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Francisco Ortega, Manuel Matallanas, Sergio Gallego, Faustino Blanco y Juan José Fernández en el debate moderado por Juan Luis Rodríguez Vigil ...

Francisco Ortega, Manuel Matallanas, Sergio Gallego, Faustino Blanco y Juan José Fernández en el debate moderado por Juan Luis Rodríguez Vigil ...

«Foro sobre la sanidad pública asturiana en el horizonte del siglo XXI»
 

Los expertos achacan la crisis sanitaria a la desmotivación y la excesiva burocracia

Antiguos gestores critican el clima de conflicto, alertan de posibles insuficiencias financieras y reclaman que se resuelvan las lagunas legales

 

Oviedo, Eduardo GARCÍA, para La Nueva España

Hay problemas serios, pero no estamos al borde del Apocalipsis. Seis ex gestores de la sanidad pública asturiana, en diferentes puestos y en distintas épocas, analizaron ayer en el RIDEA la actual situación del sistema regional de salud, con críticas generalizadas al permanente conflicto que parece haberse adueñado del escenario sanitario del Principado. Era el debate que daba fin al primer bloque del «Foro sobre la sanidad asturiana en el horizonte del siglo XXI».

Francisco Ortega, Manuel Matallanas y Sergio Gallego han sido directores provinciales del Insalud. Faustino Blanco, el primer gerente del Servicio de Salud del Principado (Sespa). Juan José Fernández, gerente del Hospital Central. Y Juan Luis Rodríguez-Vigil, quien moderó el debate, consejero de Sanidad y presidente del Principado.

Primera gran crítica al sistema: su excesiva burocratización, que incide negativamente en el gasto. La burocracia, argumentó Vigil, tiene mucho que ver con un sistema de homogeneización «que produce desmotivaciones tremendas entre los profesionales de la sanidad y lleva a la degradación del sistema». «La deriva burocrática es preocupante», señaló Francisco Ortega, para quien «este sistema no sirve tal cual está para el siglo XXI». Hay que reorganizar servicios en un sistema «que no puede ser sólo asistencial y docente. Hay que investigar».

Juan José Fernández encendió las alertas de las posibles consecuencias del nuevo modelo de financiación económica que se está cociendo «y que nos pone en riesgo de no poder cubrir los servicios básicos». A juicio de Fernández, el segundo riesgo proviene de la actitud de los responsables de la Consejería, «que insultan a los profesionales e intentan echar a la población contra sus médicos».

Faustino Blanco quitó hierro: «Todo conflicto tiene un principio y un fin». Y Matallanas lo secundó: «Al margen de los errores de la Consejería, siempre que hay un intento de modificar cosas se producen reticencias y confrontaciones».

Todos están de acuerdo en que las sociedades científicas han de desempeñar un papel decisivo, precisamente, a juicio de alguno de los ponentes, el papel que no saben representar los colegios de médicos. «La burocracia convierte en mucho más difícil el salto a nuevas formas de gestión», indicó Matallanas. Entre tanto, Sergio Gallego enumeró algunas de las lagunas normativas que lastran la sanidad en Asturias. «La atonía normativa es enorme y fácil de solucionar. Por ejemplo, todas las comunidades han regulado el tema de la historia clínica. ¿Por qué no tomamos la regulación que más nos guste, y andando?».

Pero una visión catastrofista «sería injusta», matizó Rodríguez-Vigil, secundado por sus compañeros de debate. Afirmó Blanco que «nuestro sistema de atención primaria requiere otro impulso después de 25 años, pero es muy válido y está muy reconocido fuera». Ortega insistió en esta idea: «Tenemos un buen nivel docente, un sistema consolidado y una buena asistencia en todo el territorio». Juan José Fernández se refirió a la «fortaleza» de la red asistencial y a un segundo punto fuerte que son los profesionales, quienes «siguen esforzándose a pesar de que el sistema no premia ese esfuerzo».

De la gestión clínica, el polémico modelo que quiere impulsar el consejero Ramón Quirós, habló Faustino Blanco. «Es un modelo que no tiene nada que ver con el horario. Aporta más flexibilidad y compromete más al profesional, y tendrá que demostrar eficiencia y respuesta a las necesidades de los ciudadanos». Vigil echa en falta la «cabeza operativa» de épocas del Insalud. No fue la única referencia agradable al extinto organismo de ámbito nacional, y por eso Sergio Gallego apuntó la posibilidad de fundar la Asociación de Añorantes del Insalud.

En resumen, existen mimbres de sobra. «Un parque de servicios tremendo» y un acuerdo «de las tres grandes fuerzas políticas asturianas en el modelo de sanidad», señaló el ex presidente del Principado. En contra, la difícil identificación del personal con el sistema «y un riesgo de sindicalización extrema».

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