Este tema exige solución yá
Las urgencias pediátricas de Cabueñes, bajo mínimos
Médicos del servicio hablan de falta de personal y de «dificultades para atender las consultas que nos llegan». El hospital dice estar «haciendo lo posible»
Foto.- Emma Lombraña, Antón Castaño, Ramón Fernández Álvarez y Sara Bueno, pediatras de Urgencias de Cabueñes, el pasado viernes en una de las consultas del servicio durante el cambio de turno.
LAURA FONSECA, GIJÓN, en El Comercio.
Es viernes y en el servicio de Urgencias Pediátricas de Cabueñes solo hay un médico. Debería haber «como mínimo dos». Hasta hace no mucho, era lo habitual. Dos por turno, y uno de noche, además de los residentes. Pero los recortes y, según los pediatras, «la falta de previsión de la dirección», han dejado el servicio «bajo mínimos». Si el día no se da muy mal, ese único facultativo tendrá que ver a unos 20 pequeños. Puede que también tenga que acercarse hasta traumatología de adultos, adonde suelen derivar a los menores que llegan tras sufrir algún traumatismo. Si fuera un día de invierno, en plena epidemia de gripe, por una consulta diurna podrían llegar a pasar hasta 50 niños. La demanda varía mucho en función de los días y la temporada. «En verano hay bastante menos, pero en invierno puede llegar a ser una locura», indican.
«Si tienes que hacer una sedación analgésica para una prueba que genera dolor o ansiedad en el pequeño, no siempre puedes hacerlo porque no damos abasto al ser tan pocos. Eso te genera mucha frustración», revela Antón Castaño, uno de los pediatras que más tiempo lleva trabajando en un servicio que echó andar hace ahora 25 años y que con el paso del tiempo llegó a ser puntero y a convertirse en «ejemplo en muchos otros hospitales». No fue fácil empezar, recuerda este profesional. «Éramos cuatro gatos». Pero fue creciendo tanto en consultas como en plantilla. «Al principio veíamos apenas 9.000 niños al año; ahora andamos por los 18.000», el doble. 18.000 consultas a repartir cada vez entre menos médicos. «Hace unos años éramos diez. Ahora, con suerte, estamos en siete. En verano fue todavía peor porque quedamos en cinco», abunda Castaño, quien afirma hablar en nombre de «buena parte de mis compañeros»… (leer más)
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