Una situación que este año no se produjo en nuestro Hospital
Los usuarios critican el cierre de plantas de los hospitales por saturar los servicios
Los sindicatos aseguran que los centros mantienen una alta demanda asistencial por el verano debido al envejecimiento de la población.
22.08.08.- Miguel Á. GUTIÉRREZ. Mieres / Langreo, para La Nueva España.
El cierre de plantas hospitalarias en Murias y Riaño durante la época estival genera cada verano problemas asistenciales a la hora de atender los picos de demanda de usuarios. El último de estos repuntes tuvo lugar en Mieres a mediados de este mismo mes, cuando se atendió en un mismo día a noventa y dos pacientes en el servicio de urgencias y hubo que utilizar esta unidad como zona de hospitalización ante la falta de camas. En Langreo, la presión asistencial no fue tan acuciante, aunque también se vivieron jornadas de intensa actividad en urgencias. Las asociaciones de vecinos demandan «más rigor en la planificación» para evitar que situaciones similares se reproduzcan. Por su parte, los sindicatos médicos piden que se tenga en cuenta la singularidad de las Cuencas, con una población altamente envejecida, y demandan «agilidad y capacidad de reacción» frente a los picos de mayor demanda.
La clausura de plantas suele ser una práctica habitual en los hospitales y está orientada a economizar recursos durante el período estival, en el que acostumbra a descender el número de pacientes, así como la cifra de intervenciones quirúrgicas programadas. Los cierres, que ya se iniciaron en las Cuencas con la entrada del mes de julio, alcanzan su punto culminante en agosto, con el cierre de cuatro plantas, dos en cada complejo hospitalario. Este mes, un total de 108 camas están fuera de servicio: 48 en Mieres y 60 en Langreo. En el caso del Hospital Álvarez-Buylla también se ha aprovechado la ocasión para llevar a cabo tareas de limpieza y mantenimiento, que mantienen cerradas otras dependencias del centro.
El presidente de la Federación de Asociaciones de Vecinos de Mieres, Agustín Álvarez Payo, demandó más «rigor» a la Administración a la hora de planificar los cierres. «A veces existe falta de planificación porque hay que tener en cuenta condicionantes especiales, como el envejecimiento de la población. Hay que optimizar recursos, pero no es admisible que se haga a costa del paciente», indicó Álvarez Payo, que añadió: «Desde la Administración se pide un uso racional de las urgencias por parte del paciente, pero ellos deben predicar con el ejemplo y no usar esta instalación como zona de hospitalización».
Por su parte, Vicente Gutiérrez Solís, presidente de la Federación de Asociaciones de Vecinos de Langreo, reconoció que la situación ha mejorado en Riaño. «Según nos comunicó la gerencia, se han puesto en marcha medidas para responder a la demanda y parece que no hay los problemas de años anteriores. De todas formas, hay que ser ágiles y estar muy pendientes de la evolución del número de pacientes para prevenir este tipo de situaciones», aseguró.
Severino Castañón, secretario de la junta de personal del Hospital de Mieres, añadió al cierre de plantas dos condicionantes estructurales: «El alto envejecimiento de la población y la escasez de personal cualificado» en el mercado laboral de la región. «La demanda no baja tanto porque la población es mayor y también precisa asistencia en verano. Se les suele agilizar el alta para dejar camas libres, en algunos casos de una manera que podríamos llamar forzada, pero a los dos días vuelven a ingresar porque son pacientes crónicos», explicó Castañón, que añadió: «Nuestra misión no es gestionar, sino informar a la población de una situación problemática que está ahí y que debe solucionarse».
Por su parte, Felipe López, delegado de UGT en el Hospital Valle del Nalón, abogó por conciliar las necesidades de gestión con las exigencias asistenciales. «Es cierto que hay que intentar ahorrar recursos para que el sistema sea sostenible, y el verano es una buena época para hacerlo. Lo que hay que tener es agilidad y capacidad de reacción para afrontar con garantías los picos de demanda que se produzcan», argumentó el representante sindical del complejo sanitario de la comarca del Nalón.
La situación de mayor presión asistencial de lo que va de año se vivió a mediados del presente mes en Mieres. La junta de personal del Hospital Álvarez-Buylla de Mieres llegó a calificar de «caótica» la situación en la que se encontraba el centro sanitario debido al cierre de plantas fijado para los meses de verano. Según el personal, el incremento de la presión asistencial llegó incluso a poner a algunos servicios «al borde del colapso». Los portavoces de los trabajadores apuntaron, en esta línea, que la unidad de urgencias atendió el pasado 11 de agosto a un total de noventa y dos pacientes. Unos veinte, aproximadamente, quedaron ingresados en urgencias, ya que el centro hospitalario se encontraba al completo de su capacidad.
En el caso del Hospital de Riaño, también se produjo un aumento de la presión asistencial a mediados de mes, aunque el pico de demanda apenas duró unos días. Como medida extraordinaria se utilizó como zona de ingresos el antiguo hospital de día.
«Hay que optimizar recursos, pero no hacerlo a costa del paciente»
Agustín Álvarez Payo, Pte. Vecinos de Mieres
«Los hospitales deben ser ágiles para prevenir situaciones de este tipo»
Vicente Gutiérrez Solís, Pte. Vecinos de Langreo
«Aunque se agilicen las altas, hay pacientes crónicos que vuelven a los pocos días»
Severino Castañón, Junta de personal de Murias
«Hay que tener capacidad de reacción para afrontar los picos de demanda»
Felipe López, Delegado de UGT en Riaño.
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