El debate internacional incrementó el nivel de conocimiento de la población sobre este instrumento legal ...
EL REGISTRO AUTONOMICO SUMA MAS MUJERES QUE HOMBRES.
Salud prevé que el ´caso Eluana´ aumente los testamentos vitales
Más de 400 asturianos cuentan con un documento de instrucciones previas.
13/02/2009 PABLO ZARIQUIEGUI, para La Voz de Asturias
Si Eluana Englaro hubiera suscrito antes de entrar en coma un documento de voluntades anticipadas, el lamentable espectáculo protagonizado por la clase política italiana quizá no hubiera tenido lugar. Sergio Gallego, responsable del registro de instrucciones previas de Asturias, subraya que casos como el de la joven italiana podrían evitarse en el Principado con un documento de voluntades previas. Gallego cree que el caso Eluana puede causar un aumento en el número de personas que deciden suscribir un testamento vital.
El responsable del registro afirma que entre el 8 de mayo y finales del año pasado se formalizaron un total de 416 testamentos vitales; 221 por mujeres y 195 por hombres. El 82% de quienes suscribieron el documento --es una posibilidad del registro asturiano-- se hicieron al mismo tiempo donantes de órganos. Gallego asegura que el perfil de los asturianos que firman un testamento vital es muy variado. Alude a dos grupos concretos. De un lado, jóvenes de poco más de 20 años que suscriben las voluntades anticipadas y se hacen donantes al mismo tiempo. De otro, ancianos de hasta 80 años que formalizan el documento para evitar sufrimientos innecesarios en la última fase de la vida. Gallego manifiesta que uno de los problemas del caso de Eluana reside en la falta de un documento expreso. Los tribunales italianos, como en su día lo hicieron los estadounidenses, tuvieron que investigar, por lo tanto, mediante entrevistas con quienes conocían a la joven, cuál hubiera sido su voluntad de caer, como sucedió, en un estado vegetativo.
Sergio Gallego asegura que la mayoría de los interesados en Asturias acaban suscribiendo un documento tipo, ya redactado, que permite limitar o rechazar los tratamientos en los casos de enfermedad incurable avanzada, enfermedad terminal o agonía. Gallego manifiesta que, en el caso español, la retirada de la alimentación parenteral, la que motivó la polémica de Eluana en Italia, se puede considerar como la retirada de un tratamiento. Gallego comenta también una curiosidad. La amplísima mayoría de quienes suscriben el testamento vital, hasta un 99%, dejan instrucciones para evitar o rechazar terapias en la fase final de la vida. Sin embargo, un 1% suscribe únicamente la casilla de instrucciones para que le sean aplicados todos los tratamientos precisos para el mantenimiento de la vida mientras sea posible. Se trata, comenta Gallego, de personas que, infundadamente, temen que pretendan acabar con su vida antes de tiempo en caso de hospitalización.
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