La UDH se reabre en la segunda quincena de septiembre en Cabueñes
La unidad de desintoxicación se reduce a la mitad tras pasar a Cabueñes
Tendrá dos camas frente a las cuatro de Jove y Cruz Roja, y se ubicará en la quinta planta del hospital público, en el área de Medicina Interna
Foto: Equipo profesional de la unidad de desintoxicación cuando funcionaba en el Hospital de Jove
26.08.10 - 03:04 - GIJÓN.
La unidad de desintoxicación quedará reducida a la mitad tras mudarse a Cabueñes. Este servicio, que cada año emplean poco más de un centenar de personas con problemas de adicción al alcohol y a otro tipos de drogas, pasará a disponer de sólo dos camas frente a las cuatro con que llegó a contar cuando funcionó primero en Cruz Roja y luego, en Jove. De allí, del centro sanitario concertado, donde estuvo cuatro años, pasará ahora al hospital público. Reabrirá en su nuevo emplazamiento de Cabueñes en la primera quincena de septiembre, siempre y cuando las obras de adecuación que se iniciaron la pasada semana no sufran contratiempos.
Según pudo saber EL COMERCIO, las instalaciones, una habitación y una sala, donde se llevarán a cabo las deshabituaciones (sobre todo de alcohol y metadona) se ubicarán en la quinta planta de hospitalización, donde suelen quedar ingresados los pacientes adscritos a la especialidad de Medicina Interna y donde también está el área de corta estancia.
El Servicio de Salud del Principado (Sespa) ha querido aprovechar el cierre temporal que la unidad lleva a cabo cada agosto para hacer efectivo el cambio de Jove a Cabueñes. Aunque abrirá con unos días de retraso (la previsión inicial era el 1 de setiembre), la unidad de desintoxicación de Gijón tendrá continuidad, algo de lo que los sindicatos, en particular CC OO, llegó a dudar. No obstante, la secretaria general de esta central en el Área Sanitaria V y miembro también de la Junta de Personal de Cabueñes, Chelo Llaneza, criticó duramente el recorte y también la ubicación. «Es un espacio minúsculo que nos lleva a pensar que el Sespa lo único que quiere es propiciar la desaparición de esta prestación». El servicio de desintoxicación, recordó, no sólo cubre la demanda de Gijón, Carreño y Villaviciosa, sino también la de las áreas de Jarrio y Avilés. «Es un recorte puro y duro», alertó.
Pero no sólo la reducción de plazas ha sido criticada. También el sitio elegido para los pacientes que acudan a desintoxicarse de alguna de sus adicciones. La unidad se situará al principio de la planta, «donde no hay nada de intimidad para los usuarios», que no son pacientes hospitalarios al uso, recordó Llaneza. En Jove, recordó, las dos habitaciones designadas a estos tratamientos de deshabituación estaban al final de la planta y el contacto con el resto del personal, incluidos pacientes y familiares, era menor.
Convivencia «difícil»
Responsables de Cabueñes tenían previsto acudir a Jove para tomar nota de cómo se diseñó y funcionó el servicio, que permaneció en el centro concertado desde septiembre de 2006 hasta el pasado julio. Pero la ubicación escogida en Cabueñes para las desintoxicaciones no sólo no contenta al equipo de la unidad, sino también a parte del personal que trabaja en la quinta planta. La llegada de este servicio ha puesto de uñas a más de un profesional, que lo considera un agravio comparativo, pues la carga de trabajo de unos y otros «no es ni mucho menos la misma». Los afectados se refieren así al hecho de que el personal de hospitalización tiene a cargo muchos más enfermos de los que a priori tiene el equipo de la unidad de desintoxicación. La convivencia de ambas plantillas se vaticina «difícil», advertían ayer en el hospital.
En los últimos años, la llamada UDH de Gijón ha tenido un discurrir convulso. El servicio acumula ya 19 años de existencia y es, junto con el del HUCA, el único que funciona en la sanidad asturiana. Hace cuatro años tuvo que marcharse de Cruz Roja debido al que el hospital necesitaba ese espacio para ampliar sus quirófanos. Luego estuvo cuatro años en Jove y ahora se muda a Cabueñes.
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