reservorio en la cavidad abdominal mediante el cual se suministra directamente la medicación en las células tumorales consiguiendo una mayor eficiencia.
El procedimiento se administra en seis ciclos que combinan la quimioterapia intravenosa y la intraperitoneal y dura unos cinco o seis meses. La doctora Isabel Palacio, del servicio de Oncología del HUCA, explica que no se trata de una técnica novedosa, puesto que el antiguo HUCA ya participó en un estudio europeo al respecto en la década de los 90, pero sí alternativa y poco utilizada puesto que entraña una complejidad mayor a la quimioterapia convencional. “La quimioterapia intraperitoneal es, según los resultados obtenidos, el mejor tratamiento que existe hoy en día en el tratamiento de estas enfermedades, pero resulta complicado realizarlo puesto que requiere la coordinación de muchos especialistas: ginecólogos, oncólogos y el personal de enfermería, que se encarga de su administración”. Palacio afirma que hay muy pocos hospitales públicos en España que realicen esta técnica y por ello han acudido al HUCA especialistas de otras comunidades autónomas para formarse.
La doctora Elena Vega, del servicio de Ginecología y Obstetricia del HUCA, afirma que resulta casi imposible realizar un diagnóstico precoz de dichas enfermedades, que solo se localizaría en pacientes portadoras de mutaciones hereditarias. “Se trata de una enfermedad asintomática, por lo que un 70% de los diagnósticos se realizan a pacientes que se encuentran en estadios 3 o 4 de la enfermedad”, señala esta especialista.
El doctor Sánchez del Río, ginecólogo en el hospital Álvarez Buylla de Mieres, detalla que “la cirugía no es complicada y la introducción del catéter y el reservorio, a través del cual se aplica la quimioterapia, no supone ningún esfuerzo extra para el cirujano”. Los ciclos de aplicación del tratamiento son seis y tiene una duración que ronda los cinco o seis meses.
Marián Carreira López, de la Enfermería Oncológica del HUCA, cuenta que la técnica requiere mucha coordinación entre el personal de hospitalización y el personal del hospital de día, puesto que la administración del tratamiento se realiza en los dos sitios y requiere una comunicación continua entre las plantillas de los dos hospitales.
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