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¿Habían advertido los delegados de prevención de este riesgo?...entre otras cosas están “liberados” para eso, ¿o no?

¿Habían advertido los delegados de prevención de este riesgo?...entre otras cosas están “liberados” para eso, ¿o no?

Un falso techo del HUCA se desploma sin causar heridos «de milagro»

El accidente ocurrió la noche del viernes, en una dependencia del centro Materno Infantil, horas antes de que entrara el equipo de la mañana

Foto.- Las placas de yeso y la estructura de metal que las sustentaban se derrumbaron sobre el almacén de ropa y lencería.

30.12.13 - R. MUÑIZ | OVIEDO, en El Comercio.

El deterioro del viejo HUCA dio un nuevo susto en la noche del viernes al sábado. Un falso techo del edificio Materno-Infantil se vino abajo, descargando kilos de yeso y metal por toda la dependencia. El accidente ocurrió en el servicio de ropa y lencería, un almacén de colchas, sábanas y fundas donde a partir de las ocho de la mañana hay destinado un equipo de dos profesionales. «Fue un milagro que esto no haya terminado en el tanatorio», considera Alejandro González, del área de Acción Sindical de CC OO.

 

La central dará parte del suceso al Servicio de Prevención y en función de los resultados de la investigación «iremos a Prevención de Riesgos Laborales», anticipa.

 

Los derrumbes son frecuentes en un complejo con edificios como el del Hospital General y el Covadonga, que suman más de 52 años de servicio. El laberinto de 17 inmuebles que componen el viejo HUCA es el lugar de trabajo de unos 5.000 profesionales y recibe a más de 10.000 usuarios diarios, entre pacientes y visitas.

 

«Estamos hablando del centro asturiano donde más personas pasan cada día, habría que tener los riesgos controlados y minimizados, pero aquí con la promesa de trasladarnos al nuevo hospital no se gasta nada en mantenimiento», critica González. La Junta de Personal del Hospital Central viene repitiendo este reproche en los últimos años y basta un paseo por el complejo para constatar las heridas que acumula el lugar. Hay cristales rotos, tejados de uralita en los que se cuelan humedades, escalera de emergencia carcomidas, desconchones.

 

El Principado tiene asumido que los edificios no dan para más; después de la puesta en servicio del nuevo HUCA, el complejo de El Cristo está llamado a ser demolido. El espacio que deje libre será objeto de un nueva ordenación en la que viene trabajando en celoso silencio la Consejería de Fomento. El problema es que el traslado a las nuevas dependencias de La Cadellada vienen retrasándose. La previsión inicial era que las obras del nuevo HUCA concluyeran a finales de 2009. Lo que no consiguieron los consejeros Ramón Quirós, ni José Navia-Osorio, lo tiene ahora comprometido Faustino Blanco para el inminente 2014. La cercanía de la mudanza desaconseja hacer inversiones de consideración en unos inmuebles llamados a la demolición.

 

Inversiones menguantes

A la espera de confirmar el relevo «aquí no se hace más labor de prevención que la que asume el propio personal», señala González. La última memoria económica del HUCA, relativa al año 2011, cifra en 276.144 euros el dinero dedicado a reparación y mantenimiento de edificios, un 23,2% menos que el ejercicio anterior.

 

Supone un presupuesto de 756,6 euros al día para atender los desperfectos de un complejo con 127.000 metros cuadrados de superficie. Solo entre 2008 y 2011 los informes acreditan que los profesionales cursaron 61.974 partes solicitando reparaciones en inmuebles y maquinaria principalmente. La última reforma de consideración cumplirá en breve una década. Entre los años 2000 y 2004 se invirtieron 12,6 millones para apuntalar el Hospital General desde el sótano hasta la novena planta, con ocho kilómetros de vigas de acero.

 

A la espera de la piqueta, los trabajadores se las arreglan para continuar en El Cristo, un empeño no exento de sustos. Hace un año y medio un apagón dejó sin luz durante trece horas el centro, obligando a suspender operaciones y tratamientos. Antes, en 2011, los desconchones de Rehabilitación obligaron a cerrar un aparcamiento exterior.

 

El techo del cuarto de lencería del Centro Materno Infantil del HUCA se desploma

El accidente se produjo en la madrugada del sábado y no causó heridos

CC OO achaca el derrumbe al deficiente mantenimiento por el escaso personal

 

Elena FERNÁNDEZ-PELLO, en La Nueva España.

 

El falso techo de la lencería del Centro Materno Infantil del Hospital Universitario Central de Asturias (HUCA) se vino abajo en la madrugada del sábado pasado. No se produjeron daños personales, porque por la noche nadie trabaja allí, y fue por la mañana, a las ocho, cuando dos operarios que se incorporaban al servicio se encontraron la habitación repleta de cascotes y a cielo raso, según refiere el responsable de sanidad de CC OO, Alejandro González.

El sindicato alerta de las consecuencias de los recortes de los últimos años en el mantenimiento de las estructuras del complejo hospitalario del Cristo, cuyos edificios "presentan problemas estructurales desde su construcción". Con la reducción de personal la situación se ha agravado, sostiene. "No gastan ni un euro en obras menores para adecentar y mantener la seguridad mínima para los profesionales y los usuarios", denuncia el representante sindical.

"Hay que adecuar el nuevo hospital, de acuerdo, pero también hay que mantener en unas mínimas condiciones de seguridad las actuales instalaciones mientras estén en funcionamiento", señala. "Consideran que no merece la pena gastar en algo viejo y que pronto va a quedar en desuso, pero el traslado no se hace de un día a otro", añade, refiriéndose a las autoridades sanitarias regionales.

La reducción de empleo entre el colectivo que se dedica al mantenimiento del HUCA y la amortización de puestos laborales en estos últimos años "ha sido importante", según Alejandro González. Además, agrega, la plantilla está descompensada. "Tenemos más ingenieros y jefes que trabajadores", asegura. Según sus datos, "de una plantilla de cincuenta personas, veinte son mandos intermedios".

El personal de mantenimiento del HUCA, explica González, fue sometido a una reestructuración años atrás que trajo consigo una reducción de trabajadores. En lugar de asignar personal a cada edificio del complejo, como sucedía antes, se organizaron dos equipos, uno que operaba en la antigua residencia y sus edificios adyacentes, y el otro, en el antiguo hospital general y las instalaciones de su alrededor.

 

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