El próximo 4 de octubre comienza la campaña de vacunación, que se prolongará hasta el 12 de noviembre

El Principado pronostica que la gripe A circulará este año de forma «menos intensa»

Adquiere 231.480 vacunas e incluye a los obesos y embarazadas entre la población de riesgo de un virus «que seguirá predominando»

25.09.10 - R. MUÑIZ | OVIEDO, en El Comercio.

La gripe A vuelve a la región y para enfrentarla, la Consejería de Salud ha invertido 1,19 millones en la adquisición de 231.480 vacunas. Con ellas dará comienzo el próximo 4 de octubre la campaña de inmunización, que se prolongará hasta el 12 de noviembre y presenta dos novedades. «Hemos incluido entre la 'población diana' a las personas que padecen obesidad mórbida o déficits cognitivos, y a las embarazadas, sea cual sea su estado de gestación», informó ayer a la directora general de Salud Pública, Amelia González.

El año pasado unos 50.000 asturianos padecieron la gripe A. El 13,5% de quienes requirieron hospitalización tenían problemas de sobrepeso, lo que se ha revelado como el principal factor de riesgo tras el asma. Además, se pudo comprobar que las dosis no alteran el embarazo, de ahí que se extienda la vacunación a todas las gestantes.

La población llamada a vacunarse la completan los mayores de 65 años y quienes trabajen en contacto con ellas, además de los niños de más de seis meses que sufran enfermedades cardiovasculares, pulmonares o metabólicas. Cabe recordar que en la temporada pasada los pequeños presentaron incidencias «muy superiores a los adultos, alcanzándose en el grupo de 5 a 14 años tasas superiores a los 1.000 casos por 100.000», recuerda Salud.

En todo caso «el año pasado el virus pandémico circuló de forma amplia en España y Asturias», indicó Ismael Huerta, jefe de sección de Vigilancia Epidemiológica de la Consejería. La tensión despertada entonces forzó a las administraciones a enredarse en una campaña de compra de vacunas.

El Principado, por ejemplo, tenía preparada una campaña antiviral para la que compró 219.540 dosis contra la gripe estacional. Sin embargo, el 11 de junio de 2009 la Organización Mundial de la Salud decretó la situación de pandemia por una cepa, la A/H1N1, contra la que no actuaban las vacunas asturianas. La consejería reaccionó al solicitarle al Ministerio de Sanidad y Política Social una remesa específica de 247.905 vacunas, de las que finalmente recibió 171.330 unidades. De ellas al final sólo fueron aplicadas 57.889 (el 33,7%). El pasado mes de agosto la Administración autonómica completó la devolución de un sobrante de 93.657 dosis (el 54,6%).

Del otro lado de la balanza, la gripe A forzó el ingreso de 220 asturianos, que la mitad de ellos presentaban casos graves, 30 acabaron en la Unidad de Cuidados Intensivos, y seis fallecieron.

La campaña 2010-2011 será distinta. Esta vez el virus circulará «de forma menos intensa; es lo que esperamos, pero luego la realidad es que tiene mucha facilidad para mutar», reconoció Ismael Huerta. La cepa predominante seguirá siendo la A/H1N1, la desencadenante de la gripe A, pese a que en los últimos meses se hayan aislado también «determinados virus del tipo B» con los que convivirá.

Reticencias en los médicos

El Gobierno autonómico también desea un vuelco entre el personal sanitario, que la pasada temporada rehusó aplicarse las vacunas fabricadas de urgencia por las farmacéuticas Novartis, GlaxoSmithKline y Sanofi Pasteur. «No se puede pedir al ciudadano más responsabilidad que al profesional porque sería un disparate», subrayó la directora general. Los sanitarios tienen una «obligación como agentes transmisores» del virus a los colectivos de riesgo.

Ana Luz Villarías, subdirectora de Gestión Clínica y Calidad del Servicio de Salud, defendió por su parte que el escepticismo de los sanitarios «es igual al que presenta el resto de la población joven, que no tienen una percepción de riesgo». En términos de prevención, la edad cuenta: el año pasado el 63% de las vacunas fueron aplicadas a mayores de 65 años.