EL SR. CONSEJERO INTENTA MATIZAR SU DISCURSO EN UN ARTICULO DE OPINION PUBLICADO HOY EN LA NUEVA ESPAÑA
La mala educación
RAMÓN QUIRÓS
El consejero de Salud del Principado explica en este artículo su «discurso de Navidad» al personal de su departamento, desvelado por LA NUEVA ESPAÑA, y que ha generado numerosas críticas en el sector, sobre todo por la frase en la que recomendaba llegar al trabajo «desayunados, con el periódico leído y cagados». Quirós reprocha ahora que quienes tienen citado a un paciente a las ocho de la mañana lleguen a las ocho y media «y sin "los deberes" hechos». Asimismo, reta a los menos laboriosos a que «tengan las agallas de dejar el sitio a otros con más ganas». Y advierte de que la sanidad pública «tiene los días contados» si no aborda los problemas de personal.
Jamás criticaré lo que un periódico considere que es noticia. Respeto demasiado a la gente cuyo trabajo es evaluado diariamente por los lectores. Pero sí me atrevo a opinar de aquellos representantes de organizaciones y opinadores profesionales que, a diferencia de otros más prudentes, juzgan un discurso sin haberlo leído ni escuchado, pues no sólo no conocen el contenido sino tampoco el contexto, la gente a la que me dirigía, el tono, los gestos. Un poco lo que nos toca vivir a diario. Poner verde a alguien sin escucharle primero.
Si lo hubieran oído, habrían escuchado cómo lo primero que hice fue agradecer a aquellos que se han embarcado en este proyecto de cambio a costa de su tiempo (y en muchos casos de su dinero), para los que pedí respeto y espíritu crítico a su labor, y cómo luego manifestaba mi admiración por aquellos trabajadores honrados que un día tras otro consiguen irse para casa con el trabajo bien hecho. Descubría a los presentes que mi sueño era que la mayoría de la gente que allí estaba pudiera sentirse orgullosa algún día de pertenecer a la organización pública que les paga todos los meses a costa del dinero de miles de contribuyentes, no sólo de Asturias, que ceden una parte de su salario para recibir un trabajo bien hecho a cambio. Y por ese respeto a los ciudadanos y a la responsabilidad pública pedí que cada uno realizara su trabajo con profesionalidad, a tiempo y cooperando con los demás, «sin excusas», dije, y en ese momento, junto con otras experiencias que había vivido recientemente, vinieron los chascarrillos que merecieron ser portada.
Soy de los que piensan que para abordar un problema lo primero que hay que hacer es atreverse a nombrarlo. Sé que hay muchos profesionales que aún tienen ilusión por lo que hacen. Sé que hay otros que están trabajando en condiciones complicadas (me duelen especialmente las de algunos jóvenes que se incorporan al trabajo y que no tienen plaza en el sistema) y también sé que hay gente que no expresa en su trabajo diario los valores de lo que algunos pensamos que deben ser las señas de un servicio público pagado con los recursos de todos. Y esos valores o se tienen o no.
Por eso alguna gente nos hemos embarcado en un proyecto para intentar cambiar las cosas en el complicado mundo de la sanidad, tomando partido por lo público y poniendo nombre a los problemas que vamos viendo, porque estamos convencidos de que el barco que nos ha traído hasta aquí con cierto éxito tiene los días contados si no actuamos con valentía y afrontamos los temas capitales desde ya mismo. Y uno de los más importantes es el de personal. Quien quiera embarcarse en este proyecto, con estos valores, que suba a bordo sabiendo la dificultad de la tarea. Quien no, que sepa que, al menos, tiene que trabajar o mejor aun, que tenga las agallas de dejar el sitio a otro con más ganas y buscarse un lugar donde le paguen más por lo que hace.
No nos engañemos. Nada es casual. Si el sector está así, es porque la confluencia de intereses y de poderes nos ha traído hasta aquí. Para los más despistados, les recuerdo que entramos en campaña electoral y que eso se traduce habitualmente en una mayor presión para tratar de sacar tajadas más jugosas, donde vale casi de todo; de ahí que algunos se apresuren a embarrar el terreno para acumular material para las próximas huelgas sanitarias que, o mucho me equivoco, o empezarán a ser convocadas en breve. Ahí veremos quiénes son los que comandan de verdad el barco pirata que prepara el enésimo asalto al dinero de todos a costa de aportar lo mínimo a un sistema para todos.
