DE LOS CURSOS DE LA GRANDA: ¿Por qué DEBATEN en Asturias, si para nuestra Administración regional ya no es momento de debates sino de hechos (eso sí, ¡¡por imposición unilateral!!)
«Partir el sistema sanitario en diecisiete comunidades da lugar a la desigualdad»
«La gran solución de la discordancia entre demanda y asistencia sería la educación sanitaria: que el ciudadano sepa que tiene un buen sistema, pero que no abuse»
Marta F. SARMENTERO para La Nueva España. Avilés.
El catedrático de Patología Médica José María Segovia de Arana (Toledo, 1919) dirige el curso «El modelo sanitario en España en el siglo XXI» que se celebra en la Escuela de Verano de La Granda, con la participación de destacados expertos en la gestión sanitaria y del ámbito de la medicina. Segovia de Arana analizó, ayer, durante el descanso de la mesa redonda, los aspectos más destacados del sistema sanitario actual.
-¿Nos dirigimos hacia 17 sistemas sanitarios distintos, uno por cada comunidad?
-Sí. El sistema nacional de salud debería seguir siendo nacional. Partirlo en 17 comunidades forzosamente crea una diversidad que puede dar lugar a la desigualdad, que unos estén mejor que otros. Yo soy partidario de que se vuelva al sistema nacional por encima de los criterios de cada gobierno autonómico. El modelo sanitario debe ser de carácter nacional y estar a salvo de los avatares políticos. Con la sanidad no se puede jugar políticamente. La sanidad y la formación de médicos tiene que ser algo establecido con un consenso, por supuesto, pero igual para todos los españoles. Deben existir unas prestaciones básicas obligatorias para todas las comunidades que ha de sostener el Gobierno central. A partir de estos mínimos, cada comunidad puede añadir algunas prestaciones más, pero que ya no serían las imprescindibles.
-¿Cómo se realiza esa lista de prestaciones?
-Dependería de los avances de la medicina, de la situación económica de la nación, etcétera. No son lo mismo las prestaciones que se den en España que las que se satisfagan en países como Uganda o Etiopía, por ejemplo.
-¿Está la sociedad española excesivamente medicalizada?
-Sí. Actualmente hay un cierto abuso del sistema sanitario. La gran solución a está discordancia entre la demanda y la asistencia pasa por la educación sanitaria de la población. Que el ciudadano español sepa lo que hay: que tiene un sistema sanitario muy bueno, pero que no debe abusar de él. Es necesario un poco de educación sanitaria entre los ciudadanos y no ir al médico por cualquier cosa, sino cuando realmente se necesite.
-¿Se llegará a privatizar la sanidad?
-Yo creo que no. La medicina pública puede perder usuarios debido a las grandes listas de espera -el que no puede o no quiere esperar acude a la medicina privada-, pero la sanidad pública no desaparecerá. Sin medicina pública estaríamos perdidos. La medicina privada no puede formar médicos. Si no es por la medicina pública, en España no tendríamos los fantásticos profesionales que tenemos. La sanidad privada tampoco se dedica a la investigación; éste es un aspecto que solamente desarrolla la medicina pública.
-¿Cuál es el principal problema que padece el modelo sanitario actual?
-La adecuación. Hasta ahora el desarrollo de la asistencia ha ido paralelo al desarrollo de la medicina, pero al seguir avanzando la medicina científica hospitalaria y los criterios de la medicina de familia, hay un desfase que puede crear desequilibrio. Ese es el problema realmente actual. Si la medicina se hubiera mantenido como hace 10 o 15 años, el sistema actual sería suficiente para la demanda de los ciudadanos, pero al ir avanzando y avanzar también la cultura y edad de la población, que ha ido envejeciendo, cada vez hay una mayor demanda de asistencia médica.
-¿Qué reformas introduciría para acabar con el problema de la financiación en la medicina pública?
-Para acabar con los problemas del modelo sanitario hace falta formar a más médicos.
-¿Hay escasez de médicos?
-Sí, hay carencias y esto es un gravísimo problema. Antes había una bolsa de paro de 18.000 o 20.000 médicos y ahora hay carencia de profesionales y se comenta la idea de importar médicos. Yo he repetido muchas veces algo que parece una blasfemia: el título de licenciado en Medicina y Cirugía no sirve para ejercer la medicina, sino para seguir estudiando unos cuantos años y hacer una especialización.
-¿Se debería invertir más en prevención?
-Por supuesto que sí, la medicina preventiva es el futuro. Realmente el gran futuro sería la medicina predictiva, pero es realmente cara. Este tipo de especialidad consiste en ver los genes que uno tiene, en realizar a una persona su genoma para ver sus características y determinar si en un futuro va a tener una enfermedad de cierta gravedad.
-¿Es necesaria una reforma de la atención primaria?
-La medicina ha avanzado mucho en aspectos científicos y técnicos. El médico tiene mucha capacidad para actuar fuera de los hospitales y eso permite que en muchos casos ya no haga falta que el enfermo esté internado. Un ejemplo: un enfermo acude a un centro de salud con una sospecha de un tumor en la cabeza. El médico de antaño lo mandaba al hospital. Ahora lo manda a hacer un TAC (escáner) y con ese TAC puede descartar que haya un tumor y evita al paciente ocho o diez días de estancia en el hospital. La medicina extrahospitalaria es hoy mucho más eficaz.
