¡¡De la OPE del 2006 !!

44 médicos llevan 9 meses a la espera de que el Sespa les asigne su plaza

Se trata de consultas en la periferia, donde el Principado afirma que hay falta de personal y dificultad para cubrir vacantes

El Comercio. 14.01.10  -LAURA FONSECA | GIJÓN.

Quieren ir a pasar consulta a la periferia. De hecho, «estaríamos encantados», dicen, si pudieran trabajar en las áreas más alejadas de Asturias (Jarrio o Cangas del Narcea, entre otras), donde según el Servicio de Salud del Principado (Sespa) existe falta de personal y dificultades para cubrir vacantes debido al escaso atractivo que supone ser médico rural. Pero estos 44 facultativos, que han ganado un concurso-oposición convocado por la Administración regional en 2006, no pueden ir a las alas porque el Principado aún no ha hecho oficial la propuesta de nombramiento.

Estos facultativos llevan 9 meses a la espera de su plaza (en abril de 2009 tuvo lugar el último examen) y temen que la asignación de su puesto de trabajo «no llegue nunca». Quien habla es Belén Alonso Bada, una de las damnificadas, que cubre una sustitución por jubilación en Avilés. Ella, al igual que el resto de sus compañeros, se presentó a la oposición con muchas ganas y con el objetivo de poner fin a años de precariedad laboral. Eso, a pesar de que sacar adelante el concurso «suponía tener que ir a trabajar a Grandas de Salime, Somiedo o Alles», aclara.

Fueron más de 300 los candidatos que se presentaron a la convocatoria. Tras todo el proceso, sólo quedaron 44. Dichos médicos, que acumulan todo tipo de fórmulas de contratación (eventuales, interinos, fijos-discontinuos o antiguos refuerzos), esperaron durante años a que el Principado convocara una oposición. Al final se presentaron al concurso de las plazas APD (Asistencia Pública Domiciliaria). No les importó que dichos puestos estuvieran vinculados mayoritariamente a la zona rural.

Su particular vía crucis comenzó en 2006, con la convocatoria de la oferta pública de empleo. Primero tuvieron que esperar un año a que el anuncio se hiciera oficial en el BOPA, lo que ocurrió en abril de 2007. Luego, otro año y medio para los exámenes, un proceso «muy dificultoso», admiten, que culminó en abril de 2009 con sólo 44 personas aprobadas. El caso es que nueve meses después ninguna de ellas ha comenzado a trabajar en el puesto que deberían tener asignado. «Y lo peor de todo es que no sabemos si podremos tomar posesión algún día de la plaza ganada limpiamente», comenta Belén Fidalgo, que desde hace años trabaja en los días en que nadie quiere pasar consulta: «Vacaciones de verano, fines de semana y festivos».

Concurso de traslados

Los facultativos temen que el Sespa convoque un nuevo concurso de traslados. «Sabemos que tiene esa intención», se queja Beatriz Mezquita, que trabaja como eventual en Urgencias del Hospital de Mieres. Eso haría que varias de las plazas que virtualmente tienen asignadas «irían a parar a otros compañeros». ¿El resultado? Que pese a haber aprobado la oposición «no habría vacantes para todos», explica de forma muy práctica Belén Alonso.

Esta facultativa se ve, además, doblemente afectada. El pasado mes de agosto, el Sespa les comunicó que el nombramiento y la consignación de sus plazas era algo inminente. Todos tuvieron que pasar un reconocimiento médico. El caso es que el marido de Belén Alonso se presentó voluntario a un proceso de regulación de empleo en la empresa en la que trabajaba. «Se suponía que en septiembre u octubre yo ya tendría que estar pasando consulta bien en Jarrio o en Cangas del Narcea». Pero no fue así. «Ahora mi marido está en el paro y yo sigo a la espera de plaza», dice indignada.

Lo peor de todo esto es que otro concurso idéntico, pero de enfermeros, «quedó resuelto hace un año». También el de promoción interna de médicos de Primaria. Los facultativos afectados se sienten en el limbo administrativo y aseguran ser víctimas de una situación de indefensión jurídica. Son conscientes de que su nombre figura en el listado de aprobados y cuentan también con la propuesta de nombramiento, pero no pueden tomar posesión hasta que el Sespa haga oficial la asignación de su plaza, lo que no saben cuándo ocurrirá o, siquiera, si ocurrirá.

Reunión con Elena Arias

El lunes tienen una reunión con la gerente del Sespa, Elena Arias. El encuentro lo lograron gracias a la intervención del Colegio de Médicos, ya que «durante meses intentamos contactar con alguna autoridad sanitaria y fue imposible», señala Rocío Fernández. A la cita acudirá una representación del colectivo, que dispone de abogado, así como la presidenta del Colegio y el letrado de la organización. Confían en lograr una solución a su problema. «No podemos seguir así. Es injusto. Queremos trabajar, tenemos plaza y hacen faltan médicos».

«25 años como eventual para acabar otra vez en el paro»

14.01.10 -  L. FONSECA | GIJÓN, para El Comercio

El caso de Gema Alonso es especialmente sangrante. Lleva trabajando para la sanidad pública desde 1985 y no ha logrado estabilidad laboral alguna. «Tras 25 años como eventual puedo acabar otra vez en el paro», resume esta médica de Atención Primaria de Mieres, a la que el 31 de este mes le expira su último contrato.

Gema Alonso está descreída de la sanidad pública y, en particular, de la asturiana. En este cuarto de siglo «he pasado por todo tipo de situaciones». Incluso, llegó a trabajar sin contrato. También hizo «montones de guardias sin cobrar».

El que menos experiencia acumula en esto de la eventualidad es Iván Pidal. Lleva siete años cubriendo sustituciones en Gijón. Al igual que muchos de sus compañeros forma parte de la bolsa de demandantes de empleo del Sespa, de la que aspira a salir algún día. Iván -al igual que Sonia Goyanes, Belén García Busto y Belén Fidalgo, otros de los médicos que opositaron- deambula de centro de salud en centro de salud. «Es habitual que el Sespa te llame para que vayas a cubrir una vacante en el mismo día». Le ha pasado a Belén Fidalgo «más de una vez».

Además, a esta situación de inestabilidad laboral se une otra novedad del Sespa: la creación de las guardias de respuesta rápida. Se trata de tener a médicos de guardia, pero no en el centro de salud, sino en su casa. Estas horas se pagará a mitad de precio. Los médicos dicen que las guardias no serán operativas, ya que serán «más lentas que las actuales».