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La iglesia que nadie quiere

Principado y Arzobispado no quieren hacerse cargo de la capilla de La Cadellada

El templo guarda una Última Cena de Paulino Vicente que tomó a los pacientes del Psiquiátrico como modelos

Pablo Zariquiegui, en Asturias24

Testigo mudo del sufrimiento de los miles de pacientes que pasaron por el Psiquiátrico de Oviedo, la capilla de La Cadellada, en el recinto del nuevo HUCA, no tiene quien le quiera. El Principado y el Arzobispado no se ponen de acuerdo y, mientras tanto, el progresivo deterioro de la pequeña iglesia contrasta con el pujante nuevo edificio del hospital.

La capilla de La Cadellada se construyó entre 1940 y 1944. Diseñada por el arquitecto Manuel Bobes Díaz, había sido concebida como una pieza más del recinto del Hospital Psiquiátrico de Oviedo proyectado inicialmente en 1926 siguiendo la estela de las modernas edificaciones asistenciales europeas. La pequeña iglesia, más allá de sus valores arquitectónicos, que los tiene, guarda algunos secretos poco conocidos. Así, la Última Cena con la que Paulino Vicente engalanó en 1961 el muro de la capilla tuvo como improvisados modelos a pacientes y trabajadores del Psiquiátrico que se convirtieron en los apóstoles.

El templo, al que acudían tanto los enfermos como los vecinos del barrio, fue objeto de un último proyecto de restauración en 1996. Desde entonces y justo cuando la obra del nuevo hospital empieza a cobrar relevancia la capilla languidece. Del estado de la iglesia dan cuenta algunas de las fotografías que ilustran esta información.

El deterioro de la edificación progresa sin que el Gobierno regional y el Arzobispado de Oviedo sean capaces de cerrar un acuerdo. ASTURIAS24 ha recabado los argumentos de ambas partes. La Consejería de Sanidad explica que su intención es preservar la capilla y añade que la Administración autonómica está en negociaciones con la diócesis para que se haga cargo del templo. El arzobispado, sin embargo, recuerda que la propiedad de la iglesia corresponde al Principado y, por lo tanto, debe ser el Gobierno regional quien vele por la conservación del edificio. La diócesis señala además que la asistencia a los fieles está garantizada porque el nuevo hospital cuenta con una capilla donde se celebran misas.

Un estudio publicado a finales de 2013 por la Red de Conservación del Patrimonio Artístico concluye que la capilla tiene elementos suficientes como para ser objeto de protección. La investigación subraya que, a pesar de parecer un "edificio sencillo de carácter austero", encierra un "alto valor histórico-constructivo". El análisis de los expertos revela que la obra responde a la forma de edificar de la posguerra, en la que se valora el material "no solo por su coste sino por sus posibilidades constructivas". En definitiva, la Red de Conservación del Patrimonio Artístico destaca que la capilla supone un "vestigio histórico que debe ser recordado".

La primera referencia del Hospital Psiquiátrico de Oviedo, según este estudio, data de 1926. El proyecto importaba la moda europea de construir pabellones abiertos dentro de un gran complejo en el que los internos circularan libremente. Este primer boceto queda paralizado con el estallido de la Guerra Civil. Los trabajos se reiniciaron una vez finalizada la contienda.

La pintura mural de Paulino Vicente goza de una figura de protección dentro del plan urbanístico de Oviedo de 2005. Pintada al temple en estilo religioso moderno, esta Última Cena tiene una peculiaridad. Y es que sus protagonistas fueron internos y trabajadores del centro. Vicente, que se apoya en las tres grandes vidrieras de la capilla, divide en dos la escena. De un lado, en la parte superior, el Monte Calvario y Dios Padre que bendice. De otro, en la inferior, la mencionada Última Cena.

Víctor Aparicio conoce bien la iglesia. Este psiquiatra fue gerente de los servicios de Salud Mental del Principado y trabajó en La Cadellada buena parte de su vida laboral. Aparicio, actual jefe de Psiquiatría del Hospital de Jove, recuerda que la capilla ha dado culto no solo a los pacientes y trabajadores del antiguo Psiquiátrico sino también a los ovetenses del barrio de Teatinos. La asociación de vecinos lleva tiempo, de hecho, alertando del deterioro del templo. "Se utilizaba como iglesia del barrio --destaca Aparicio--, incluso servía de marco para las típicas fotos de boda".

En el proyecto inicial del nuevo HUCA, Francisco Sevilla, entonces consejero de Salud, explicaba que la pretensión del Gobierno del Principado era mantener la iglesia abierta y construir un pequeño templo para las distintas confesiones. Finalmente, no se llevó a cabo.

Víctor Aparicio revela otro secreto poco conocido. La capilla se sitúa en un pequeño desnivel del recinto de La Cadellada. La parte de atrás del templo servía de morgue para los pacientes que morían en el Psiquiátrico. Hoy, la capilla permanece cerrada mientras la vegetación comienza a campar a sus anchas.

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