Sigue el debate en el que opinan todos o casi todos: la selección de los médicos del HUCA ...
Los profesores de Medicina piden líderes destacados para las jefaturas del HUCA
«Los traslados por antigüedad me parecen del siglo XIX», afirma López Arranz l González-Pinto subraya la necesidad de «una buena cantera»
Gijón, A. RUBIERA, para La Nueva España
Un hospital docente en su máxima expresión, sin renunciar al traslado de la Facultad de Medicina a su entorno próximo. Un hospital con renovación en su plantilla y jefes de servicio comprometidos y a la altura de un gran proyecto: el que esté marcado por la calidad y el nivel científico.
Éstos son los rasgos definitorios del futuro Hospital Universitario Central de Asturias (HUCA) que demanda la Facultad de Medicina de la Universidad de Oviedo. Al menos, en este perfil coinciden -siempre con matices propios- tres asturianos que comparten, en presente o pasado, compromiso docente y asistencial: Juan Sebastián López Arranz, ex rector, ex decano, catedrático de Estomatología y jefe del servicio de Cirugía Maxilofacial del HUCA; Enrique Martínez Rodríguez, ex decano, catedrático emérito y jefe ya jubilado del servicio de Cirugía General del complejo hospitalario; e Ignacio González-Pinto, profesor titular del área de Cirugía de la Facultad de Medicina y cirujano-jefe de la unidad de trasplante hepático del Hospital ovetense.
«Un nuevo hospital lo hacen las plantillas, no las estructuras; si los modos del nuevo HUCA van a ser los del antiguo Hospital General o la antigua residencia, entonces apaga y vámonos», sostiene López Arranz. En la misma línea se manifiesta Enrique Martínez: «Lo importante nunca será estrenar un edificio. Lo importante es el personal, y eso es lo que hay que seleccionar, no coger a los que están ahora y pasarlos a un lugar más confortable».
Sobre estos conceptos, ambos especialistas entran de lleno al debate sobre la configuración de plantillas, la oferta de nuevas plazas y el concurso de traslados. En opinión de López Arranz, Medicina necesita que «el meritaje» y las iniciativas para captar talentos fuera de la región tengan su reflejo en la futura plantilla, porque con ello se lanzaría también la renovación generacional del catálogo de profesores universitarios.
«Los traslados por antigüedad, sin querer hacer daño a nadie, me parecen del siglo XIX. Lo que hay que primar son servicios de calidad y eso requiere hacer este Hospital atractivo para muchas personas que seguro que no encontraremos aquí», señala el ex rector, quien no duda de que se puede lograr «el tirón de los mejores tiempos del Hospital General: para eso hay que hacer atractivos el trabajo, la proyección, la actividad científica». Otros requisitos necesarios son cuidar detalles como «las facilidades en la vivienda, o cuestiones que también pueden suponer aliciente, y que no siempre son económicas», sostiene López Arranz.
Entre tanto, Enrique Martínez pone el acento en la «revolución» que necesita producirse en la OPE (oferta pública de empleo) que está convocada. Mucho menos importante es -a su juicio- el concurso de traslados que se desarrollará próximamente. «Se olvida que en el HUCA conviven dos niveles: por un lado es el gran centro de referencia e investigador, pero también es el hospital del área central. O sea, que también se van a seguir operando apendicitis. Lo que significa que, sin perjuicio de ese hospital de grandes unidades, también tendrán que convivir servicios corrientes. Por eso, no creo que haya que rasgarse las vestiduras con el concurso de traslados. Hay gente en los centros sanitarios de toda la región que harían un muy buen papel en este HUCA», explica el doctor Martínez.
Con respecto a su propuesta de «revolución» en la OPE, particularmente en lo referente a la contratación de jefes de servicio, Enrique Martínez considera que es la única vía para acabar con algunos esperpentos de tribunales. «Es ahí donde hay que dar la vuelta completa. Porque hay tribunales vergonzosos, donde para juzgar a un cirujano se convoca a dos de la especialidad, a otros médicos que nada saben de ella, a directores de gestión y gente de su confianza, que por otra parte cada vez hay más, y a representantes sindicales, como si tuvieran así la patente de la imparcialidad», critica el cirujano.
Su propuesta pasa por primar «tribunales asépticos y especializados, integrados por jefes de servicio de toda España que hayan entrado por oposición», y seleccionados aleatoriamente. «Sólo reformando los tribunales se daría un paso enorme», sostiene, «y con una plantilla de jefes impecable, pueden ir configurándose los siguientes escalones con mucha tranquilidad».
El liderazgo basado en la capacidad y mérito es también un elemento que destaca Ignacio González-Pinto. «El concurso de méritos debe estar más orientado a facilitar la calidad, los buenos resultados clínicos y también docentes. Y eso no es un problema sólo de edad o de años trabajados», puntualiza el cirujano. En su opinión, «debe haber unos líderes, jefes o responsables, como se quieran llamar, con una experiencia importante. Pero también tiene que haber buena cantera, que se incorpore tanto al profesorado universitario como a los servicios asistenciales, porque si no bajaremos a tercera regional».
En el nivel de los líderes, González-Pinto reivindica que «las jefaturas de servicios estén más relacionadas y vinculadas con puestos en la Universidad, algo que no siempre es así». Este experto en trasplantes apuesta sin condiciones por la atracción de «especialistas ya formados, gente de prestigio que venga aquí al calor de las posibilidades de desarrollo científico que haya en nuestro hospital universitario, y en eso ahora hay poco atractivo». Ignacio González-Pinto es consciente de que «la legislación puede limitar mucho» la capacidad de selección de personal por mérito, pero «hay que intentarlo y buscar mecanismos».
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