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Que lo intenten disfrazar de preservación del derecho de defensa resulta un sarcasmo de muy mal gusto…

Que lo intenten disfrazar de preservación del derecho de defensa resulta un sarcasmo de muy mal gusto…

Juristas avisan de que la sentencia es "increíble"

Catedráticos y abogados consideran amenazada la independencia de los magistrados

PERE RUSIÑOL, BARCELONA, 10/02/2012, en Público.
La sentencia que condena a Baltasar Garzón y le expulsa de la carrera judicial cayó ayer como una bomba entre los juristas progresistas. Pero era una bomba que se sabía inexorable, más allá del juicio y de la ley. "Es la crónica de una muerte anunciada", subrayó el catedrático de Derecho Penal Hernán Hormazábal.
"Es una sentencia innecesariamente larga, con una exuberante cita de doctrina jurisprudencial, pero con un problema muy perturbador para el sistema: se le dice a los jueces que la interpretación de la jurisprudencia puede dar lugar a prevaricación", advierte José Antonio Martín Pallín, exmagistrado del Supremo.
El efecto pernicioso que esta condena puede tener para el trabajo cotidiano de los magistrados es precisamente uno de los aspectos más subrayados por los juristas consultados por Público, que coinciden en calificarla de "increíble": "Lo que hay aquí es un mensaje para todos los jueces: cuidado con lo que hacéis porque si os saltáis el guión os arriesgáis a que se os considere prevaricadores", advierte Jaume Asens, de la Comisión de Defensa del Colegio de Abogados de Barcelona, quien considera que la sentencia, aunque emane del Alto Tribunal, es "un ataque a la independencia de los jueces".

"Doble vara"

"Se consolida una doble vara de medir en Derecho Penal. Una, exquisita para los amigos y la otra, durísima para los adversarios", agrega Asens, que considera "un sarcasmo" que se utilice como "excusa" el derecho fundamental a la defensa para liquidar la carrera judicial de Garzón.
"Lo que los jueces del Supremo han dejado claro es que es un peligro investigar a los poderosos. Y lo que ya es el colmo es que la sentencia coincida además con que el Poder Judicial esté investigando al juez que instruye la causa de Iñaki Urdangarin", concluye.
También Cristina Almeida mostró específicamente su indignación por el hecho de que se haya condenado a Garzón por atropellar un derecho fundamental como el de defensa: "Se ha buscado dar apariencia de juridicidad, como si realmente estuvieran preocupados por el derecho de defensa", apunta la abogada.
Y añade, indignada: "Bajo la capa de la protección de derechos fundamentales, lo que se acaba defendiendo es la posibilidad de delinquir de unos sinvergüenzas". "Yo y muchos otros luchamos por el derecho de defensa como no lo hizo ninguno de estos magistrados del Supremo, pero ello no tiene nada que ver con aprovecharse de la condición de abogado para ayudar a delinquir", concluye.

Efecto inmediato

Los efectos en el día a día, advierte por su parte el abogado Gonzalo Boye, empezarán a notarse inmediatamente en las investigaciones que tienen en marcha muchos jueces: "El Supremo ha sentado un precedente del que se puede arrepentir muy pronto, habida cuenta la gran cantidad de actuaciones que se realizan a diario en muchos juzgados de España", recalca.
Por su parte, Mercedes García Arán, catedrática de Derecho Penal de la Universitat Autònoma de Barcelona (UAB), insiste en que no se aportan razones jurídicas que justifiquen la condena: "Por mucho esfuerzo que se haga, es evidente que no logra sostenerse la acusación de prevaricación", apunta.
"La prevaricación sólo es posible cuando la actuación del juez es completamente insostenible, sin ninguna posible explicación jurídica. Es evidente que nunca puede darse este supuesto cuando la misma decisión ha sido avalada después por otro juez instructor [Antonio Pedreira], por la Fiscalía y por un magistrado en un voto particular y sólo se persigue a uno de ellos", insiste García Arán.

