Análisis breve e incisivo de la situación del Hospital de Arriondas
Un Hospital sin salida
RAMÓN DÍAZ. En La Nueva España de hoy.
OPINION
Los expertos en el arte de la negociación saben muy bien que hay que dejar siempre un resquicio, una salida airosa para todas las partes en conflicto. Sólo así se puede alcanzar un acuerdo aceptable para todos. Cerrar ese resquicio es buscar la derrota incondicional del contrario, la aniquilación del adversario. En el Hospital de Arriondas hay de todo menos negociación. La dirección del centro, con el respaldo del Gobierno del Principado, ha expedientado a la presidenta del comité de empresa, Lola Colunga. Y la sanción (un mes de suspensión de empleo y sueldo) sólo puede tener ya vuelta atrás en los Juzgados. El comité de empresa, con el respaldo de los sindicatos y de la plantilla, ha convocado movilizaciones, que no cesarán hasta que dimita o sea destituida la gerente, Dolores Menéndez. Las dos partes en litigio han apostado demasiado fuerte y no han dejado ni una mínima rendija que permita una salida airosa para todos. Por eso, el de Arriondas es un hospital sin salida.
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