Finalmente, una mirada a las reacciones y un apunte cultural. Veo tres grandes grupos: el de la gente llana y algunos profesionales que sienten que late la verdad en lo que manifesté porque lo que digo se acerca a lo que ellos han experimentado en sus propias carnes en ocasiones; los que insultan directamente (sería bueno saber por qué se ofenden) y los que dicen: «tiene razón, resuélvalo». Ése es el guante que hemos recogido en la Consejería y el Sespa hace unos pocos meses. Ojalá algunos se embarquen también en esta tarea.
Sobre la manera de expresarme he de decir que el mensaje parece que llegó nítido incluso fuera del ámbito al que se dirigió y que, a mi juicio, lo que no sólo es intolerable, sino de mala educación, es que un titulado superior que tiene citado a un paciente a las 8 de la mañana llegue de la calle a las 8.30 y encima sin «los deberes» hechos de casa. El sistema tiene que mejorar mucho si además hay que recordárselo.
Ramón Quirós es consejero de Salud y Servicios Sanitarios del Principado
Comentario del Administrador de este Blog:
Es evidente, a mi juicio, que el Consejero pretende ahora hacer una separación entre los trabajadores de la sanidad pública, “tilios y troyanos”, que antes no estaba clara porque “descontextulizaron” sus palabras o porque se arrepiente, dada la tormenta que se empezó a gestar en torno a ellas.
Sobre lo último, para mi gusto, a este artículo de opinión aún le sobra sobervia … se pueden pedir disculpas a la gran mayoría de buenos profesionales que tiene nuestro sistema público, aunque no se haya dicho lo que trascendió, por el cómo trascendió … a esto se le llamaría “humildad”, pero de eso andamos algo escasos en los ámbitos de máxima responsabilidad de la sanidad.
En cuanto a lo otro, y que ahora queda circunscrito a los minoritarios profesionales que son representados por el prototipo del “titulado superior que tiene citado a un paciente a las 8 de la mañana y llega de la calle a las 8.30 y encima sin «los deberes» hechos de casa”; sólo me permitiré un par de apuntes:
1.- De años y paños, en cada centro, servicio o unidad, se sabe quienes son. Y en todos esos ámbitos hay “responsables” designados directa o indirectamente por la Consejería (el cargo político en sanidad comprende desde el Gerente hasta un jefe de grupo administrativo del grupo D de titulación … ¡¡casi nada!!).
2.- Entre las 6 grandes líneas estratégicas de desarrollo recientemente firmadas para la sanidad como anexo al nuevo Acuerdo de concertación para los años 2008-2011 (ACEBA), sólo hay dos que, someramente pudieran acoger éste, ahora, gravísimo problema que pone en peligro el futuro del sistema público, según el Sr. Consejero:
“La ley de Salud y Ordenación de Servicios Sanitarios a través de un proceso amplio de participación ciudadana para debatir y acordar cuales serán las características que se pretende sean las señas de identidad del sistema de salud asturiano en los próximos 10-15 años, teniendo como objetivo fundamental asegurar la consecución de estándares de calidad homogéneos para toda la ciudadanía, independientemente de donde reciba la prestación asistencial”.
Y “Elaborar un Plan de Recursos Humanos para el sistema sanitario que, partiendo del análisis demográfico de la plantilla actual y las demandas previsibles de atención, permita disponer de un escenario de necesidades de profesionales en los próximos 10 años a la vez que avanzar acciones que permitan una adecuada cobertura en todo el territorio en condiciones de igualdad, fidelizando las plantillas, fomentando la dedicación en exclusiva al sistema público y generando mecanismos de incentivación ligados al cumplimiento de los contratos programa”.
Lo que ocurre es que ambas cuestiones parecen tener unos ritmos bastante alejados de lo que ahora es, para el Consejero, un caso de extrema gravedad y, por tanto, requerido de tratamiento urgente.
Puesto que en el segundo de los temas se habla de la “fidelización de las plantillas” que es cómo insistir de otra manera en eso que el Sr. Consejero persigue como un sueño y que transcribo literalmente: “que la mayoría de la gente que allí estaba pudiera sentirse orgullosa algún día de pertenecer a la organización pública que les paga todos los meses a costa del dinero de miles de contribuyentes, no sólo de Asturias, que ceden una parte de su salario para recibir un trabajo bien hecho a cambio”; empiece, Sr. Consejero, por traer de vuelta a casa a los cientos de profesionales que hoy están fuera de nuestra Comunidad Autónoma, padeciendo un desarraigo que, en nada ayuda allá dónde están, y mucho menos aquí …
Para acabar: No se puede hablar tanto, en tan poco tiempo, cuando se está haciendo tan poco … debería ser más “mudito” y dejar que lo hechos hablaran por Vd.
Por cierto, la campaña electoral que empieza es toda suya, no nuestra.
Arturo Méndez, Srio. Gral. De la SSE de CC.OO. del H. “V. Nalón”
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jose -