-¿Se debe apostar por las nuevas tecnologías?
-Habría que aplicarlas, pero que éstas no sean la sustitución de la relación entre médico enfermo. El problema de la mecanización a ultranza es que con la técnica se pierda esa relación, que es fundamental para la medicina. Llegaría entonces un momento que el médico sobraría y todo sería automático. Resultaría absurdo, ridículo e inhumano.
José María Segovia de Arana nació en Toledo en 1919.
Estudió la carrera de Medicina en la Facultad de Madrid, de 1939 a 1944. Ha sido impulsor del sistema MIR de formación especializada. Intervino en la creación y puesta en funcionamiento de la Facultad de Medicina de la Universidad Autónoma de Madrid de la que fue catedrático y decano (1971-1979). Fue presidente del Consejo Asesor de Sanidad. Es académico de la Real Academia de Ciencias Morales y Políticas (1998).
La sanidad española se pone el termómetro
Los expertos sanitarios advierten de que el envejecimiento y la afluencia de inmigrantes ponen en riesgo la financiación sanitaria y abren el debate sobre privatizaciones y el copago de servicios.
Myriam MANCISIDOR para la Nueva España
¿Qué papel desempeña el médico de familia? ¿Cuánto tiempo se dedica a investigación médica y formación? ¿Hacia dónde avanza la sanidad pública? Expertos médicos dieron ayer respuesta a éstas y otras preguntas durante la mesa redonda con la que se inauguró el tercer curso de La Granda que dirige el catedrático de Medicina Interna José María Segovia de Arana, y que lleva por título «El futuro del modelo sanitario». Basándose en el Libro Verde, un documento de debate que se presentó en primicia en La Granda y que tiene como fin la creación de un Libro Blanco para aportar a Europa una radiografía del modelo sanitario español, los ponentes analizaron el desarrollo y la reforma del Sistema Nacional de Salud.
Segovia de Arana inició el debate. «Soy partidario de un único modelo sanitario, ya que dividirlo en comunidades autónomas puede crear desigualdades. Con la sanidad no se puede jugar políticamente», dijo el catedrático, en alusión a la descentralización de la asistencia sanitaria. Carlos Manté, presidente del Hospital San Pablo de Barcelona, abrió otra línea de discusión relacionada con el «uso y abuso» de las nuevas tecnologías en el ámbito sanitario. «El modelo sanitario puede morir de éxito si no hay cambios», dijo. El vicepresidente de la Academia Europea de Ciencias y Artes, Francisco J. Rubia Vila, incidió en la importancia del Libro Verde. «Este documento de debate que en los próximos meses se presentará en todas las regiones le interesa al político porque recoge lo que piensan los expertos a la vista de la atomización creciente que hay en el ámbito sanitario», añadió.
Pero, ¿qué sostiene el Libro Verde? El documento, dirigido por los profesores académicos Pedro García Barreno, Daniel Martín Mayorga, Rubia Vila, Segovia de Arana y Juan Velarde, está dividido en tres epígrafes: desarrollo y reforma del Sistema de Salud, aspectos económico-financieros de la sanidad y recursos humanos y recambio generacional. Incluye análisis y propuestas de dieciocho teóricos.
Cobertura asistencial.
El derecho a la asistencia sanitaria sólo ampara a los ciudadanos españoles, salvo las urgencias. El libro analiza la repercusión que tienen tanto la gran afluencia de inmigrantes como el denominado «turismo sanitario». Los expertos proponen que la Administración se haga cargo de los costes de la atención de ciudadanos extranjeros, inmigrantes, residentes temporales y transeúntes, haciendo llegar el dinero a la comunidad donde viva el enfermo. Además, los teóricos afirman que la gratuidad de los servicios sanitarios ha dado lugar a que ciudadanos de países desarrollados acudan a España «a recibir atención especializada y costosa». Este «turismo sanitario», sostienen, «se debe erradicar con la compensación real del gasto por el país de origen». Por otra parte, los expertos inciden en la necesidad de que los médicos de familia y los especialistas reconduzcan su organización e incorporen nuevas tecnologías para evitar listas de espera y gastos reiterados. A su modo de ver, es prescindible trabajar también en la formación de nuevos médicos, cada vez más escasos.
Envejecimiento.
El Libro Verde presta también atención al envejecimiento «progresivo e irreversible» de la población española. Conlleva «un aumento del gasto sanitario y una disminución de las exacciones públicas necesarias para su financiación».
Sostenibilidad.
Los teóricos coinciden en que la sostenibilidad y mejora del Sistema Nacional de Salud no depende únicamente del aumento de los recursos financieros. Proponen, así, diferentes líneas de actuación: intensificar la autonomía en la gestión de los centros hospitalarios, («Es incongruente que la mayor empresa del país no se administre con criterios empresariales», denuncian), desarrollar campañas informativas acerca del coste sanitario, la privatización de los servicios no sanitarios (cocina, limpieza, vigilancia e, incluso, los centros de atención primaria), la extensión del sistema de copago a un conjunto más amplio de prestaciones excluyendo a pensionistas, la «recentralización» de los servicios, la prolongación de la edad de jubilación y la moderación del gasto sanitario aproximando la medicina de familia a los domicilios.
«En definitiva, hemos elaborado este documento con la máxima de que salud es riqueza», sentenció Rubia Vila, uno de los «padres» del Libro Verde.
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