Para boxes llenos y camas en los pasillos no hay explicación posible si hay cerradas 72 camas mucho más de lo aceptable en este periodo estival
Los usuarios del Hospital Valle del Nalón denuncian retrasos y saturación
Aseguran que el cierre de plantas y la falta de personal están afectando al funcionamiento del servicio hospitalario
JUAN SAN MARTÍN, RIAÑO (LANGREO), en El Comercio.
Con la llegada del verano, el Hospital Valle del Nalón, en Riaño, cierra, habitualmente, dos plantas para optimizar los recursos económicos. A esta merma en las instalaciones se ha sumado este año la clausura también de una tercera planta por obras. Esto, unido a la falta de personal, está provocando retrasos y saturación en el servicio de Urgencias, según denunciaron ayer algunos usuarios. Y es que en las últimas semanas son muchos los pacientes que han expresado su malestar por pasarse demasiadas horas en los boxes a la espera de una cama libre para ingresar en planta.
El cierre estas plantas implica la pérdida de 72 camas, por lo que hay enfermos que han tenido que permanecer horas en los pasillos a la espera de que algún enfermo recibiera el alta médica. «Me comentaron que la semana pasada una señora tuvo que esperar tres días hasta que la subieron», dice Luis Blanco, que viene desde Ciaño para visitar a un familiar. «El otro día llegamos a las cinco de la tarde, y hasta las dos de la madrugada estuvimos esperando por una cama para una pariente y, luego, encima, la llevaron a la planta equivocada», comenta.
Una situación parecida vivió Adrián Antuña, vecino de El Entrego, al que trasladaron desde el HUCA. «Cuando llegué me tuvieron un par de horas en los boxes esperando, cuando en teoría yo ya tenía que tener una habitación», critica. Ana Rosa Ovalle, que acudió a acompañar a un familiar, dijo que en su caso «todo fue muy rápido», aunque reconoce que «los recortes en personal y el cierre no deberían afectar a los enfermos. Llegamos a Urgencias y en pocos minutos nos atendieron, pero ahora todavía seguimos esperando a que salga y a ver qué deciden», explica.
Esta situación deja escenas de quejas y nerviosismo entre los familiares de los pacientes, que muestran su desencanto con el cierre de plantas en el centro hospitalario de Riaño. «Están los boxes llenos y gente por los pasillos, esto no es normal. Seguro que hay otra cosa en la que pueden ahorrar dinero antes que en Sanidad», dice Francisco Gallo.
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