"Un sinsentido"

Hormazábal, también catedrático de Derecho Penal, aporta el mismo argumento que su colega. Y añade la característica de la "contaminación increíble, con jueces que juzgan mientras instruyen causas contra la misma persona" para concluir que en este caso, la redacción concreta de la sentencia es casi lo de menos: "Es exactamente lo que esperaba todo el mundo: un sinsentido que no tiene ni pies ni cabeza, pero que no ha sorprendido a nadie".
La mayoría de los juristas consultados coinciden en un punto: el juicio por las escuchas de la Gürtel debía acabar sí o sí en condena, más allá de los argumentos jurídicos, porque expulsar a Garzón de la magistratura por la causa del franquismo comportaría un "escándalo internacional". "De las tres causas simultáneas, esta es la que tenía más posibilidades de construir una sentencia condenatoria más técnica, aunque no haya rastro jurídico de prevaricación", apunta García Arán.
"El Supremo necesitaba una sentencia condenatoria antes de la causa de la memoria histórica y, aunque está completamente fuera de lugar, la de las escuchas es la única que tenía posibilidades de construirse desde el punto de vista técnico", le secunda Hormazábal.
Reed Brody, el observador que Human Rights Watch ha desplazado a Madrid para seguir los juicios, se alineó con la interpretación de la causa única para apartar al magistrado, con tres patas formales: "Los enemigos de Garzón lograron su objetivo. Ante la acumulación simultánea de acusaciones contra Garzón, subsiste el temor de que haya sido objeto de represalias por su actuación en varios casos controvertidos".

Españoles, Franco no ha muerto

Artículo de opinión de Pascual Mogica Costa, en nuevatribuna.es

Nos mintió el último presidente del último gobierno franquista, Carlos Arias Navarro, cuando nos comunicó a los españoles, con los ojos llenos de lágrimas, que Franco había muerto. Que se podía esperar de un jefe de Gobierno que siguió los mismos pasos que sus predecesores en los gobiernos de la dictadura sino que nos mintiera a los españoles como se hizo durante casi cuarenta años.
No, Franco no ha muerto, puede que una pesada losa selle su tumba en el monumento a la ignominia enclavado en lo que se ha dado en llamar El Valle de los Caídos, pero no, aquello de que el dictador lo había dejado todo atado y bien atado era verdad, es la única verdad del dictador que ha pasado a la historia. La sentencia condenando al juez Baltasar Garzón, a once años de inhabilitación por las escuchas del caso Gürtel, da buena cuenta de ello. El juez que instruyó el caso y puso en el “escaparate” a una serie de presuntos delincuentes, de los cuales el que la prensa señala como número dos de la trama, Pablo Crespo, ya está en la calle después de pagar una fianza que se podría incluir dentro del tiempo de las rebajas, le fijaron 200.000 euros y después quedó en 100.000, el juez Garzón ha sido condenado a la hoguera antes que los “herejes” que él señaló como culpables de cometer presuntos hechos delictivos.
Pero no para ahí la cosa, no, recordemos que al juez Francisco Javier de Urquía, le impusieron una pena de 21 meses de inhabilitación por haber aceptado un soborno de 73.800 euros que le entregó Juan Antonio Roca y que con aquel dinero se compró una vivienda. Por este hecho el Tribunal Superior de Justicia de Andalucía le condenó a dos años de cárcel y 17 años de inhabilitación, De Urquía recurrió ante el Supremo, el mismo tribunal que ha condenado a Garzón, y este tribunal le rebajó la pena hasta dejarla en 21 meses que ya han cumplido y se ha reintegrado a su trabajo. De Urquía vuelve a ser juez. Garzón no lo será nunca más.
Creo que todos tenemos muy claro que Garzón, no ha sido condenado por haber prevaricado ni por nada que se lo parezca, la mayoría de los españoles tienen muy claro que a Garzón le han condenado por querer castigar a los poderosos y a los que cometieron crímenes de lesa humanidad, eso no se le podía consentir y había que dar un escarmiento y que al propio tiempo sirviera de aviso para aquellos otros jueces que en un futuro pudieran sentir la tentación de poner coto a los casos de corrupción e intentar hacerles justicia a las víctimas del franquismo cuya “desaparición” relatada por sus familiares en ese otro juicio que se le sigue a Garzón en el Tribunal Supremo por haber “osado” remover el tenebroso pasado de un régimen totalitario que masacró a centenares de miles de españoles cuyo único delito fue servir a un régimen político legalmente establecido: A la República Española. Esos relatos son horrorosos. Pero es cierto, efectivamente, Franco no ha muerto, Lo dejó todo atado y bien atado.
Creo que no se llegará al punto de querer “machacar” a Garzón, condenándole por intentar investigar los crímenes del franquismo ni por la otra causa relacionada con sus conferencias en Estados Unidos. Si así fuera, sería el colmo del esperpento, por ello creo que en esos dos juicios pendientes pueden darse sentencias absolutorias, porque la vida, la profesional, esta ya se la han quitado. Más daño ya no le pueden hacer.

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